viernes, 25 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (21)

ABUELOS Y NIETOS (y III): EL PAPEL DE LOS ABUELOS EN LA EDUCACION DE LOS NIETOS

Es importante diferenciar el papel del padre y del abuelo del niño, para evitar conflictos que pueden surgir, cuando los abuelos pretendemos ejercer de padres en vez de abuelos, saltando por encima de los padres; y cuando los padres, abusan de los abuelos, con la responsabilidad de ocuparse de sus nietos. Y sin embargo, la figura del abuelo canguro, esta en alza y cada día es mas frecuente, ya que la gente mayor goza de buena salud y la madre se incorpora al mundo laboral. Es cargar a los abuelos con una responsabilidad que no tienen que asumir, a no ser en caso de necesidad. Los abuelos son abuelos pero no padres, por lo que no podemos actuar como tales. No es función nuestra encargarnos de los nietos como actividad diaria, sino solo en los casos extremos. La misión del abuelo es aportar cariño, cultura familiar, amor a las tradiciones, raíces familiares, experiencias, ternura... De ahí no debe pasar el papel de los abuelos.

Deben ser complemento de los padres en la educación de los hijos, y no suplantarles en la educación del nieto El abuelo no esta para ser exigente, declarando constantemente lo mal educado que están sus nietos, sino un abuelo consentidor, porque son abuelos y no padres. Para terminar vamos a poner de manifiesto la importante contribución de los abuelos en la vida de los nietos, en su etapa de preescolar. Los abuelos jugamos un papel preponderante y casi irremplazable, en el desarrollo del nieto, para la compresión del mundo Como sustitutos honorarios de padres ausentes o muy ocupados, los abuelos somos fuente constante de una medida extra de cariño, lo que representa un buen equipaje para hacer más estable el estado emocional del nieto. Servimos para agrandar el horizonte del nieto, enseñándole que existen otras personas, además de sus padres, que pueden hacerles agradable la vida y que tienen conocimientos de las cosas importantes, como su papa y mama Que existen otros estilos no idénticos sino similares a los de su padres, en las formas de comer, de salir a pasear...... Indudablemente los abuelos no somos tan severos en algunos asuntos como lo son los padres, pero debemos aclararle al nieto: esto lo puedes hacer en casa del abuelo, con nosotros, pero en tu casa haz las cosas como tus padres indican. Con esto, los abuelos, no sabotean la autoridad paterna Pero también los abuelos apartan a los nietos de la vorágine diaria, ya que en cada casa se vive demasiado deprisa y los padres no tienen tiempo para el niño, que vive oprimido. Sin embargo, en el hogar del abuelo tiene un sitio donde expandirse, tiempo para escuchar, hablar, jugar.... Es feliz el niño que sabe que sus abuelos, tienen tiempo para dedicarlo a él.

Consecuentemente, el mundo del niño se amplia, y su imaginación florece, cuando comienza a relacionar el pasado, sus gentes, sus lugares. Las historias que los abuelos cuentan sobre la vida de sus hijos o sea de sus padres cuando ellos también eran niños, hace que los nietos tengan un sentido de continuidad de la familia. El hecho de saber el niño que es apreciado por ser miembro de una cadena, le hace sentirse mas seguro, tanto como individuo independiente como por ser parte de la familia En definitiva un buen abuelo es aquel que tiene una comunicación abierta y honesta con los nietos, les ayuda y escucha, le dedica tiempo y sobre todo, le hace saber al nieto lo importante que es él, para el abuelo.

jueves, 24 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (20)

ABUELOS Y NIETOS (II): LA RELACIÓN ENTRE ABUELOS Y NIETOS


Vamos a recrearnos ahora en el análisis de los aspectos mas destacados de las dos partes de la relación abuelo – nieto.

Empecemos por vosotros, los nietos. Estar atentos y escuchad mis preguntas: ¿Tenéis interés por los abuelos?. ¿Qué os gusta mas, y que esperáis de ellos?. ¿Sentís curiosidad, estimación, desdén, indiferencia por los abuelos?.

Las relaciones afectivas, de cariño con vuestros abuelos pueden reflejar diferencias. Lo que cuenta es vuestra actitud personal como nieto, vuestra capacidad o curiosidad, recepción y afecto.

Como niños que sois, manifestáis alegría, confianza, vivís el presente y queréis crecer. Sois observadores, curiosos, con una enorme capacidad de asombro. Y espontáneos, sencillos, auténticos. Vuestro ingenuo misticismo y desenfadada fantasía os conduce y orienta creativamente hacia lo nuevo, hacia lo mágico. Os sentís maravillosos, únicos. Os gusta jugar, divertiros, poniendo todo vuestro empeño en lo que hacéis. Sois expresivos, intuitivos, poetas natos, y conectáis misteriosamente con todo ser vivo..


¿Y que decir de los abuelos?.

Desde las limitaciones de nuestra nueva edad, nos resulta fácil regresar a la infancia. Los extremos se tocan como los polos convergentes de un imán. No olvidemos que a lo largo del tiempo, vamos perdiendo las capas mas duras, mas secas de la alcachofa del corazón y, al final, nos quedamos en lo tierno, lo jugoso: el descubrimiento de que la verdadera vida no ha dejado de palpitar en la entraña de nuestra aventura existencial, gracias a nuestros nietos.

A ver si a los abuelos, de alma joven, de tanto amar a los nietos, se nos pega algo de sus asombrosos ojos, de su corazón al trote infatigable y traviesas manos.... Su tierna edad y mis cansados años se igualan, se complacen juntos en este goce que niega sus distancias, que nos funde en el grito alegre, en la sonrisa de la inocencia compartida. Yo no creo en la edad. Todos los abuelos llevan en sus ojos, un niño.

El encuentro de los nietos con los abuelos, es siempre, muy enriquecedor, para ambas partes. ¿A que os encanta estar con el abuelo?. ¿Verdad que si?. Y eso es así, porque no recibís órdenes ni obligaciones. Hacéis cosas distintas con ellos y realizáis muchas actividades que hacen que os sintáis mas libres. Veis a vuestro abuelo como un amigo, una especie de guía, como divertidos, cariñosos, mimosos y os gusta estar con ellos. Por su parte, el abuelo siente mucho placer estar con su nieto. Es también una forma de renovarse personalmente; participar mas en la familia, sentirse mas jóvenes y actualizados. El abuelo aprende mucho de vosotros, queridos nietos.

¡Pero ojo¡, los abuelos no están para educar al nieto. Ya han educado mal o bien a sus hijos. La educación de los nietos es competencia y responsabilidad de los padres. Los abuelos ayudan o estorban en esta educación. Creemos sinceramente que el verdadero papel de los abuelos con los nietos, debe consistir en sostener siempre y en toda ocasión la autoridad de los padres, que son los responsables natos de la educación. Los mejores abuelos no son los que consuelan a sus nietos con dulces después de que su papa o mama los han amonestado, sino los que son capaces de decirle al nieto: dile a papa o a mama que le agradeces mucho el castigo que te han impuesto, pues con eso corrige tus defectos y te ayudan a ser mejor.

No debemos olvidar que los abuelos no sienten el peso directo de la educación, por lo que se hacen irresponsables, aumentado la debilidad de la corrección, fomentado el menosprecio del principio de autoridad que representan los padres. Cuidado con esta postura, abuelos.


El pasar de los años convierte a los abuelos, en unos deficientes educadores sin energía, incapaces de hacer sufrir al nieto con una negativa, aun cuando haya una razón. La legendaria debilidad de los abuelos por los nietos es historia de todos los días. Nos posesionamos en nuestro papel de abuelos, o lo que es los mismo, de consentidores; y nuestro corazón de azúcar se derrite de tal manera que, con la esperanza y el deseo de reciprocidad, acariciamos, adulamos y regalamos a los nietos, para obtener la correspondencia del afecto; de llenar ese hambre de amor cuando nos miramos en ellos y vemos que la paternidad se ha multiplicado; y el corazón, cansado, siente como nuevos brotes de una inesperada primavera.

Pero no por ello, y a pesar de ello, los abuelos somos buena gente hasta el extremo de festejar las necedades de los niños, tolerar sus berrinches, premiar sus malcriadeces y defenderlos de los justos castigos de los padres. (Continuará)

martes, 22 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (19)

ABUELOS Y NIETOS (I): EL ABUELO DE “KIKE”


El 28 de Abril del año 2007 e invitado por la dirección de un centro escolar de Marbella (Málaga), con motivo de la celebración del DÍA DEL ABUELO, tuve la oportunidad de desarrollar un tema interesante desde mi atalaya de abuelo. Se trataba de describir la relación abuelos nietos. Los oyentes eran, naturalmente las dos partes de dicha relación

Vamos a destacar los aspectos mas interesantes. Creemos que vale la pena.

Todas las personas, hombres y mujeres, llegan a ser abuelos/as, aunque cada vez hay mayor posibilidad de serlo, gracias al aumento de la esperanza de vida en años. El mundo cada vez tendrá mayor numero de abuelos, que no de viejos

¿Sabéis que requisitos se necesita cumplir para que una persona llegue a ser abuelo/a? Esta pregunta se la hago naturalmente a los chiquitines que presumís de abuelo: ¿lo sabéis?. Pensad...creo que no o que estáis dudando en la repuesta. ¿Pero si es muy simple? Veréis: primero un día, ya hace algunos años, tus abuelos tuvieron hijos, cuando eran mas o menos jóvenes; después, mas adelante, estos hijos tuvieron sus propios hijos que sois vosotros, los peques que estáis aquí. Es el momento en que hacen su aparición, los abuelos.


Pero hay un cuarto requisito, además de los tres señalados para que de verdad, de verdad, llegar a ser abuelo. ¿Lo sabéis vosotros, los nietos..?, ¿no?; y los abuelos, ¿podéis responder?. El cuarto requisito es el mas importante,..... “no morirse antes de que todo lo anterior suceda” Esto en plan irónico, para dar elasticidad al tema.

Como pequeña anécdota y haciendo referencia a mi nieto KIKE, ese que anda por ahí luciendo sus siete añitos,.... una vez, cuando ya entendía y hablaba, le pregunte.... ¿quien soy yo?. ¿Sabéis lo que me contesto?........, de abuelo nada, pero si me dijo “tu eres el padre de mi padre”. Y tenia razón. Con sus palabras me estaba indicando, sin saberlo, que el ser abuelo es una continuidad de la paternidad. Lo mejor de ser padre es ser abuelo. Ser abuelo permite disfrutar de otra dimensión de la paternidad. Una nueva etapa en la que es posible derrochar mimos sin remordimientos.


Esta reflexión describe el encanto de ser abuelo. Y para los pequeño, la tristeza de no tener abuelos. Es hasta un amable insulto decirle a un niño: ”No tienes abuelos”

Volvamos a preguntar a los nietos: ¿Creéis que solo los viejos pueden llegar a ser abuelos?. ¿Tus abuelos son viejos o son jóvenes?. ¿Qué pensáis?........ Os diré.

Hace un tiempo, cuando los hombres y las mujeres vivían menos años, el que los niños tuvieran abuelos era mas difícil; y los abuelos que llegaban a tener relación con sus nietos eran casi siempre “viejos”, es decir, de edad avanzada y con peor salud. Se tenía la imagen de los abuelos como el de una persona vestida de negro, inactiva, distante y poco vital.



Pero hoy y ahora...mirad a vuestro alrededor, abundan los abuelos cada vez mas jóvenes; yo no, siempre hay excepciones. Los abuelos llegamos a la relación con nuestro nietos, en buen estado, vivos y despiertos; dinámicos, laboralmente activos, con inquietudes culturales y sociales, independientes económicamente; preocupados por la salud y bienestar; y que con gran frecuencia vivimos mas, lo que nos permite convivir con los nietos, no solo en la infancia sino ya entrada la juventud y aun en los comienzos de la madurez. Esto es algo nuevo, nunca existente. Es el abuelo del siglo XXI, que puede permitirse el lujo vital de ser hijo, padre y abuelo, al mismo tiempo.

(CONTINUARÁ)

domingo, 20 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (18)


LA REVOLUCIÓN DE LAS EXPECTATIVAS: LA INVENCIÓN DEL FUTURO ENVEJECIMIENTO (y III)
En el siglo XXI no se puede afrontar el envejecimiento de la población mediante la búsqueda de soluciones inexistentes que la hagan desaparecer, sino que son necesarios planteamientos innovadores de adaptación.


Las personas mayores del mañana serán muy distintas a las de hoy, y los problemas importantes pueden no estar donde se piensa, atribuyéndose una importancia tal vez excesiva a los aspectos económicos, cuando van a surgir problemas sociales complicados e inéditos


El concepto de envejecimiento evoluciona en una sociedad que experimenta cambios en múltiples esferas de la vida, como las modificaciones de los sistemas de producción, innovaciones tecnológicas, automatización, robotización, avance de la tecnología de la información, sociedad de más riegos y en las que ocurrirán cambios en distintas esferas de la vida.

Han dejado de estar vigentes los tiempos sociales en el ciclo vital con sus tres secuencias, formación o preparación para el trabajo; trabajo; y descanso. Algo similar ocurre con el esquema tiempo de producción/tiempo de jubilación o de descanso.

Las condiciones de trabajo y las personales con las que se accede a la jubilación o su duración, se ha modificado sustancialmente, desde la fecha en que fue instaurada.

Se ha configurado un marco cotidiano con condiciones distintas a las vividas por las anteriores generaciones: las modificaciones en las estructuras familiares y, entre ellas, el incremento progresivo de nuevos modelos familiares y la presencia masiva de la mujer en los medios externos a la familia.

Los mayores del futuro dispondrán de mejor salud, con una atención sanitaria universal, un buen nivel económico, con una cobertura en pensiones para todos, sean o no contributivas, y sobre todo un mayor nivel cultural, ya que las generaciones que hoy están en torno a los 40 – 45 años han dispuesto de unos estudios medios y superiores, viviendo la enseñanza para todos y en donde la mujer ha accedido a estudios técnicos y superiores en igualdad de condiciones. Serán unos mayores mas formados con más opciones de ocio y tiempo libre diferente.

La invención del nuevo envejecimiento: el envejecimiento activo

Para superar el enfoque dado al envejecimiento por el modelo de declive, se ponen de relieve nuevos planteamientos y la necesidad de compromisos por parte de las personas mayores para esta etapa del ciclo vital

Se ha de considerar que el envejecimiento es una etapa más del ciclo vital, ya que salvo impedimentos físicos graves, la persona mayor se encuentra en disponibilidad de fortalecer y desarrollar actividades, ya sean intelectuales, culturales o físicas, retrasándose así el deterioro mental y anímico que ocurre en el proceso fisiológico del envejecimiento. Y que para adaptarse a los cambios ocurridos durante el envejecimiento, se requiere una preparación como para las demás etapas de la vida.

Las personas mayores que envejecen han de permanecer comprometidas en el contexto donde se encuentran; ocupar su tiempo desocupado en nuevas actividades, evitando caer en la inadaptación y en la marginación; tener presente ideales en su existencia para llevarlos a la práctica en las nuevas condiciones impuestas por la edad avanzada; prestar atención a la formación continua y perfeccionamiento humano y espiritual; y flexibilizar criterios, con apertura a los nuevos tiempos, huyendo del conservadurismo, apatía e inercia.

Estos planteamientos y compromisos conducen al modelo de envejecimiento activo cuya meta final esta en conseguir que cada persona mayor realiza su potencial de bienestar físico, social e intelectual a lo largo de toda su vida, y por tanto, pueda participar en la sociedad, de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, resaltando la participación y la inclusión de las personas mayores como ciudadanos de pleno derecho. Pone énfasis sobre la calidad de vida, y el bienestar mental y físico

El envejecimiento activo, sustituye la planificación estratégica ”basada en las necesidades”, que contempla a las personas mayores como objetos pasivos, a otra “basada en los derechos” El paradigma del envejecimiento activo reconoce los derechos de las personas mayores, considerando la igualdad de oportunidades para ejercer su participación en el proceso político, social y en otros aspectos de la vida comunitaria

Después de estas matizaciones conceptuales, podemos concretar que la salud, la participación y la seguridad, son los tres pilares básicos del envejecimiento activo

La salud que según la OMS hace referencia al potencial de bienestar físico, social y mental de las personas mayores a lo largo de todo su ciclo vital, para así tomar parte en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, manteniendo su autonomía e independencia a medida que envejece. Para ello es necesario que los factores de riesgo ambientales y conductuales; las enfermedades crónicas; y el declive funcional, se mantengan en niveles bajos; y que los factores protectores sean elevados. En definitiva, prevenir y reducir la discapacidad, enfermedades crónicas y mortalidad prematura.

La participación en actividades sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, de acuerdo con sus derechos humanos. Para ello, hay que proporcionar oportunidades de educación y aprendizaje durante todo el ciclo vital.

Y la seguridad, atendiendo las necesidades sanitarias, sociales, económicas y de seguridad física de los mayores, garantizando su dignidad, protección y asistencia en el caso de que no puedan valerse por si mismas.

En definitiva, para alcanzar el bienestar en la vejez, además de factores económicos, educativos y sociales, se exige la habilidad de la persona mayor para abarcar y adaptarse a los inevitables cambios, ejercitando sus capacidades humanas y el desarrollo de su personalidad.

viernes, 18 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (17)



LA REVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO:

POSICIONES EQUIVOCADAS (II)


Afortunadamente la revolución demográfica ha coincidido con una revolución de la información y el conocimiento acerca de los procesos del envejecimiento. A lo largo de la Historia de la Humanidad para algunos el concepto de vejez ha sido signo de enfermedad y deterioro. Para otros, sin embargo, la vejez ha sido etapa de más conocimiento, de más sabiduría.


Es un error considerar que las personas mayores constituyen un colectivo homogéneo, independiente del resto de la sociedad, separado como grupo, con características propias y comunes. Aunque a largo plazo todos estamos muertos, llegamos al final de la vida por distintos caminos, tanto desde el punto de vista biológico como sociológico. De ahí la heterogeneidad de los procesos de envejecimiento


Sobre el envejecimiento de la persona no solamente influyen factores vinculados a la edad sino también otros relacionados con su entorno social e histórico, y con sus experiencias vitales. De esta manera el envejecimiento aparece como un proceso complejo


Preparamos nuestro bienestar en la vejez antes de ser viejo. Si lo puedes evitar, no te hagas viejo siendo pobre, ignorante o falto de redes sociales de apoyo. Tener adecuados ingresos económicos, educación, y apoyos sociales, predicen una experiencia relativamente positiva al final de la vida


Y si quieres comprender el envejecimiento intenta cambiarlo. Esto no significa que declaremos abierta la temporada de las personas mayores para demostrar su capacidad de cambio por el mero hecho de demostrar esta capacidad.


La vida es un crecimiento permanente, pero a su vez un declive progresivo hasta llegar a la muerte de la persona mayor, siendo el envejecimiento un hecho natural e inevitable inherente a toda persona humana, universal y a la vez individual; un proceso dinámico, gradual, e inevitable, constante, irregular, irreversible, asincrónico. Es una parte más del crecimiento del ser humano como lo es la niñez, la adolescencia o la adultez. El hombre como ser vivo tiene una sola alternativa: envejecer y / o morir. Solo la muerte anticipada puede evitar el envejecimiento


Cada vez hay mas personas que llegan y viven el envejecimiento con un grado mejor de salud y lucidez, con energías suficientes para desarrollar actividades. Y esto es importante si tenemos en cuenta que se puede tener por delante 20 a 30 años mas de vida, después de la jubilación. De hay que hablemos del desafío que supone para las personas mayores considerar al envejecimiento, no como una etapa final sino como una etapa mas del crecimiento humano, diseñando para ella, un proyecto de vida y no de muerte.



Posiciones equivocadas con respecto al envejecimiento.


Es importante poner de relieve algunas formas de pensar con respecto a la etapa de la vida que conocemos como vejez, que son posiciones equivocadas con respecto al envejecimiento. Señalamos algunas de ellas.


“Tener en cuenta solo la edad para definir a una persona como mayor, sin tener presente otros parámetros de tipo funcional o psicológico”


“No ser considerado el envejecimiento como un proceso más dentro del crecimiento humano”


“Que la sociedad, con sus pautas, sus mitos y sus prejuicios, dificulta que las personas mayores sean consideradas como componentes activos en el ámbito social”


”Que todas las personas mayores son iguales por el simple hecho de la jubilación”


“Que plantear el tema de la actividad de los mayores es un contrasentido ya que a primera vista se oponen dos términos: mayor (jubilado) y actividad”


“Adoptar una postura negativa después de la jubilación en lugar de una actitud activa preparándose y educándose el mayor para nuevos roles que le permitan su integración social. De ahí la tesis del envejecimiento activo” En definitiva formas erróneas de enfocar el envejecimiento


En el siglo XXI no se puede afrontar el envejecimiento de la población mediante la búsqueda de soluciones inexistentes que la hagan desaparecer, sino que son necesarios planteamientos innovadores de adaptación. De ahí la revolución de las expectativas en esta etapa de la vida.




miércoles, 16 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (16)

LAS TRES REVOLUCIONES DEL ENVEJECIMIENTO (I)

LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES


El siglo XIX se caracterizó desde el punto de vista demográfico por un derroche de vida, con muy alta natalidad y muy alta mortalidad; en el siglo XX, la revolución de la longevidad – más años a la vida -; y en el siglo XXI, se busca hacer compatible la longevidad ganada, con la autonomía personal y calidad de vida - más vida a los años-.

En los momentos actuales nos encontramos ante un fenómeno histórico sin precedentes, un reto que nunca antes se nos había planteado. España es un país que envejece y seguirá envejeciendo en las próximas décadas, lo que se traduce por la presencia significativa de las personas mayores en la sociedad del siglo XXI. Y esto es así, gracias a los avances médicos, tecnológicos, económicos, mejor higiene, mejor alimentación…. Se vive mas tiempo y con mayor calidad de vida.

Hay mas personas mayores porque llegan mas supervivientes a la edad de 65 años, como consecuencia de un descenso notable de las tasas de mortalidad; y hay una población mas envejecida, porque hay menos niños y jóvenes como consecuencia de la fuerte caída de la natalidad en las últimas dos décadas, Nos encontramos pues, con dos realidades: un incremento en el número de personas mayores; y una sociedad con una población envejecida

En 1900, había en España un total de 967.750 personas de más de 65 años, el 5.2% de la población total. En el bienio 2008 - 2010 nuestro país contará entre 7.111.880 y 7. 403.554 personas mayores, lo que supone el 16,7% de la población total de los españoles. En la década de los años 2020 al 2030, el número de personas mayores de 65 años superara los 8.500.000, es decir el 19,8% de la población española; y en el año 2050 habrá 16.387.874, lo que supondrá que uno de cada tres españoles tendrán más de 65 años.

A esta situación hay que añadir la distribución de edades dentro de la población de personas mayores como consecuencia del sobreenvejecimiento. En los años venideros, los centenarios y supercentenarios, cobraran protagonismo y dejaran de ser noticia de primera plana

De los datos cuantitativos que acabamos de indicar podemos destacar, que de seguir así en los próximos años, en 2050, la cifra de mayores de 65 años, duplicara a la población de niños y jóvenes, provocándose el fenómeno del “abombillamiento” en la pirámide poblacional. Incluso podríamos decir que se esta dando una feminización de la vejez, dado que las mujeres son mas longevas que los hombres, por lo general.

El “senior boom” está provocando que España ocupe el décimo puesto en el ranking mundial de esperanza de vida “en años” y el quinto lugar, en esperanza de vida “sana”. Y que nuestro país será en 2050, el tercer país más viejo del mundo, detrás de Japón e Italia

Pero también la prolongación de la esperanza de vida tiene consecuencias sociales que ha supuesto un problema inédito de gestión biográfica, ya que en tiempos pasados la vida estaba pensada solo hasta la fecha de la jubilación. Pero esta situación ha evolucionado. De ahí la necesidad de dar solución al dilema, con la invención de nuevas edades o etapas vitales, lo que lleva consigo la necesidad de resocialización o reinterpretación de los significados del recorrido.

La resocialización afecta a la vida de los mayores que tienen que dar respuesta a los rápidos cambios sociales. El proceso del envejecimiento no podemos considerarlo como una situación estable sino dinámica, atendiendo que la persona mayor puede asumir nuevos roles y patrones de conducta, rompiendo así los conceptos apriorísticos que se atribuyen a la vejez.

Se impone, además, la confrontación de una población que envejece y los dispositivos institucionales existentes para satisfacer sus necesidades, entre las que cabe poner de relieve, las sanitarias, las sociales, las económicas, las educativas, las familiares, las políticas etc.

Destacar la importancia de un nuevo concepto: el de la cuarta edad, que incluiría a las personas mayores que han dejado de ser autónoma y relativamente saludables y en las que el apoyo y la ayuda se hacen indispensable. El vivir demasiado en un mundo no diseñado para crecer envejeciendo, puede conducir a tragedia. Lleva consigo el aumento de las condiciones de dependencia que van a padecer muchas de estas personas.

Lo más importante que la longevidad precisa, es la calidad de vida. Si una persona vive 100 años pero sus 20 últimos lo pasa en una cama, no estamos hablando de avances en los mecanismos de prolongación de la vida. Se pierden sus últimos años

Debemos pues plantearnos una profunda reflexión ante este panorama y afrontar un enfoque positivo del envejecimiento, ante esta acelerada transformación de nuestra sociedad (continuará).


martes, 15 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (15)

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LA SOLEDAD EN LAS PERSONAS MAYORES


I .-SU CONCEPTO Y EFECTOS


Es clásica la presentación de las tres crisis asociadas al envejecimiento: la crisis de identidad, de autonomía y de pertenencia.

La crisis de identidad viene dada especialmente por el conjunto de pérdidas que se van experimentando de manera acumulativa, que pueden deteriorar la propia autoestima porque aumentan la distancia que la persona mayor percibe entre su yo ideal y su yo real.

La crisis de autonomía viene dada especialmente por el deterioro del organismo y de las posibilidades de desenvolverse de manera libre en el desarrollo de las actividades normales de la vida diaria.

La crisis de pertenencia se experimenta particularmente por la pérdida de roles y de grupos a los que la vida profesional y las capacidades físicas y de otra índole permitían adoptar en el tejido social.

La toma de conciencia de esta triple crisis que tiene lugar en el proceso de envejecimiento, puede permitirnos hacernos cargo de la envergadura de la experiencia de la soledad que, a veces, puede ser vivida como una verdadera muerte social, una muerte del significado de la presencia en el mundo dada por el cuestionamiento de la propia identidad, de la propia autonomía y del propio ser en el mundo.

El ser humano es un ser social por naturaleza, desde que nace hasta que muere. Necesita de los demás para vivir. La soledad surge, entonces, de la tendencia de todo ser humano a compartir su existencia con otros. Si esto no se logra, surgen sensaciones de estar incompleto y la desazón derivada de ello.

En la soledad el ser humano añora la fusión con otra u otras personas y desea comunicación para subsistir. La soledad se manifiesta por una sensación de vacío y de falta de algo que se necesita. Aparece cuando las personas no encuentran un otro. La vejez es uno de esos momentos en los que más fácil se puede experimentar la soledad

Cuando una persona busca a alguien y descubre que nadie está disponible para ella, que nadie satisface sus necesidades de cualquier naturaleza, que nadie se ocupa de ella en un sentido singular y profundo, que a nadie importa directa y verdaderamente, o que no hay nadie buscándola o esperándola, se nutre de una sensación de vacío y de una “falta de algo” que se necesita. Aparece la soledad

Soledad, por consiguiente, es el convencimiento apesadumbrado de estar excluido, de no tener acceso, quién sabe por qué, a ese mundo de interacciones, de contactos tiernos y profundos.

En principio, la soledad es una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros o carece de compañía para las actividades deseadas, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional.

Estudios realizados en España, muestran que la mayoría de las personas mayores no se sienten solas, sino que la soledad la acusa un 8% del total de las mismas.

La soledad de los mayores es una de esas situaciones de vulnerabilidad y marginación – y posible exclusión - que viven un numeroso grupo de personas mayores que difícilmente elevarán el grito y exigirán la satisfacción de sus necesidades debido a la fragilidad en que se encuentran.

Los mayores que se sienten solos no provocan una crisis social significativa como podrían provocarla otros grupos porque no tienen ni siquiera las suficientes fuerzas como para exigir sus derechos.

Aunque la soledad no produce síntomas externos graves, quienes la padecen afirman que se trata de una experiencia desagradable y estresante, asociada con un importante impacto emocional, sensaciones de nerviosismo y angustia, sentimientos de tristeza, irritabilidad, mal humor, marginación social, creencias de ser rechazado, etc.


II.- SUS CAUSAS Y REMEDIOS

Continuando con el problema de la soledad en las personas mayores, vamos a destacar los diferentes factores que la determinan.

La primera causa de la soledad, es el hecho de la retirada del ámbito laboral. El trabajo, no es sólo una forma de ganar dinero, de tener seguridad o un cierto prestigio social, sino que origina también una serie de satisfacciones internas y es una forma de participar en la vida social. Su pérdida afecta, como no podría ser de otra manera, a la vida de la persona, en su conjunto, si bien las reacciones en este momento varían en función de múltiples factores.

Pero en realidad, más que la jubilación, es la defunción del cónyuge el suceso más decisivo en lo que hace al padecimiento de la soledad. La viudedad, para quien había contraído matrimonio o vivía en pareja, suele ser, efectivamente, el principal desencadenante del sentimiento de soledad en las edades avanzadas. Esto es así porque tras varias décadas de vida matrimonial (por lo general), desaparece de pronto la compañía y la afectividad que hasta entonces venía proporcionando la figura conyugal, dando pie a problemas personales de adaptación a la viudedad de tipo, no únicamente emocional, sino también material y relativos a la gestión del tiempo y de las tareas propias del hogar y de la vida doméstica y social. Puede llegar a darse una importante desilusión por la propia vida.

La viudez como término de la relación matrimonial, comporta un elevado riesgo de soledad subjetiva para muchos mayores, que no hallan la confianza de nadie igual que el marido o la esposa, en que depositar sus secretos, desahogar sus problemas y manifestar sus inquietudes.

Muchas personas mayores desean morirse antes que su pareja, para no sentir, cuando ya lo le queda casi nada, la perdida del único y mayor alivio con el que aun se consuelan o alivian

A que los mayores sufran soledad contribuyen también una serie de prejuicios sobre el envejecimiento; como la relación entre ser persona mayor y ser niño; no tener vida productiva; no tener experiencias ni necesidades sexuales; ser inútil, trasnochado y dependiente. También la soledad constituye un posible prejuicio: todas las personas mayores se sienten solas y están aisladas.

Las estrategias, los remedios para afrontar la soledad son diferentes en función de los recursos al alcance de las diferentes personas y de la sensibilidad e intereses diferenciados. No obstante el desarrollo de actividades domesticas, la televisión, la radio, el retorno o aumento de las practicas religiosas, las comunicaciones telefónicas, los centros especialmente para mayores – centros de día – la participación en actividades culturales, turísticas o de ocio y muchas mas, entre ellas, raramente las segundas parejas, constituyen recursos que salen al paso de la necesidad de vivir estimulados y no sucumbir en la soledad. No menos importante, el recurso a actividades de voluntariado, donde la solidaridad y el deseo de ayuda a otros se vuelve también hacia uno mismo, satisfaciendo la necesidad de sentirse útil y de integrase en una estructura que le proporciona una serie de vínculos sociales. Y sin duda el rol del abuelo, para quien lo es y lo puede ejercer por la proximidad de los nietos, es medio para salir del paso de la posible soledad.

También señalar a modo de ilustración, como algunas personas mayores, cuando descubren que enfermar es una solución para su soledad, las propias molestias se convierten en el centro de su de atención y en la estrategia para atraer a sí a las personas queridas o a los cuidadores profesionales. Pueden llegar a aprender que solo con el dolor, consiguen ponerse en el centro de la escena y de la atención. La enfermedad puede ser la solución para romper la soledad.

Pero salir al paso de la soledad no es exclusivamente una responsabilidad de la persona mayor o de la familia sino de la sociedad en su conjunto, porque corresponde a todos considerar el problema de la soledad de las personas mayores con responsabilidad.

sábado, 12 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (14)


LA RESOCIALIZACIÓN.- LA DIMENSIÓN DEL TIEMPO EN EL ENVEJECIMIENTO

El proceso del envejecimiento puede analizarse sociológicamente desde dos puntos de vista: el del individuo que lo experimenta; y el de la sociedad en cuyo seno se representa.

Desde el plano individual se habla de resocialización como aquel proceso que reconstruye las relaciones sociales rotas después de unos años de desempeño de determinados roles – padre, marido, o esposa, trabajador - y que obliga a aprender las obligaciones y derechos de las nuevas situaciones de abuelo, viudo, jubilado etc. Lo peligroso para la persona mayor es mantener una postura rígida frente al cambio, defendiendo la estabilidad como mecanismo de seguridad. De ahí la importancia de la educación de las personas mayores como instrumento de resocialización, lo que exige aceptación, acomodación, adaptación e integración


La aceptación, supone reconocer la existencia de los valores de las personas pertenecientes a otro grupo de edad, aunque subjetivamente no los considere como propios; y aceptar conductas sociales, políticas, económicas, familiares, sexuales etc. opuestas a sus valores, aunque en la realidad exista más una pacifica convivencia entre generaciones, que conflictos.

Es conveniente acostumbrarse durante la etapa adulta, en los años activos, a poseer una cierta aptitud y flexibilidad que permita a las personas mayores, en su día, mantener relaciones sociales satisfactorias con el resto de los grupos sociales, para estimular la acomodación.

Una etapa más es la que exige un cambio de conducta, la adaptación, para evitar frustraciones personales. Y sin embargo, es de resaltar que a una gran parte de la población no les interesa los mecanismos preventivos de los problemas sociales de las persona mayores: por ejemplo los cursos de preparación para la jubilación; los grupos de apoyo a los viudos; formación para ocupaciones alternativas al trabajo

La jubilación fuerza a múltiples adaptaciones, al cortar con el mundo económico productivo. La adaptación social de la persona mayor se realiza a través de un proceso de sustitución, reemplazando las actividades perdidas por otras nuevas; y de reducción de actividades. Sin embargo la dificultad de sustitución descansa en dos razones fundamentales: la deficiente información sobre actividades alternativas, y la falta de preparación de la mayor parte de los jubilados para sustituir sus ocupaciones anteriores con una nueva actividad continua. Además las personas mayores disminuyen el número e intensidad de sus ocupaciones con el peligro de reducción de roles sociales, haciendo de su vida una mera supervivencia biológica. La decadencia comienza cuando la vida de la persona mayor carece de significado psicosocial. En cambio, el entusiasmo, la fortaleza, la autorealización, la autoestima y la perspectiva optimista y esperanzada, son elementos de una adaptación satisfactoria.

La resocialización de la persona mayor constituye la integración total en los valores de la sociedad contemporánea. Ello es difícil porque no puede renunciar totalmente a los propios. Es por tanto más constructivo que las personas mayores luchen por incluir sus propios valores en la sociedad a través de la legislación y actividades colectivas, que el tratar de integrarse por su conducta a los valores jóvenes predominantes, como la belleza, fortaleza, innovaciones radicalmente opuestas a los valores potenciales de las personas mayores.

El tiempo histórico o época en la que existe la persona es única e influye de una forma peculiar en la experiencia de los sujetos que la viven. Determinados acontecimientos importantes para personas de la misma edad que los han vivido conjuntamente, en lugar y tiempo, originan las generaciones, al quedar marcados en su experiencia vital de una forma parecida. La conciencia generacional se manifiesta en posturas sociales homogéneas, con reacciones parecidas, denominadas “efecto cohorte”, lo que facilita la previsión de sus actitudes y de su conducta social.

En el conflicto generacional entre jóvenes y personas mayores, se enfrentan actitudes que resultan incompatibles, al ser los valores de grupo contradictorios. Pero el conflicto generacional resulta mas retórico que real, ya que se concentra en aspectos externos, formales – música, ocio... – más que en la esencia de valores que el sujeto joven aun no ha interiorizado, debido a que su trayectoria vital no le ha exigido asumir los status de personas mayores.

Los cambios psicológicos a los que las personas mayores se enfrentan, tiene que ver en primer lugar con la idea de tiempo. El tiempo es una dimensión en la que transcurre nuestra vida, pero durante la juventud el tiempo es algo que no tiene límites, uno se maneja con el “algún día”, pareciera que fuera algo eterno. En el envejecimiento tomamos conciencia del tiempo nuestro que es finito, acotado y tiene fin. La toma de conciencia también tiene que ver con la crisis de identidad. Se hace balance vital, se mira para atrás, se mira para adentro, uno se introspecciona para tratar de reconocerse.

Junto al encuentro del tiempo aparece la vivencia perdida, que marca profundamente el proceso de envejecer. Decimos que pérdida es la vivencia por la cual se siente que ya no se tiene algo significativo, real o no. Un ser querido, un objeto importante, una actividad relevante, un rol (laboral, parenteral), el cuerpo joven, habilidades, disminución de algunas funciones sensoriales, un accidente, una mudanza, la salida del hogar de los hijos etc. Las pérdidas se elaboran a través del proceso de duelo. El duelo es un trabajo psíquico natural, normal que no está exclusivamente vinculado a una perdida por muerte, y que lleva un período para su elaboración. Rabia, desesperación, impotencia, negación, tristeza, son sentimientos que siempre acompañan a este proceso y que lleva un tiempo hasta su resolución

Una crisis de identidad que acontece en mayor o menor medida, produce inquietud, angustia, desconcierto, aparece el aguijón de la soledad, el aburrimiento, la rutina, la temida depresión. Todo, consecuencia del encuentro con las pérdidas y los cambios. De ahí la educación para el envejecimiento, tomando conciencia de que se ésta accediendo a una etapa de la vida en que se registran pérdidas y ganancias; tomar conciencia de nuevos roles a desempeñar, nuevas formas de vida o actitudes frente a la misma y con esto, inserción activa y participativa en la sociedad. Lograr la integración del pasado con el presente.

domingo, 6 de junio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (13)


FORMAS DE COMPRENDER EL ENVEJECIMIENTO Y LA JUBILACIÓN

Ha llegado la jubilación y ante esta nueva situación no existen reglas sobre que actividades pueden dar respuesta a las necesidades de ocupación, responsabilidad y reconocimiento del estatus social. Cada persona sabe mejor que nadie que puede, quiere y debe hacer al jubilarse.

No obstante hay que resaltar diferentes estilos de vida de las personas mayores después de la jubilación según el mayor o menor grado de posesión de: bienes materiales – capital biológico y económico –; bienes sociales – relaciones sociales y tipos de experiencia profesional; y bienes culturales – nivel de instrucción –.

No existe una única forma de vivir la vejez sino diferentes estilos de vida. Más allá de las características propias de la vejez, cada sujeto atraviesa el proceso del envejecimiento de acuerdo con su biografía y su posicionamiento personal o actitud, cuando se pasa de una actividad productiva, a la inactividad, una vez alcanzada la jubilación. Y así se puede pasar:

De una actividad productiva a otra decadente, siendo la preocupación máxima el mantenimiento biológico y la supervivencia. Se exterioriza por un dinamismo espacial muy reducido – paseos rutinarios en áreas muy estrechas y a la misma hora; reducir su permanencia solo en el espacio domestico viviendo en un mundo cerrado, falto de relaciones sociales. Esta tipología responde a personas mayores carentes de todo tipo de bienes tanto materiales como sociales y culturales

De una actividad productiva a una situación de participación, aceptando el lugar en que la sociedad les coloca, siendo consumidores o receptores pasivos de bienes de escasa referencia cultural, ofertados por la publicidad. Se manifiesta en personas mayores con cierto poder adquisitivo pero escasos recurso culturales

De una actividad productiva al interés de conservar los roles familiares con las dificultades que supone adaptarse a las nuevas realidades del núcleo familiar. El disfrute de bienes materiales – salud y economía - por parte de la persona mayor es condicionante de este estilo de vida

De una actividad productiva a practicas consumistas o de ocio viajes, excursiones y vacaciones que exigen disponibilidad de bienes materiales – económicos

De una actividad productiva a otra creadora y socialmente reconocida, reflejada en un grupo minoritario ya que exige una alta posesión de bienes materiales, sociales y culturales

Ante la variedad de posibles estilos de vida, la etapa del envejecimiento proporciona una nueva oportunidad de retocar el estilo de vida que se ha ido configurando a lo largo del tiempo. Pero para ello es necesario poner en juego la educación permanente. Las personas mayores necesitan estímulos intelectuales, ya que el envejecimiento es una sucesión de cambios, a los que hay que adaptarse para mantener el equilibrio, exigiendo, además, el asumir nuevos roles

Las personas mayores que no desarrollan actividad alguna, enferman más y mueren más jóvenes que los que se mantienen dinámicos.