jueves, 29 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (30)

OCIO ACTIVO PARA LAS PERSONAS MAYORES

Entre los principios de las Naciones Unidas podemos destacar que las personas mayores deberán:


a.- Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.

b.-Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y la aplicación de las políticas que afecten directamente a su bienestar y poder compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones más jóvenes.

c.- Buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.

d.- Formar movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.

e.- Aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial.

f.- Tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.


El envejecimiento bien llevado consiste en disfrutar haciendo lo que no se pudo, no se quiso o no se supo hacer antes de alcanzar la madurez

Envejecer no es sinónimo de enfermedad, demencia senil o ausencia de deseo sexual. Tampoco lo es de carencia de capacidad productiva o creativa ni de un estado de eterno cansancio que obliga a llevar una vida sedentaria.

Sin embargo, la sociedad todavía no ofrece suficientes propuestas para llenar los momentos de ocio de ese periodo de la vida y da la espalda a la realidad, a pesar de que dentro de 30 años la mitad de la población de este país estará jubilada o en vísperas de hacerlo. A esto se le añade el aumento de la esperanza de vida, situada en los 80 años, con lo que tras el retiro laboral quedan todavía muchos años en los que disfrutar con actividades distintas a cuidar de los nietos o pasear. Y aunque menos de las necesarias, cada vez son más las alternativas, al margen de las vacaciones en temporada baja, destinadas a esta franja de edad. Estudios universitarios, portales interactivos en Internet o programas de voluntariado son algunas de las propuestas. Veamos

Aulas universitarias para personas mayores

Es tiempo de estudiar, de colaborar con la sociedad o de desarrollar la creatividad

Alrededor de 35.000 hombres y mujeres en edades comprendidas entre 55 y 80 años acuden diariamente a las Universidades de la Experiencia o Aulas de mayores. El título que se obtiene tras finalizar los estudios no posee ningún valor académico o laboral, ya que el objetivo de estos cursos es bien distinto: persiguen promover la reflexión y la curiosidad por el saber, al tiempo que promueven relaciones intergeneracionales entre alumnos jóvenes y maduros.


El nivel académico de quienes desean matricularse en ellas carece de importancia, y así el perfil de los alumnos es muy heterogéneo: amas de casa y trabajadores de la construcción comparten pupitre con doctores o maestros de escuela. Según datos universitarios, el 8% alumnos de estas carreras no cuenta con ningún tipo de formación y el 5% ha cursado una licenciatura o un doctorado. La gran ventaja de estas aulas es que la experiencia vital de los asistentes, su sentido práctico y participativo posibilitan el intercambio de inquietudes, conocimientos no escritos o habilidades forjadas a lo largo de toda una vida.


El voluntariado, otra alternativa para el ocio

Una fórmula que gana adeptos entre las personas mayores, es la de ofrecer de manera gratuita horas del día para colaborar con la sociedad. En numerosas municipios, las instituciones y asociaciones culturales locales precisan de personas con edades avanzadas que quieran realizar labores de guía turístico y así compartir sus conocimientos con los visitantes. En Aranjuez, ocho jubilados regulan el tráfico todas las mañanas y tardes a la salida de los colegios; en Valladolid otros tantos pensionistas enseñan a los escolares el centro histórico de su ciudad. Pero el voluntariado no se limita a actuaciones puntuales, también se desarrollan programas continuos relacionados con acciones sociales, y para tomar parte en éstos los voluntarios reciben formación previa específica. Así, son muchos los mayores que de manera altruista dedican su tiempo a ayudar a personas que necesitan un acompañante, como enfermos, personas con minusvalías y centros de acogida de menores, los destinos preferentes en ese tipo de actividades. También las escuelas y guarderías encuentran en ellos experimentados contacuentos o narradores de aventuras propias. Las decenas de ONG distribuidas por la geografía realizan continuos llamamientos para que se unan a ellos no sólo jóvenes, sino también mayores con los que poder contar algún día de la semana.


Sumergirse en Internet es otra manera de ocupar el tiempo desocupado de las personas mayores. Aunque los ordenadores pueden parecer destinados a los más jóvenes, una vez perdido el miedo a la tecnología, Internet se convierte en un interesante aliado para el ocio. Los internautas que superan los 50 años representan un porcentaje escaso en la Red, pero son, por el contrario, muy participativos. Según un estudio publicado por la Red Internauta, los servicios más utilizados son el chat (charlas a través de Internet) y el e-mail (correo electrónico), por encima de la navegación por páginas web. En el caso del e-mail, sus ventajas frente al correo convencional son incuestionables, al menos, en cuanto al tiempo de entrega, cantidad y diversidad de archivos que se pueden adjuntar (imágenes, sonido, texto). En Internet se suceden concursos, como el que busca al mejor abuelo o la mejor abuela del año, foros de encuentro profesionales y de aficiones o campeonatos de ajedrez.

De hecho, las grandes firmas virtuales comienzan a percibir el filón que suponen las personas de una franja alta de edad, con un relativo poder adquisitivo y que toman decisiones rápidas, y tratan de introducirse en páginas específicas que para esta edad empiezan a abundar en la Red y cuentan ya con un público minoritario pero fiel. Una de ellas es Jubilatas, portal con contenido realizado por y para personas mayores de 65 años que no se limita a hablar de salud, alimentación o consejos. Destaca también Mayores, jubilados y tercera edad, portal que ofrece contenidos de ocio, salud, medicinas alternativas, cursos gratis online, ofertas demandas de trabajos, viajes, cocina, deportes, sexo, amigos, cines, teatros y horóscopos. El último en aparecer en escena es Hacia una nueva juventud, portal dedicado a la tercera edad con contenidos interesantes tanto para particulares como para profesionales del sector e instituciones públicas y privadas.

Otra alternativa para el ocio de las personas mayores son los cursos en centro cívicos. Ayuntamientos y asociaciones de diversa índole preparan extensos programas de formación y entretenimiento, dirigidos a hombres y mujeres que disponen de tiempo para dedicárselo a sí mismos. Estos programas están subvencionados, y sí hace unos años los presupuestos respondían al número de personas vinculadas a los entonces llamados clubes de jubilados, hoy el baremo para determinar qué ayuda reciben estos centros, rebautizados como centros cívicos, depende de la calidad y cantidad de cursos que imparten. Habitualmente los intereses se inclinan hacia programas de restauración, informática, pintura, creación literaria, maquetas o actividades más dinámicas como natación, gimnasia y bailes que se ofrecen de manera ininterrumpida durante todo el año, de manera gratuita o con precios muy asequibles.

Por último y de una manera general, la formación para las personas mayores es un instrumento imprescindible para dar nobleza a su tiempo de ocio Y ello por las siguientes razones:

* Permite permanecer activos intelectualmente, sin descuidar las facultades mentales.

*Aprender proporciona una beneficiosa sensación de satisfacción personal y confianza en uno mismo. Facilita la relación con personas de la misma edad, con inquietudes, problemas o aficiones similares.
*Ayuda a vencer la depresión y a seguir activos, ya que obliga a salir de casa, ir a la escuela, intervenir en clase...
*Posibilita un mayor acercamiento a los jóvenes, con quienes se pueden mantener conversaciones sobre informática, literatura... permitiendo un enriquecedor intercambio de conocimientos, atractivo para ambas partes.
*Mejora la forma física, ya que en muchos centros también se imparten clases de educación física especializada y bajo supervisión médica.

Enrique Pozón Lobato

lunes, 26 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (29)


EDUCACIÓN Y UNIVERSIDAD EN EL MARCO DE LAS PERSONAS MAYORES

Introducción a la Tesis Doctoral que con dicho titulo, fue presentada y defendida en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, por Enrique Pozón Lobato, el 26 de Febrero de 2006, con 73 años de edad, obteniendo la calificación de Sobresaliente “cum laude”
.


El enunciado de la Tesis Doctoral señala el camino a estas líneas de introducción. El envejecimiento en el siglo XXI, es un fenómeno cultural, no uniforme, eminentemente plural, asincrónico, heterogéneo, y en el que el azar, la vida o los problemas sociales, ha esculpido, a su antojo, rostros diferentes de vejez.

El alargamiento de la duración de la vida humana reedefine sin cesar el recorrido de edades, lo que conduce a la multiplicación de las etapas del ciclo vital, y a la reinterpretación de los significados del recorrido.

Ante el modelo productivo, en donde el sentido de la vejez es una condición impuesta por la sociedad, a través de la jubilación, que supone el paso de la actividad a la inactividad laboral, se impone la elaboración de un modelo de vejez satisfactoria, a partir del concepto de autonomía, que se enfrente al doble reto de: superar los tópicos e ideas falsas que popularmente se proyecta sobre la vejez, entorpeciendo su comprensión y desarrollo; y vencer los eufemismos que se emplean, para denominar realidades dolorosas o despreciable. Afrontar el envejecimiento con actitud participativa, autorealizable, creativa, intelectual, con un concepto y percepción positiva, reconocida socialmente. En definitiva considerar a las personas mayores como sujetos de la educación en el contexto del envejecimiento, con sus significados, procesos, rasgos culturales y calidad de vida

El estudio de las personas mayores en la actualidad, proporciona datos acerca de cómo será la vida de este grupo de población en el futuro, pasando de la invisibilidad y anonimato, a una presencia constante, a veces llamativa, en la mayoría de los ámbitos sociales.

Aunque los indicadores demográficos, muestran la realidad de unos países industrializados que envejecen, y seguirán envejeciendo en las próximas décadas, por el incremento de la esperanza media de vida y por el bajo índice de natalidad, dicho fenómeno ha de ser considerado como signo y resultado del desarrollo social y económico; y con un conjunto de valores considerados como parámetros, que definen la cultura del envejecimiento, generadora de un espacio en el agregado de culturas diferenciales que conforma la sociedad.


En estrecha relación con los distintivos de dicha cultura, se hace obligado analizar las connotaciones y los derechos que asisten a las personas mayores, haciendo un recorrido por el catálogo de sus necesidades; formas de manifestarse, así como su evaluación e instrumentación.

En el concepto cultural del envejecimiento se impone el interés por efectuar un estudio detenido de la jubilación, que nada tiene que ver con la vejez tradicional que, impuesta legalmente, homogeneiza a las personas a partir de una determinada edad cronológica, fijada arbitrariamente. Y aunque en su día fue una conquista social y nació como un derecho, en la actualidad se impone una buena disposición ante ella, para lograr diluir sus significantes y manifestaciones lesivas, haciendo posible que el sujeto manifieste conductas más ajustadas a la realidad, facilitándole los niveles positivos de socialización y autopercepción.

La preocupación por difundir la idea de que se puede envejecer competente y saludablemente, y paralelamente por los avances de las ciencias biológicas, sociales y de las humanidades, ha motivado el desarrollo de una serie de conocimientos y técnicas que permiten dar no solo años a la vida, sino vida a los años, es decir calidad de vida.

El análisis conceptual de calidad de vida en las personas mayores; los elementos y circunstancias que la acompañan, así como sus dimensiones y evaluación, a través de indicadores, nos ha servido para profundizar en el componente real o ser físico, psicológico y espiritual; su pertenecía a la comunidad y papel en la misma; así como el llegar a ser. Todo ello objeto de un detenido estudio, teniendo siempre en cuenta los aspectos sociográficos, discriminantes e interpretativos, como vertientes en relación con la condición de persona mayor.


Aspecto interesante y como resultado de lo anterior, es el estudio de la tipología de estilos de vida, consecuencia de la conjunción de los indicadores de calidad de vida o nivel de posesión de bienes materiales, sociales, y culturales. La llegada de la jubilación condiciona actitudes creativas; practicas consumistas; situaciones participativas; y posturas reivindicativas o decadentes.

Las actitudes y acciones sociales están presentes en el desarrollo del tema, haciendo un recorrido desde la vejez invisible a la vejez identificada; y desde la vejez asistida a la vejez integrada. Los problemas de la edad; el envejecimiento como degeneración personal, exigen un cambio social y económico del sistema político, evitando la segregación por edad, que divide a la familia humana, perpetuando el conflicto y la necesidad social.

El objeto de la educación de las personas mayores pone de manifiesto la “tesis de los mayores activos” con la descripción de sus rasgos y análisis de las perspectivas teóricas de las Ciencias Sociales y Humanas sobre el envejecimiento, haciendo un recorrido por el “activismo”, “desvinculación” y “continuidad”, con sus aportaciones positivas y críticas.

En este marco se contemplan las directrices educacionales de las personas mayores, dejando constancia de modelos según las actitudes de autorealización; fijación de objetivos de acuerdo con las exigencias; su fundamentación axiológica; las estrategias, de acuerdo con la situación personal de los actuales mayores; sus diferencias individuales acrecentadas por la edad; estrategias de motivación; la conexión entre nuevos conocimientos y experiencia; integración; compensación de desequilibrios en el acceso a la educación. Y todo ello creando un espacio de educación permanente de este sector de la sociedad.

La capacidad de contribuir de los docentes a una población con diversidad de conocimientos previos, y a su vez dispuestos a aprender de sus educandos; el trabajo en equipo; y el diálogo generacional e intergeneracional, son otras de las características a tener en cuenta en la educación de las personas mayores.


Ante esta realidad hay que propiciar nuevas formas de enseñanza, aquellas que se inscriben como “educación para la actividad”, espacio que mejore la calidad de vida de las personas mayores a través del conocimiento de formas de envejecer; su enriquecimiento psicológico; su participación como miembro activo de una sociedad cambiantes; su formación y esparcimiento. Educación permanente para el desarrollo integro de la persona, dotándola de conciencia crítica e incorporándola a las distintas áreas del conocimiento, potenciando su creatividad en el tiempo libre.

Se parte de la premisa básica de que la educación permanente es pasar de una educación “para la vida” hacia una educación “dentro de la vida”, en la “vida misma”. En este sentido es evidente que las estructuras escolares, en cuanto a aulas, clases explicativas, horarios lectívos, programas, examenes, etc., son inadecuados para educar a los mayores, que exige un sistema que responda a sus intereses y niveles previos, y en donde cada uno prospere a su ritmo. El cambio sociocultural; el combatir la obsolescencia; la forma de mantenerse activo y de comprender el propio envejecimiento, son puntos convergentes para la educación de las personas mayores.

En nuestro país, la legislación no contempla una institución social concreta y exclusiva que satisfaga el aprendizaje y deseos de cooperar y participar de los mayores; ni tampoco unos objetivos o fines previamente fijados, consecuentes con la heterogeneidad de los individuos que envejecen. Modalidad no formal, extraescolar, no reglada, abierta y sin fronteras. Y ante tal ausencia la respuesta de la sociedad han sido varias: Centros de Mayores; Aulas de la Tercera Edad; Universidades Populares; Cursos de Preparación para la Jubilación; Escuelas para el Envejecimiento; y Programas Universitarios para Mayores.

La pedagogía dirigida al mayor ha de ser activa, participativa, organizada en torno a experiencias personales gratificantes, constructivas, cualificadas y proyectadas socialmente hacia: la información y educación para un envejecimiento sano; la movilización, mejorando la cohexión social de los mayores; la comunicación con un mayor sentido de autoestima; y para el desarrollo personal con una mayor presencia en la comunidad.

Una vertiente educacional la encontramos en los programas universitarios para mayores, siguiendo las indicaciones de la Declaración Mundial de la UNESCO sobre educación superior en el siglo XXI, que estableció que los Centros Universitarios estuviesen abiertos a las personas mayores, creando oportunidades de aprendizaje flexibles y creativas.

Hay realidades sociales referidas al fenómeno del envejecimiento, que exigen a la Universidad, protagonismo. Es la idea de la Universidad ligada al “envejecimiento activo”. La educación universitaria para personas mayores es consecuencia directa del alto nivel de envejecimiento poblacional, destacando la importancia de que la Universidad tenga un autoconocimiento de ellas y participen en la investigación de temas relacionados con la Gerontología Social.

Ello exigen un replanteamiento didáctico de la enseñanza universitaria tradicional hacia un modelo más flexible y emancipatorio; con incorporación de proyectos intergeneracionales; con iniciativas encaminadas a promover la ciencia y la cultura para mejorar la calidad de vida. La presencia de las personas mayores en las aulas universitarias persigue: llenar de actividades gratificantes el tiempo libre; una mayor preparación para el desarrollo personal; adaptación continua a los cambios acelerados; incorporación plena a las relaciones intergeneracionales; compartir conocimientos y experiencias, en grupos de trabajo; facilitar su desarrollo científico, social y cultural, potenciando su autoestima y autovaloración.


En esta línea, los programas universitarios para personas mayores en España, con diferentes denominaciones reflejo de una diversidad y pluralidad de concepciones, cuentan con el apoyo directo o indirecto y la supervisión de la Universidad. No obstante la forma de enseñar debe tener su base, en determinadas recomendaciones metodológicas, estrategias para el aprendizaje, y peculiares facetas de actuación. En tal sentido es necesario un estudio pormenorizado de las actuaciones de la Universidad en lo que hace referencia a la estructura de los programas, metodología, profesorado, tipología de alumnos, investigación, actividades complementarias, etc.

De ahí algunas puntualizaciones tanto a los planteamientos educativos, como al futuro institucional de estos programas universitarios, ante el doble enfoque de la educación, bien para el reciclaje o compensación del déficit, o para la educación permanente al servicio de “activismo”. Ello impone una diversificación del curriculum, tanto en objetivos como en contenido, a través de la educación reglada o formal, la no reglada y la educación especializada.

La Universidad tiene que cambiar para hacer frente al protagonismo de las personas mayores. Requiere un marco legal y administrativo para la plena integración de este alumnado y sus programas formativos, en la organización docente de la Universidad, destacando la peligrosa segregación de los mismos y de sus contenidos, aunque evitando un excesivo afán de homogeneización, al establecerse un marco base.

Planteado el problema y su apoyo teórico, se pasa a su fundamento empírico, siendo el fenómeno a investigar en su contenido, vertiente espacial y temporalidad, “El proceso educativo de las personas mayores en el ámbito universitario, con especial incidencia en el Aula de Formación Abierta para Mayores, UMA, cursos 2002 – 2003; 2003 – 2004”. Se sustenta en como se piensa realizar la investigación, beneficiarios de la misma, naturaleza del proyecto, origen y fundamento, objetivos, metas, diseños y etapas, metodología, recursos humanos y materiales, análisis e interpretación de los resultados; y conclusiones.

Se estableció el procedimiento para implicar en las tareas de investigación a los propios alumnos del Aula de referencia, prestando su apoyo y colaboración, el Vicerrectorado de Servicios a la Comunidad Universitaria, UMA; el Coordinador del Aula de Mayores; AMADUMA, (Asociación de Amigos Mayores de la Universidad de Málaga) y el Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación.

Para instrumentalizar la acción de los alumnos y hacerles partícipes de un programa de investigación, fueron requisitos previos, la preparación y motivación para crear unas condiciones y ambiente propicio que condujera a una integración en la acción investigadora con la creación y funcionamiento de un “grupo de investigación”, partiendo de la óptica de quien vive el problema, como lo vive y que posibilidades vislumbra de solución del mismo.

Quedo así constituido el “grupo de investigación” con el objetivo de impulsar la investigación entre el alumnado del Aula de Formación Abierta para Mayores, UMA, proyectando su capacidad y necesidad de que sean participes en el desarrollo del “Aula” desde la investigación sobre un tema de esencial interés y trascendencia para su evolución educativa; e impulsar el trabajo conjunto y de colaboración con el resto de la comunidad universitaria, permitiendo un mayor conocimiento del Aula de Formación Abierta para Mayores en el seno de la Universidad y de la sociedad en general.

Terminamos indicando que las Aulas Universitarias para Mayores están en una fase de exigencia de calidad y no de justificación de su existencia, que es ya un hecho evidente. Y que su propuesta pedagógica debe buscar un equilibrio armónico entre su altura científica y las necesidades o expectativas específicas del alumnado mayor, siendo sus objetivos promover los tres pilares básicos del quehacer universitario: enseñanza, investigación y servicios a la sociedad.

Y destacar la necesidad de un compromiso social para hacer viables estos proyectos de mejora en la calidad de vida y la participación de los mayores en la sociedad.

sábado, 24 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (28)

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LO QUE VD. NECESITA CONOCER DEL ENVEJECIMIENTO

En este artículo, vamos a dejar constancia, de una serie de puntualizaciones para que sean no solo leídas sino meditadas por todos Vds. como verdaderos protagonistas, en el escenario del envejecimiento.:


1.- Las personas mayores en el futuro, como grupo de población, pasaran de la invisibilidad y anonimato, a una presencia constante, a veces llamativa, en la mayoría de los ámbitos sociales ya que cada vez tiene menos que ver la persona mayor con el estereotipo que lo identificaba con la pobreza, la marginación y el desinterés por el mundo.

2.- El alargamiento de la duración de la vida humana redefine sin cesar el recorrido de las edades, lo que conduce a la multiplicación de las etapas del ciclo vital y la reinterpretaciòn de los significados del recorrido.

3.- Ante el modelo productivo en donde el sentido de la persona mayor es una condición impuesta por la sociedad a través de la jubilación, como paso de la actividad a la inactividad, se impone la elaboración de un modelo satisfactorio, a partir del concepto de autonomía, que se enfrenta al doble reto de superar los tópicos e ideas falsas que popularmente se proyecta sobre los sujetos de edad, entorpeciendo su compresión y desarrollo.

4.- Afrontar el transcurso de los años con actitud participativa, autorealizable, creativa, intelectual, con un concepto y percepción positiva, reconocida socialmente, considerado como signo y resultado del desarrollo social y económico. Con un conjunto de valores considerados como parámetros que definen la cultura del envejecimiento, generadora de un espacio en el agregado de culturas diferenciadas que conforman la sociedad.

5.- Hemos pasado de una sociedad en la que el peso de las personas mayores era marginal, con una esperanza de vida, que en el mejor de los casos, prácticamente coincidía con la edad de la jubilación, a una sociedad en la que las personas mayores van siendo el segmento mayoritario de la población con muchos años por delante, un tercio de su vida una vez jubilados.


6.- Si se ensalza la juventud como un estado ideal, forzosamente el envejecimiento se vive como una limitación, como una perdida a la que caminamos de forma irreversible. De ahí la paradoja de que la vida de las personas en lugar de ser una acumulación de experiencias, de aprendizaje continuo, de una búsqueda constante y de interés por descubrir, parece que a partir de cierto momento que ya no se es joven, ya no se tiene futuro. Por ello en el momento en que se entiende el envejecimiento no como una limitación sino como un periodo más de la vida en el que se puede vivir con la misma intensidad que en cualquier otra edad, habremos conseguido algo decisivo.

7.- Desde el plano individual, en el envejecimiento se habla de resocializaciòn como aquel proceso que reconstruye las relaciones sociales rotas después de unos años de desempeño de determinados roles – padre, marido o esposa, trabajador, trabajadora, y que obliga a aprender las obligaciones y derechos de las nuevas situaciones de abuelo, viudo, jubilado etc.

8.- Es peligroso para la persona mayor, mantener una postura rígida frente al cambio, defendiendo la estabilidad como mecanismo de seguridad. De ahí la importancia de la educación de las personas mayores como instrumento de resocialización, lo que exige aceptación, acomodación, adaptación e integración.

9.- El principal problema del envejecimiento, cualquiera que sea la edad de la persona es la contradicción entre los deseos y la realidad. Desengaño por intentar alcanzar objetivos imposibles, imponiéndose la capacidad de dejar de presumir de joven y hacerlo como persona digna, disfrutando de lo que es propio de la persona mayor: tiempo libre de urgencias, serenidad de espíritu, lejos de impulsos juveniles, reflexión como producto de la experiencia y paz interior como premio al abandono de rivalidades.

10.- Se impone la aceptación serena de los elementos propios de cada edad, con una posición optimista en relación con las propias posibilidades y con una estructura lo suficientemente autónoma como para poner en primer plano el propio proyecto vital, y seguir conectado al entorno social, familiar y personal, lo que llevaría consigo un mayor crecimiento personal y de bienestar.

11.- Ante las persona mayores “objeto” que se limita a recibir atenciones y cuidados de la sociedad han de surgir las personas mayores “sujeto” protagonistas de su propio desarrollo y que tratan de encontrar un nuevo rol propio que ejercer y de inventar una nueva cultura que solo los mayores, pueden crear y disfrutar. Invención de un nuevo envejecimiento, el surgir de una nueva cultura solo para personas mayores que haga olvidar el actual estigma del envejecimiento y se convierta en su seña de identidad colectiva.


12.- En cuanto al devenir social de las personas mayores hemos de indicar que no se puede afrontar el envejecimiento mediante la búsqueda de soluciones inexistentes que lo hagan desaparecer, sino que son necesarios planteamientos innovadores de adaptación.



PROGRAMAS UNIVERSITARIOS PARA PERSONAS MAYORES

En cuanto a los programas universitarios para personas mayores y como resultado de investigaciones reflejadas en la parte empírica de mi tesis doctoral “EDUCACIÓN Y UNIVERSIDAD EN EL ÁMBITO DE LA CULTURA DE LAS PERSONAS MAYORES” llegamos a las siguientes conclusiones:

. 1.- La disminución en la actualidad del número de estudiantes jóvenes en edades comprendidas entre los 18 y 23 años matriculados en la Universidad, y el incremento de la población mayor de 65 años que supone el 20% de la población total, con expectativas de un envejecimiento activo y satisfactorio, obliga a apostar por otros usuarios de la institución universitaria, poniendo de relieve la necesidad de un compromiso social para la mejora en la calidad de vida y la participación de los mayores en la sociedad.

2.- Ello exige ampliar la oferta de programas y cursos, dirigidos a personas mayores, tanto titulados universitarios con necesidad de formación permanente; como no titulados, para su acercamiento a la Universidad en esta etapa de la vida.

3.- Ante las expectativa de adaptación de la Universidad al reto del aprendizaje como proceso permanente, la realidad ofrece un modelo de Universidad que no es el más adecuado para la educación de las personas mayores, por lo que es necesario un replanteamiento didáctico de la enseñanza universitaria tradicional hacia un modelo flexible, emancipatorio, humanista e intergeneracional, en una línea de intensificación y reforzamiento.


4.- Los programas universitarios para personas mayores como propuesta pedagógica, debe situarse en un equilibrio armónico entre su altura científica y las necesidades o expectativas específicas del alumnado mayor, exigiendo un cambio didáctico, metodológico y de la forma de enseñar, con exigencia de calidad.

5.- Definición y concreción de políticas sociales, educativas y de financiación de la formación para personas mayores con regulación legal a partir de la LOU y desarrollo básico para conseguir su integración plena en la estructura universitaria, con el reconocimiento de este tipo de programas.

6.- Consecuentemente la apertura de la Universidad a programas dirigidos a: profesionales, personas adultas, para completar su formación y reciclar sus conocimiento; ofrecer oportunidad de aprendizaje que ayude a mantener a las personas mayores en el mundo laboral; personas mayores para facilitarles la herencia cultural de la humanidad; aprovechar la jubilación para lograr lo que siempre quisieron y no pudieron por su trabajo: la obtención de un título universitario; expectativas de programas conjuntos para facilitar los contactos e intercambios entre estudiantes universitarios jóvenes y personas mayores.

7.- Siguiendo las directrices expuestas, se ha de resaltar que los programas que se realicen en la Universidad, atiendan la diversidad de demandas de las personas mayores. En esta línea, debe abrirse un amplio abanico de posibilidades, con las siguientes manifestaciones:.- Que el alumno una vez terminado el ciclo de tres años como mínimo, tenga la posibilidad de asistir a cursos monográficos y/ o diversificados. .- Potenciar la metodología universitaria para asimilarlos lo más posible a los cursos reglados, fomentando los trabajos de investigación que beneficien a los alumnos, a la propia Universidad y a la sociedad en general. .- Cursos especialmente diseñados para que los alumnos que los cursen con aprovechamiento, puedan convalidar, total o parcialmente, la prueba de mayores de 25 años y acceder a los estudios oficiales de la Universidad, en las mismas condiciones que las señaladas cuando se superan dicha prueba. .- Dentro de la ordenación académica universitaria, discernir opciones formativas y programas dirigidos a las personas mayores, que tuviesen estudios previos que permita su acceso directo a la formación superior universitaria y estén interesados en conseguir un título superior u oficial.

8.- El modelo de Universidad que se esta tratando de construir implica flexibilidad en el diseño de sus contenidos, con diversificación de su curriculum. Los programas universitarios para persona mayores, como grupo innovador, pueden contribuir al cambio de la Universidad, existiendo en su órgano de gobierno, la correspondiente presencia institucionalizada.

9.- Necesidad de profundizar en la configuración de este tipo de programas, con la implantación de diversos módulos, cerrados, completos y desarrollados con profundidad, adecuados y adaptados lo más posible a las experiencias, conocimientos y necesidades reales, dentro del entorno cultural, social y político en el que viven las personas mayores; y la elaboración de un marco básico que colabore en la unificación de criterios en relación con asignaturas, profesorado, metodología, didáctica etc.

10.- Lo anterior se completa con: la configuración de un plan de estudios; la referencia a campos de conocimiento más que a materias; y que sean las propias universidades las que concreten las mismas, en función de sus posibilidades y del interés de la población a atender.

11.- Favorecer el intercambio bidireccional de conocimientos estableciendo cauces para que las propias personas mayores planteen sus propuestas y experiencias a los responsables de los programa, siendo receptivos a las mismas, participando oficialmente el alumnado, en las decisiones referidas a las materias a impartir en las clases.

12.- El profesorado universitario ha de estar preparado para este tipo de alumnado y debe cambiar la forma de educar, difundiendo conocimientos de una manera dinámica con una interacción profesor alumno, poniendo en práctica una metodología dinámica, activa, participativa, organizada en torno a experiencias personales gratificantes, constructiva, no agotándose la formación de manera endógena sino con proyección social.

13.- La responsabilidad de la docencia no debe ser exclusivamente del profesorado universitario, sino también de expertos y colaboradores que por sus méritos profesionales puedan ser útiles; teniéndo en cuenta, además, la capacidad del mayor para participar no solo como educandos sino como educadores, en las actividades programadas en el aula de formación abierta, transmitiendo sus conocimientos y experiencias


14.- Un objetivo fundamental dentro de la programación de actividades universitarias para personas mayores es la investigación a través de grupos de trabajo, estimulando al profesorado para que la impulsen, promoviéndose así uno de los pilares básicos de la enseñanza universitaria.

15.- Dada la experiencia profesional y personal de los alumnos mayores, su presencia no puede quedar limitada a la asistencia a las clases para ocupar su tiempo libre y relacionarse con personas que tienen sus mismas inquietudes intelectuales, sino que deben colaborar activamente, participación tanto en la sociedad como en la Universidad, a través de un centro institucionalizado para ello. Se presta un servicio como quehacer propio de la institución superior.

16.- Tener en cuenta el aspecto intergeneracional de los estudios universitarios para mayores, fomentando las relaciones a través de acciones conjuntas de actividades, que favorezcan la oportunidad de compartir conocimientos y experiencias, a través de grupos de trabajo y profundizar en los problemas específicos de ambos biosegmentos.

17.- Que los programas se realicen en el espacio universitario con dependencias adaptadas a las exigencias de las personas mayores, poniendo a su disposición las facultades, departamentos, aulas, laboratorios, bibliotecas etc. sin ningún tipo de discriminación, favoreciendo la convivencia con los estudiantes jóvenes.

18.- Una atención institucional prioritaria debe ser la evaluación de los procesos educativos de las personas mayores; de la configuración de este tipo de programas; y del funcionamiento de sus aulas.


Aula de Mayores de la Universidad de Málaga UMA
Profesor Dr. D. Enrique Pozón Lobato

jueves, 22 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (27)


EL ENVEJECIMIENTO COMO PROYECTO DE VIDA

y III.- MODELO ACTIVO



Se parte de la hipótesis de que solo es feliz y se siente satisfecha aquella persona que es activa, que produce algún rendimiento, que es útil para los demás.


Llegado este momento debemos resaltar el modelo de envejecimiento activo o satisfactorio con el siguiente planteamiento: si se mantiene el prejuicio al referirnos a las personas mayores, de que ellas son el problema y yo, es decir la sociedad, la solución, desembocaremos en una situación en que las personas mayores serán menos receptoras, sujetos pasivos, abocados a la dependencia, a la perdida de autonomía, expropiados de sus respuestas.

Por el contrario se ha de provocar en las personas mayores significados para vivir, convirtiendo el envejecimiento en una etapa activa, creativa y esperanzada. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, encontrando valores que den explicación a su existencia.


El envejecimiento como inicio de un nuevo proyecto

Por ello el envejecimiento debe ser el inicio de un nuevo proyecto. No es volver a empezar, pero si de vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento, con nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo de la vida, haciendo aquello que no se pudo hacer antes. La persona mayor no solo es alguien que recibe sino que también puede dar. Papel activo y protagonista, con iniciativa y decisión.

Llegar a persona mayor no es volver a la infancia o juventud pero si perfilar un modelo donde se atienda sus intereses participativos. Hay experiencia de vida previa, conocimientos, capacidad de aprendizaje y expectativas de futuro. No se trata de llenar un tiempo muerto y vacío sino continuar construyendo un proyecto de vida.
Es cosa rara que esta sociedad se esfuerce por un lado en alarga la vida de la gente en las mejores condiciones físicas y mentales, y en hundirlas simultáneamente, en la condición de ciudadanía inferior. Es como prepararlas para una carrera en la que no pueden participar.

En nuestra sociedad se ha identificado persona mayor e inactividad, y parece no tener cabida ni el mayor activo ni la actividad del mayor, como si ser mayor es alcanzar una especie de meta que conlleva, entre otros destinos, dejar de hacer cosas, no tener interés por progresar o estar la mayor parte del día desocupado. Esto es una barbaridad. Lo malo no es envejecer sino que te envejezcan.

Se parte de la hipótesis de que solo es feliz y se siente satisfecha aquella persona que es activa, que produce algún rendimiento, que es útil para los demás.

Se estará pensando que el envejecimiento activo puede resultar demasiado ideal por generalizar sobre el proceso del envejecimiento y homogeneizar a las personas mayores, creándose expectativas irreales al enfrentarse a las limitaciones biológicas y a las estructuras económicas, políticas y sociales, que a veces se inhiben y evitan que la gente se mantenga activa.

No obstante sigue siendo valida la relación empírica entre actividad y bienestar en las personas mayores es decir, entre el envejecimiento activo y el envejecimiento saludable, existiendo una conexión vital entre actividad y salud.

Directrices y recomendaciones

Las personas mayores en el marco del activismo han de respetar y poner en práctica unas directrices o recomendaciones si quieren alcanzar una existencia satisfactoria:

“Deben, permanecer activos y comprometidos en el contexto donde se encuentran; ocupar su tiempo desocupado en nuevos roles, propios de su nueva situación o estado, evitando caer en la inadaptación y en la alienación; tener presente ideales en su existencia para llevarlos a la práctica en las nuevas condiciones impuestas por la edad avanzada; mantener en lo posible las relaciones sociales anteriores y en su defecto, sustituirlas; prestar atención a la formación continua y perfeccionamiento humano y espiritual; flexibilizar criterios, con apertura a los nuevos tiempos, huyendo del conservadurismo, apatía e inercia”.

En definitiva, destacar las posibilidades de las personas mayores en cuanto a su de participación y autorealización, preparándose y educándose para nuevos roles que le permitan su integración social .

Y considerar el envejecimiento como un período de crecimiento psicológico potencial, ya que el deterioro intelectual no es inherente al envejecimiento, sino cuestión de diferencias individuales.

El activismo tiene sus expresiones en la creatividad y desarrollo intelectual; en nuevos proyectos; y en la realización de actividades que no pudieron ser realizadas con anterioridad. Estas actitudes suponen situaciones de desarrollo progresivo de nuestra cultura respecto a la compresión ante el tema.


Imagen positiva del envejecimiento
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Todo lo anterior refleja una imagen positiva del envejecimiento a través de la creatividad, la necesidad de actualizarse, valorando lo mejor de cada momento, de amar la vida, disfrutando de nuevas posibilidades a nuestro alcance como algo inherente a la condición del ser humano a lo largo de su existencia.

Pero ante todo no tenemos que olvidar que las personas mayores tienen unos valores: la experiencia, la prudencia, la constancia, la sabiduría, la reflexión, la tradición...

Y en una sociedad que ha reducido el conjunto global de valores a los de utilidad, placer, eficacia, fuerza inmediata, capacidad para dominar e imponer un orden, ha olvidado los valores destacables de las personas mayores, como el sincero detalle del cariño, el silencio contemplativo, el diálogo sin prisas, la verdad, el bien, la belleza, el dolor enamorado..

El colectivo de personas mayores constituyen un grupo y un periodo de adaptación y socialización dentro del marco vital.

La prolongación de la esperanza de vida ha supuesto un problema inédito de gestión biográfica, ya que la vida estaba pensada hasta la fecha de la jubilación. De ahí la necesidad de dar solución al dilema, con la invención de nuevas edades o etapas vitales

Los nuevos mayores capaces de protagonizar la invención social de un nuevo perfil de envejecimiento será la generación nacida en la década de los años 60 del siglo XX plenamente escolarizada, que invento la cultura de la juventud en su momento, y la nueva cultura adulta, con el cambio al siglo XXI: y que cuando alcance el predominio político por razón de su superioridad numérica inventara la futura cultura del “nuevo envejecimiento”

martes, 20 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (26)


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EL ENVEJECIMIENTO COMO PROYECTO DE VIDA


II.- MODELO TRADICIONAL

Una persona mayor puede tener un espíritu joven. Los mayores de 65 años pueden ser excelentes trabajadores, siempre que la tarea desempeñada sea proporcional a sus aptitudes y posibilidades.

Después del enfoque expuesto en la I Parte, las personas mayores siguen siendo la asignatura pendiente del siglo XXI. Desde los 60 a los 80 años hay 20 años en los que no se ha sabido encontrar todavía el papel en la sociedad, papel que han de encontrar lo propios mayores, pero que en cualquier caso deberá pasar por rentabilizar su enorme patrimonio social y cultural que en estos momentos esta infravalorado.

En el tema de los mayores predomina la asistencia social, un punto de vista limitado por muchas razones y, entre ellas, la demográfica. En éste sentido, el envejecimiento de la población, la mayor esperanza de vida, y las buenas condiciones físicas y de salud, en las que llegan a la vejez, contrasta con el concepto que socialmente se tiene de las personas mayores.

Cuando una persona llega a los 65 años deja de ser activa, desde el punto de vista productivo o económico, pero no por eso deja de ser útil. Los mayores disponemos de mucho tiempo libre y somos también un colectivo con una gran formación, por lo que la sociedad debería aprovechar todos nuestros conocimientos. Sin embargo, la política queda reducida a viajes, excursiones y lugares de reunión.

Todo eso esta muy bien. Pero el siglo XXI pide otro nivel que permita que los mayores se impliquen en la sociedad desde el punto de vista de la reflexión y la crítica. Para ello es necesaria la ayuda de las instituciones para fomentar la participación y la articulación de este nuevo papel de las personas mayores.

Para centrar el desarrollo de nuestra exposición, vamos a señalar algunas de las características comunes propias de las personas mayores, en su modelo tradicional o de declive, es decir, el concepto que de los mayores tienen amplios sectores de la sociedad, aun, en el siglo XXI. En este sentido vamos a destacar lo más significativo del dicho modelo.


Pérdidas y deterioro en los biológico, psicológico y social

El envejecimiento se percibe como un proceso básicamente de carácter multidimensional que no concierne exclusivamente a la faceta biológica de la persona sino también, a sus dimensiones psicológicas y sociales. Por ello tenemos que destacar los cambios biológicos - problemas en los sistemas respiratorios, circulatorio o digestivo, óseo musculares, disminución de la vista o del oído, cambio en la apariencia física, externa -; los cambios psicológicos - pérdidas de tipo intelectual, afectivo, emocional, de interés o motivación, dependencia, personalidad -; y cambios sociales - modificaciones familiares, jubilación, modificaciones económicas. pérdida de relaciones sociales -.

De las tres grandes categorías, la que recibe mas inquietud es la del cambio biológico – 45% -; después, el cambio psicológico - 31% - ; y cambio social - 24% -
Una imagen del envejecimiento deformada por mitos y prejuicios, que conducen a un estereotipo y a la discriminación.

Los estereotipos se forman a partir de un vacío de información que es llenado con ideas erróneas, no fundamentadas en el conocimiento de la realidad. Se construye un estereotipo del envejecimiento: “considerando la vejez como etapa del ciclo vital que conlleva, necesariamente, deterioro intelectual, enfermedad física, incapacidad funcional y otras muchas lacras”.

Aun cuando tienden a confundirse, la noción de estereotipo se diferencia de la de prejuicio, cuyo significado es un juicio prematuro o apresurado no basado en la experiencia o sin fundamento. Supone una actitud negativa o predisposición a adoptar un comportamiento negativo. En caso de que los prejuicios se acentúen se pasa a una “gerontofobia” que consiste en un odio y negación de la vejez, lo que significa invisibilizar a los ancianos dentro de la sociedad, y en el caso de aquellos que están dentro de esta categoría, disimular o negar su condición. La ancianidad, que se puede manifestar abierta o implícitamente en reacciones legales, sociales, económicas, políticas etc.

Vamos a continuación a exponer algunos mitos respecto a las personas que envejecen:

Mito del envejecimiento cronológico: Los individuos se valoran por el número de años que han vivido; mito de la improductividad: la creencia general es la de que las personas mayores son incapaces de producir; mito de la inflexibilidad: las personas mayores no son capaces de adaptarse a los nuevos tiempos, a las situaciones nuevas; mito de la falta de compromiso: desvinculación; mito de la senilidad: la pérdida de memoria, la disminución de la capacidad de atención, el confusionismo; mito de la serenidad: las personas mayores están sometidas a tensiones que no sufren en otras edades: jubilación, soledad, abandono, enfermedades. Su serenidad es una máscara.

De lo dicho, el modelo tradicional o de declive es aquel que entiende que los cambios ligados al envejecimiento son únicamente pérdidas. Modelo desarrollado desde la biología y la medicina, caracteriza al envejecimiento como “un proceso universal, progresivo, irreversible y degenerativo”.

Esta manera de pensar puede afectar a dimensiones tales como el autoconcepto y autoestima de las personas mayores con una visión negativa del envejecimiento que conduce a sentimientos de desesperanza y pesimismo sobre uno mismo y el futuro


La realidad es bien distinta

Una persona mayor puede tener un espíritu joven. Los mayores de 65 años pueden ser excelentes trabajadores, siempre que la tarea desempeñada sea proporcional a sus aptitudes y posibilidades La pérdida global de la memoria no es mucho mayor que en otras edades. La inteligencia puede aumentar si se proporciona oportunidades para ejercitarla. Tiene capacidad de aprendizaje Su motivación es superior a la de generaciones jóvenes.

(continuará)


sábado, 17 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (25)

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EL ENVEJECIMIENTO COMO PROYECTO DE VIDA

I.- HABLEMOS DE CASI LA TERCERA PARTE DE NUESTRA VIDA

Enrique Pozón Lobato. Profesor del Aula de Mayores de la Universidad de Málaga. Doctor en Ciencia de la Educación y Doctor en Derecho

Nuestra sociedad ha sido seducida por la juventud. Nadie lanza un mensaje que diga ¡que grande es ser persona mayor¡ como si el ser mayor fuese una realidad en la que no se puede contribuir al bien común.

El envejecimiento constituye ya casi la tercera parte de nuestra existencia, por lo que es útil reflexionar, investigando y propagando los cambios que se están produciendo en este sector.

Y ello motivado por el incremento del número de personas mayores En las últimas décadas del siglo XX, y gracias a los adelantos científicos y tecnológicos, la esperanza de vida se ha alargado notablemente, fenómeno anhelado largamente por la humanidad. Lo que a comienzos del siglo XX era de 50 años, es ahora de 80, 85 y más, con la posibilidad genética de alcanzar los 120 años.

Entonces, como dijimos al principio, la vejez como etapa, ya casi ocupa una tercera parte de la vida, que hay que darle la mejor calidad posible, unido al hecho del descubrimiento de nuevos hechos sobre él y sus potenciales, que han provocado la elaboración de un nuevo status social en ellos, siendo la característica principal, el dinamismo, quedando obsoleto la concepción de la edad y su papel en la sociedad.

Fruto de la acumulación de opiniones socialmente negativas es el “ancianismo”, modelo tradicional o de declive, como primer paso para la discriminación real de las personas mayores en la sociedad.

En este sentido, se pone de relieve la necesidad de información objetiva sobre las posibilidades reales de las personas mayores, destacando que la edad – sistema edadista - no es una característica excluyente, por lo que no se les puede aplicar el concepto de “grupo cultural minoritario homogéneo”.


El hecho de envejecer

La Gerontología Social trata de los fenómenos humanos asociados al hecho de envejecer, proceso inherente a toda persona humana. El envejecer es un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable, en el que se dan cambios a nivel biológico, corporal, psicológico y social, así como un conjunto de creencias, mitos, prejuicios, conceptos e ideas verdaderas o no, que determinan actitudes ante el hecho del envejecimiento, que transcurre en el tiempo y esta delimitado por éste.

No es una etapa rígida, igual para todos y cronológicamente marcada sino una parte más del crecimiento del ser humano como lo es la niñez, la adolescencia o la adultez. La vida es una continuidad de crecimiento permanente, siendo el envejecer, un hecho natural e inevitable.

Si bien los fenómenos del envejecimiento se ponen de relieve en todas las personas, no se envejece de igual manera, ni tampoco cada parte del organismo. La igualdad real solo llega con la muerte biológica.

Como todo lo humano, siempre lleva el sello de lo singular, de lo único, de lo individual. Por eso decimos que hay tantas formas de envejecer como individuos distintos, en sus formas y en sus vivencias, debido a múltiples factores, internos unos, externos otros - historia personal, herencia, condiciones de vida, sexo, medio cultural etc.


Las personas mayores como categoría independiente

La sociedad valora a las personas mayores como una categoría independiente, separada como grupo, con características propias y comunes y a la que la sociedad le administra su bienestar y diversión, actuando como cuidadores. Los mayores están más tutelados que respetados, más dirigidos que orientados, recibiendo trato de favor que les hace perder autonomía, aportación, responsabilidad, exigencias, obligaciones y compromisos.

Esta situación conduce a que las personas mayores no encuentren una parcela en el marco de la cultura contemporánea, no aceptando lo que recibe y lo que es peor, no actuando para conseguir sus propios objetivos. Se contempla vulgarmente como una realidad que afecta sólo a una parte de la población. Supone una situación de crisis entre la aspiración natural al crecimiento y las pérdidas que se presentan con la edad.

Nuestra sociedad ha sido seducida por la juventud. Nadie lanza un mensaje que diga, ¡que grande es ser persona mayor¡ como si el ser mayor fuese una edad en la que no se puede contribuir al bien común. Esta postura supone una clara discriminación, catalogando a la persona mayor como un “inútil social”, grave error, sobre todo si tenemos en cuenta que las personas mayores de 65 años constituyen ya el 16,75 % de la población total española, unos siete millones y medio de personas.

No se contempla suficientemente en el ámbito educativo, un enfoque cultural de las personas mayores, con actitud participativa, autorealizable, intelectual, reconocidas socialmente como grupo, con amplios espacios para la creación, recreación e intervención.


En la sociedad del futuro

En el futuro la sociedad que proclama los valores relacionados con la juventud e identifica el envejecimiento con la decadencia y la marginación, se vera amenazada por el hecho de que las personas mayores serán cada vez más, y tendrán un mayor peso en todos los ámbitos; mucho más dinámicas, con mayor nivel cultural, mejor información, con variedad de opciones de ocio y tiempo libre.

Cada vez tiene menos que ver la persona mayor con el estereotipo que identificaba el envejecimiento con la pobreza, la marginación y el desinterés por el mundo. Este cambio cuestiona los principios y mentalidades profundamente arraigadas en nuestra cultura y en nuestra práctica social y económica.

Ante esta situación es necesario que conozcamos los rasgos mas destacados del envejecimiento y una información objetiva sobre el potencial real de las personas mayores, para que la sociedad adquiera una mentalidad abierta, supere prejuicios y actitudes negativas respecto a este biosegmento de la población.

Se ha de pasar del modelo tradicional de persona mayor, deficitaria, en donde todo es perdida y deterioro, un ser pasivo que solo espera la muerte, al nuevo modelo de persona mayor, satisfactorio, activo, en formación, que muestra las limitaciones pero también las posibilidades y ganancias, y que se adapta a los cambios que se vayan produciendo en la sociedad, transmitiendo a las generaciones siguientes, sus experiencias y conocimientos No debemos olvidar nunca que la comprensión que una sociedad muestra hacia la persona mayor es un indicador muy sensible sobre el grado de mayoría de esa sociedad.

(continuará)

martes, 13 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (24)

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TEXTO DE LA INTRODUCCIÓN A LA CONFERENCIA PRONUNCIADA SOBRE”LAS EXPECTATIVAS DEL ENVEJECIMIENTO”

Profesor del Aula de Mayores de la Universidad de Málaga


Buenas tardes.

Antes de comenzar nuestra intervención he de manifestaros que llevamos tres años intentando difundir en la población de personas mayores de Fuengirola y otras localidades, los aspectos mas destacados del envejecimiento activo.

Primero fue a través de una serie de conferencias organizadas por la Concejalía de la Tercera Edad, para destacar el papel de las mayores en la sociedad del siglo XXI.

Más adelante utilizamos como instrumento de comunicación de ideas y conocimientos sobre la vejez, la televisión local – Fuengirola Televisión – con un espacio titulado Aula de Mayores Interactiva, mas adelante Ventana del Mayor, que continua en la actualidad, los miércoles a las10,30 de la noche.

Y por último, la Universidad de Málaga nos facilitó la participación como profesor en el Aula de Mayores de UMA, teniendo en cuenta nuestro ofrecimiento y nivel académicos.

Y dicho lo anterior, nos ha parecido interesante para comenzar este modulo sobre Expectativas del Envejecimiento, que Vds conozcan el contenido de la presentación del espacio televisivo antes mencionado VENTANA DEL MAYOR 2008 – 2009, difundido el 5 de Noviembre de 2008 por Fuengirola TV, con nuestra intervención.

"Buenas noches amigos teleespectadores de Fuengirola TV. De nuevo estamos en el espacio Ventana del Mayor, en su segundo año, convencido de la labor que puede realizarse, a través de este medio de comunicación, haciendo llegar a la sociedad del municipio de Fuengirola, algunas cuestiones de interés, para que las personas mayores conozcan los aspectos positivos del envejecimiento; y también, para que los jóvenes y adultos tengan una visión de esta etapa del ciclo vital, y aprendan a ser mayor, antes de serlo.

A continuación la presentadora del programa, me hizo una serie de preguntas, a las cuales conteste en los siguientes términos:

¿Cuál es el motivo que le impulsa, tener a las personas mayores, como protagonistas, en este espacio divulgativo Ventana del Mayor?

Nuestra sociedad ha sido seducida por la juventud. Nadie lanza un mensaje que diga ¡que grande es ser persona mayor¡, como si el ser mayor fuese una edad en la que no se puede contribuir al bien común. Esta postura supone una clara discriminación, catalogando a la persona mayor como un "inútil social.

¿Pero tan importante es el envejecimiento en la sociedad español?

El envejecimiento afecta en la actualidad a algo mas de siete millones de personas mayores de 65 años, lo que supone el 16,7% de la población total española. Y si a ello, le añadimos el fenómeno del sobreenvejecimiento, con un aumento de octogenarios y centenarios, nos encontramos con dos problemas inéditos de gestión biográfica: primero, la necesidad de resocialización, lo que lleva consigo la necesidad de educación de las personas mayores para el cambio; y en segundo lugar, la atención a situaciones de dependencia, que conlleva perdida de autonomía e independencia.


¿Cómo valora la sociedad española, en general, a las personas mayores que envejecen?

Como una categoría independiente, separada como grupo, y a la que la sociedad le administra su bienestar y diversión, actuando como cuidadores. Los mayores están más tutelados que respetados, más dirigidos que orientados, recibiendo trato de favor que les hace perder autonomía, aportación, responsabilidad, exigencias, obligaciones y compromisos.

¿Qué piensa de esta situación, tal como la describe?

Esta situación conduce a que las personas mayores no encuentren una parcela en el marco de la cultura contemporánea, no aceptando lo que recibe y lo que es peor, no actuando para conseguir sus propios objetivos. No se contempla suficientemente en el discurso educativo, un enfoque cultural de las personas mayores, con actitud participativa, autorealizable, intelectual, reconocidas socialmente como grupo, con amplios espacios para la creación, recreación e intervención.

¿Como valorara la sociedad del futuro, el envejecimiento de las personas mayores?

En el futuro la sociedad que proclama los valores relacionados con la juventud e identifica el envejecimiento con la decadencia y la marginación, se vera amenazada por el hecho de que las personas mayores serán cada vez más, y tendrán un mayor peso en todos los ámbitos; mucho más dinámicas, con mayor nivel cultural, mejor información, con variedad de opciones de ocio y tiempo libre. Cada vez tiene menos que ver la persona mayor con el estereotipo que identificaba el envejecimiento con la pobreza, la marginación y el desinterés por el mundo. Este cambio cuestiona los principios y mentalidades profundamente arraigadas en nuestra cultura y en nuestra práctica social y económica".

¿Qué le diría a los teleespectadores, con respecto a los contenidos del espacio "Ventana del mayor"?

Dos cosa: la primera que conozcan los rasgos mas destacados del envejecimiento; la segunda, la necesidad de una información objetiva sobre el potencial real de las personas mayores, para que la sociedad adquiera una mentalidad abierta, supere prejuicios y actitudes negativas respecto a este biosegmento de la población, pasándose del modelo tradicional de persona mayor, deficitaria, en donde todo es perdida y deterioro, al nuevo modelo de persona mayor, activa, que se adapta a los cambios que se vayan produciendo en la sociedad.

No debemos olvidar nunca que la comprensión que una sociedad muestra hacia la persona mayor es un indicador muy sensible sobre el grado de mayoría de esa sociedad.

Febrero de 2009

lunes, 12 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (23)

Ser Mayor, pero no Viejo

El Doctor Marañon se hacia estas dos preguntas:


¿Se podrá luchar contra la vejez?

¿Llegará un día en que el hombre muera de viejo sin estar viejo?

A estas dos interrogantes él, contestaba con un sí.

Decía: creo que llegará ese día, y no me parece que este muy lejos. La lucha contra la vejez no es conservar la vida sino mantenerla con eficacia con un cierto vigor.



Que todos vivamos una larga vida y nunca lleguemos a ser viejos; y el que es viejo que aprenda a disfrutar como mayor, cada minuto del día

No olvidemos que la edad es la causa de la degeneración de las células; la vejez produce el deterioro del espíritu .

Vd. es mayor cuando se pregunta, ¿vale la pena?; Vd. es viejo cuando sin pensar, responde que no

Vd. es mayor cuando sueña; Vd. es viejo cuando apenas consigue dormir

Vd. es mayor cuando todavía aprende; Vd. es viejo cuando ya no enseña

Vd. es mayor cuando consigue hacer ejercicio; Vd. es viejo cuando la mayor parte de su tiempo lo pasa sentado o acostado.

Vd. es mayor cuando el día que comienza es único; es viejo cuando todos los días son iguales.

Vd. es mayor cuando en su agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir hoy, mañana, pasado, la semana que viene...; es viejo cuando su agenda esta en blanco y solo vive pensando en el ayer

El mayor trata de renovarse cada día que comienza; el viejo se detiene a pensar que ese puede ser el ultimo de sus días y se deprime, porque mientras que el mayor fija la vista en el horizonte donde el sol sale a iluminar sus esperanzas, el viejo tiene cataratas que miran las sombras del ayer

El mayor puede tener la misma edad fisiológica que el viejo, pues las diferencias están en el espíritu y en el corazón

Que todos vivamos una larga vida y nunca llegar a ser viejos; y el que este viejo que aprenda a disfrutar como mayor, cada momento de su vida

No cabe duda que al significado de la vejez hay que añadirle el concepto de calidad de vida. Para ello hemos de seguir las siguientes secuencias:

En primer lugar se necesita vivir, por lo que no debemos olvidar que la persona mayor es un ser frágil, que tiene que aprender a vivir con el envejecimiento, con las enfermedades prolongadas; con la degradación progresiva de su autonomía; con la melancolía.

En segundo lugar se necesita saber para que vivir. Para ello hay que reforzar los mundos vitales de las personas mayores..., los factores ambientales....Nadie envejece por sí solo, sino que con él envejece el propio mundo, sus cosas, los recuerdos, los hijos, la pareja ...


Cuando yo envejezco, envejece también todo cuanto yo he estimado

Las personas mayores no somos meros receptores, sujetos pasivos, abocados a la dependencia o pérdida de autonomía, expropiado de nuestras propias respuestas sino que hemos de provocar en nosotros significaciones para vivir y para convivir, situándonos así en una etapa activa, creativa y esperanzada.

Nunca olvidemos que toda persona, con independencia de su edad, lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido; de encontrar valores que den explicación a su existencia.

En tercer lugar hemos de considerar que el envejecimiento es el inicio de un nuevo proyecto.

Según Naciones Unidas, el 75%, de las personas mayores de mas de 65 años, en los países desarrollados, son personas sanas y activas. No se trata de “volver a empezar” sino de vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento. Una nueva oportunidad, nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo del pasado, hacer aquellas cosas que no se pudieron hacer antes. En definitiva, las personas mayores como maestros del pasado y aprendices del futuro.

La persona mayor no es solo alguien que recibe, sino alguien que puede dar; depositaria de saber y habilidad que puede transmitir, sujeto de generosidad. Ya no importa tanto vivir sino vivir para los demás

La persona mayor con un papel activo y protagonista, con iniciativa y decisión. Lo importante no es lo que se tiene sino lo que se construye con lo que se tiene

A veces las personas mayores piensan que están llegando al principio del final y su proyecto de vida se torna en proyecto de muerte. Para los que se miran en el espejo de la muerte, la primera arruga que se dibuja en la cara; la primera mancha que les sale en la mano; la primera cana que detecta en los cabellos, es motivo de inquietud y depresión


Otros, aunque los años se manifiestan de la misma manera y con los mismos síntomas, ven la vida de otra manera. manteniendo su lucha por la vida y la autonomía, incluso en las condiciones mas adversas. Convierten el proyecto de muerte social en proyecto de vida, al tomar conciencia de que lo más humano del ser humano es, que un día moriremos pero como algo natural en el propio ser humano.

Esta es la cuestión. Que la visión que tiene la sociedad de las vejez como proyecto de muerte, se torne en proyecto de vida. Estoy convencido que en el siglo XXI el gran revulsivo cultura va a venir por la rebelión de las personas mayores contra una sociedad que les margina como seres inútiles e inservibles.