domingo, 28 de abril de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (136)

Género y viudedad

La viudedad en la vejez se ha considerado uno de los hechos vitales más importante. Esta más extendida entre las mujeres, ya que a partir de los 80 años, la mayor parte son viudas; en cambio los varones siguen casados y viven con sus mujeres a esa edad.


La proporción de mujeres  viudas es tres veces mayor que entre los hombres. Ello lleva consigo que los hombres tengan una mayor probabilidad de  ayuda de su cónyuge, mujer, en caso de ser dependientes  o de tener problemas de salud, mientras que entre las mujeres la disponibilidad de ayuda por parte del cónyuge, marido, es sustancialmente menor. Vivir con el cónyuge es un factor decisivo para evitar el recurso a la ayuda formal. El porcentaje de mujeres mayores cuidadoras es mucho mayor que el de hombres cuidadores.


 
  

Existen consecuencias negativas relacionadas con la viudedad, entre las que se puede destacar: disminución de apoyo social, soledad, (3 de cada 10 mujeres mayores viven solas, mientras que en el caso de los hombres mayores, 1 de cada 10 vive solo. Y ello principalmente por dos razones: por un lado, a la mayor esperanza de vida de las mujeres y, por otro lado, a la presencia de multitud de matrimonios en los que el hombre es mayor que la mujer), ansiedad, alteraciones del estado de ánimo y apatía, aislamiento social y  depresión, realización de otros roles, por ejemplo  tareas domésticas por parte de hombres viudo,  incremento del consumo de alcohol, tabaco y drogas, generalmente en personas que han consumido estas sustancias antes de enviudar, aumento de la mortalidad (las personas mayores viudas tienen un riesgo elevado de morir antes que otras personas mayores que no están viudas, normalmente entre los 6 y 12 meses del fallecimiento de la pareja), declives en la salud e incremento en el riesgo de mortalidad en el cónyuge superviviente, especialmente en el caso de los hombres , consecuencias económicas, especialmente en el caso de las mujeres que experimentan una disminución significativa de sus pensiones, traslado de residencia y aumento de la probabilidad de institucionalización


Todo ello lleva consigo una sintomatología que viene caracterizada por tristeza, alteración del sueño, llanto, insatisfacción, pérdida de apetito, pérdida de peso y dificultades  para la concentración




 

Sin embargo hay  personas viudas  que tras la viudedad se produce una liberación de las responsabilidades del cuidado, especialmente en el caso de las mujeres, un aumento de la participación social o el fomento de la frecuencia del contacto con la red social existente y el desarrollo de nuevas relaciones sociales. Estas consecuencias aparecen con mayor frecuencia entre las mujeres que entre los hombres.


El efecto de la viudedad es menos negativo para las mujeres ya que son capaces de establecer lazos cercanos con otras personas, en especial con otras mujeres mayores. Los hombres mayores confían casi de manera exclusiva en sus cónyuges y una vez que han enviudado es menos probable, que en el caso de las mujeres, que compensen la pérdida estableciendo nuevas relaciones


La tristeza asociada a la viudedad es una respuesta normal y no una forma de patología, por lo que el objetivo de cualquier terapia no debe ser eliminarla, sino comprenderla y aliviar el dolor que acompaña a la viudedad.


 


domingo, 21 de abril de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (135)

Beneficios terapéuticos y sociales del baile en las personas mayores

     El baile proporciona una serie de beneficios que tienen especial importancia para las personas mayores. El hecho de asistir al taller de baile no tiene como objetivo principal aprender a bailar sino medio, excusa y justificación para salir de casa, abandonar la poltrona del televisor, integrarse en un grupo humano y sentirse parte de él, descubrir una nueva forma de pasarlo bien y hacer ejercicio. Es muy importante vencer la tendencia natural al ostracismo en las personas mayores, sintiendo la necesidad de “hacer algo”, relacionarse con los demás y abandonar ese “morir un poco” que suponen las horas perdidas sin nada mejor que hacer que tragarse lo que pongan en la televisión. Si además de esto, se aprende de verdad a bailar, aunque sólo sea un poco, mejor que mejor.      


     Desde el punto de vista físico el baile en las personas mayores es una herramienta gimnástica que permite mejorar la resistencia y tonificar los músculos. Por el trabajo cardiovascular, beneficia al corazón, reduciéndose el riesgo de cardiopatía coronaria. Aumenta el flujo sanguíneo al cerebro. Mejora la circulación, al mover y levantar las piernas. La respiración es más profunda y ayuda a fortalecer los pulmones. Disminuye la presión arterial. Se queman tantas calorías como caminando o montando en bicicleta. Ayuda a controlar el peso. La energía que requieren los movimientos de los pasos fortalecen los huesos de las piernas y las caderas, importante para mantener la salud ósea. Ayuda a conciliar el sueño con mayor facilidad. Reduce el colesterol y elimina sustancias tóxicas del cuerpo El baile también puede reducir el riesgo de la enfermedad del Alzheimer y otras formas de demencia en los ancianos.     

     
Psicológica y socialmente, el baile contribuye a un menor estrés, depresión y soledad. Al bailar nuestra mente se concentra en memorizar y realizar adecuadamente los pasos, que hace que nos olvidemos de los problemas cotidianos, relaja. La alegría que brinda la música y la destreza de sus movimientos animan el espíritu y obligan al cuerpo a moverse. Es diversión y placer al tiempo que se aprende. Es un pasatiempo que estimula la creatividad. Eleva tanto la autoestima, que nos hace sentir triunfadores. Ayuda al desarrollo de la disciplina y el autocontrol. El baile es una actividad lúdica que permite relacionarse con otras personas de manera fácil y sencilla que ayuda a superar la timidez. Es una terapia que ayuda a salir del aislamiento personal, libera tensiones y bloqueos, desconecta de la rutina, levanta el ánimo; representa la adquisición de nuevos hábitos en sus formas de andar y moverse, porque el baile modela. Es un ejercicio que va dándole forma estética al cuerpo. 


     ¡Salga de casa! No se encierre, es una buena inversión acudir a UN TALLER DE BAILE PARA PERSONAS MAYORES. ¡Recuérdelo¡

domingo, 14 de abril de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (134)


¿Podemos aprender de nuestros mayores?


La sociedad actual, para dar soluciones a sus problemas, busca más información en libros, asistiendo a conferencias o navegando en Internet, que acudiendo a las personas mayores para pedirles orientación y consejo. Sin embargo ha quedado demostrado que los mayores son una fuente clave de sabiduría para averiguar cómo vivir más feliz y más saludable. Es por ello un grave error no tenerlos en cuenta. Poseen conocimientos de cómo vivir bien en tiempos difíciles. Han experimentado personalmente situaciones que los jóvenes temen, como son la enfermedad y la pérdida. 



Por esta razón cabe preguntarse qué es lo que las personas mayores saben sobre los grandes temas. Encontraríamos una serie de consejos, auténticas lecciones de vida. Y ello sacado de las respuestas de una muestra significativa de personas mayores a las preguntas que se le hicieron en el marco de entrevistas. 



 A la pregunta ¿Como elegir una profesión?, los mayores nos aconsejan que es un error la selección de una profesión basada únicamente en las ganancias potenciales. La pasión por el trabajo propio es el mejor cheque que uno puede recibir en la vida. 



 A la pregunta ¿Como actuar sobre nuestro cuerpo para lograr longevidad?, los mayores nos aconsejan que conductas como el tabaquismo, una alimentación insana o la inactividad pueden sentenciarnos a enfermedades crónicas en las últimas décadas de la vida. Los jóvenes tienen la oportunidad de actuar de inmediato para impedirlo. 



 A la pregunta ¿Como comportarnos ante las oportunidades?. Los mayores nos aconsejan arriesgarnos y dar el salto cuando la oportunidad llama, puesto que es frecuente arrepentirse y lamentar no haberlo hecho cuando los años pasan. 



 A la pregunta ¿Como elegir a nuestro pareja, compañero/a en la vida? Los mayores nos contestan: con mucho cuidado, sin prisa. La decisión es lo suficientemente importante como para saber antes si somos compatibles con el otro. 




 A la pregunta ¿ Como evitar vivir angustiado por la fugacidad de la vida?. Los mayores nos contestan que no hay mejor máquina del tiempo que vivir cada día intensamente como si nuestra vida fuese muy corta, ya que la sensación que tendremos al hacernos viejos será la de haber tenido una existencia plena. 




 A la pregunta ¿La felicidad es una elección, o una condición?, los mayores nos contestan: la felicidad no es una condición que ocurre cuando las circunstancias son perfectas. Tarde o temprano tenemos que hacer una elección deliberada para ser feliz a pesar de los retos y dificultades. 



 A la pregunta ¿El tiempo dedicado a preocuparse por lo que podría pasar, es tiempo malgastado?. Los mayores nos contestan: es una pérdida colosal de vida feliz preocuparse por las cosas que nunca ocurrirán. 



Y una última pregunta ¿Pensar en pequeño es positivo?. Los mayores nos contestan: cuando se trata de sacar el máximo partido de la vida, hay que centrarse en los placeres cotidianos y aprender a saborear el día a día.

domingo, 7 de abril de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (133)

Pensar con optimismo alarga la vejez


Como introducción al tema ponemos de relieve  una serie de frases que nos harán pensar.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario.
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
La vejez existe cuando se empieza a decir: nunca me he sentido tan joven.
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
La edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero con mucho más esfuerzo.

Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.
Una bella vejez es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida.
Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta.
No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida.
 Todas estas frases  nos estimulan a pensar con optimismo en nuestra vejez, con una sonrisa aun frente a la adversidad. Hay personas mayores que siguen  igual de vitales. Cumplir años con optimismo es posible puesto que la clave de la felicidad reside en gran parte en la actitud mental. Ayuda a tener una vida más saludable. Otras  no pueden evitar  tristeza, depresivas, propensas a tener fallos a nivel orgánico que comprometen su salud. Cualquier persona debe de intentar en cualquier momento de la vida  hacer un esfuerzo por prestar atención a lo positivo en vez de a lo negativo. Por ejemplo, un enfermo que sufre ante una enfermedad puede pensar en el amor que recibe por parte de su familia como un verdadero regalo de esperanza y de generosidad. 


Las personas de edad avanzada con ideas y percepciones positivas sobre el periodo del envejecimiento suelen vivir una media de 7,5 años más que aquellas  que tienen una visión negativa sobre la etapa que están viviendo.
Suele considerarse normalmente que una persona “envejece bien” si tiene pocas dolencias o si sigue manteniendo más o menos sus facultades. No obstante, la felicidad en la vejez depende más de una actitud positiva que de la salud que se tenga. El optimismo ayuda a mejorar la salud física y mental y favorece el descenso de los índices de riesgo de enfermedades. Ayuda a vivir una vida más plena.
      Frases como       “no me detengo a pensar en lo que pasó o en lo que vendrá”. “sigo disfrutando cada día de mi vida sin pensar en la muerte”. “a pesar de mi edad, todavía estoy lleno de planes y proyectos”, demuestran  un perfil optimista ante la vejez.
     


      Hay quienes disfrutan la vejez con alegría, con una sonrisa en los labios. Están de buen humor,  son productivos en muchas actividades, crean, escriben, pintan, hacen negocios, son consejeros  etc. Eso permite ser optimistas. Se han superado los años de preparación en la juventud, los años de trabajo en la madurez, y ahora  toca disfrutar el estar vivos. Con esfuerzo se ha  logrado una familia, una profesión,  tener más tiempo libre, y disfrutar  de las maravillas que han surgido en el mundo desde que nacimos
        Y para terminar recuerde esto. Una persona positiva y creativa puede vivir una vida menos traumática y más relajada. Con una actitud positiva las dificultades se sobrellevan mejor. El optimismo ayuda a tener salud física y mental. El optimismo y la alegría embellecen. El optimismo es contagioso.  Tenga una actitud positiva hacia usted, su familia, sus amigos, su comunidad. Optimismo y vida saludable son claves para una buena vejez., El despertar cada mañana sonriendo a la vida, el mover el cuerpo, ejercitarlo para que no se oxide, y el tener cada día un anhelo, un proyecto, algo, que le dé sentido a tu vida. El optimismo es un deber.