jueves, 22 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (27)


EL ENVEJECIMIENTO COMO PROYECTO DE VIDA

y III.- MODELO ACTIVO



Se parte de la hipótesis de que solo es feliz y se siente satisfecha aquella persona que es activa, que produce algún rendimiento, que es útil para los demás.


Llegado este momento debemos resaltar el modelo de envejecimiento activo o satisfactorio con el siguiente planteamiento: si se mantiene el prejuicio al referirnos a las personas mayores, de que ellas son el problema y yo, es decir la sociedad, la solución, desembocaremos en una situación en que las personas mayores serán menos receptoras, sujetos pasivos, abocados a la dependencia, a la perdida de autonomía, expropiados de sus respuestas.

Por el contrario se ha de provocar en las personas mayores significados para vivir, convirtiendo el envejecimiento en una etapa activa, creativa y esperanzada. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, encontrando valores que den explicación a su existencia.


El envejecimiento como inicio de un nuevo proyecto

Por ello el envejecimiento debe ser el inicio de un nuevo proyecto. No es volver a empezar, pero si de vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento, con nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo de la vida, haciendo aquello que no se pudo hacer antes. La persona mayor no solo es alguien que recibe sino que también puede dar. Papel activo y protagonista, con iniciativa y decisión.

Llegar a persona mayor no es volver a la infancia o juventud pero si perfilar un modelo donde se atienda sus intereses participativos. Hay experiencia de vida previa, conocimientos, capacidad de aprendizaje y expectativas de futuro. No se trata de llenar un tiempo muerto y vacío sino continuar construyendo un proyecto de vida.
Es cosa rara que esta sociedad se esfuerce por un lado en alarga la vida de la gente en las mejores condiciones físicas y mentales, y en hundirlas simultáneamente, en la condición de ciudadanía inferior. Es como prepararlas para una carrera en la que no pueden participar.

En nuestra sociedad se ha identificado persona mayor e inactividad, y parece no tener cabida ni el mayor activo ni la actividad del mayor, como si ser mayor es alcanzar una especie de meta que conlleva, entre otros destinos, dejar de hacer cosas, no tener interés por progresar o estar la mayor parte del día desocupado. Esto es una barbaridad. Lo malo no es envejecer sino que te envejezcan.

Se parte de la hipótesis de que solo es feliz y se siente satisfecha aquella persona que es activa, que produce algún rendimiento, que es útil para los demás.

Se estará pensando que el envejecimiento activo puede resultar demasiado ideal por generalizar sobre el proceso del envejecimiento y homogeneizar a las personas mayores, creándose expectativas irreales al enfrentarse a las limitaciones biológicas y a las estructuras económicas, políticas y sociales, que a veces se inhiben y evitan que la gente se mantenga activa.

No obstante sigue siendo valida la relación empírica entre actividad y bienestar en las personas mayores es decir, entre el envejecimiento activo y el envejecimiento saludable, existiendo una conexión vital entre actividad y salud.

Directrices y recomendaciones

Las personas mayores en el marco del activismo han de respetar y poner en práctica unas directrices o recomendaciones si quieren alcanzar una existencia satisfactoria:

“Deben, permanecer activos y comprometidos en el contexto donde se encuentran; ocupar su tiempo desocupado en nuevos roles, propios de su nueva situación o estado, evitando caer en la inadaptación y en la alienación; tener presente ideales en su existencia para llevarlos a la práctica en las nuevas condiciones impuestas por la edad avanzada; mantener en lo posible las relaciones sociales anteriores y en su defecto, sustituirlas; prestar atención a la formación continua y perfeccionamiento humano y espiritual; flexibilizar criterios, con apertura a los nuevos tiempos, huyendo del conservadurismo, apatía e inercia”.

En definitiva, destacar las posibilidades de las personas mayores en cuanto a su de participación y autorealización, preparándose y educándose para nuevos roles que le permitan su integración social .

Y considerar el envejecimiento como un período de crecimiento psicológico potencial, ya que el deterioro intelectual no es inherente al envejecimiento, sino cuestión de diferencias individuales.

El activismo tiene sus expresiones en la creatividad y desarrollo intelectual; en nuevos proyectos; y en la realización de actividades que no pudieron ser realizadas con anterioridad. Estas actitudes suponen situaciones de desarrollo progresivo de nuestra cultura respecto a la compresión ante el tema.


Imagen positiva del envejecimiento
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Todo lo anterior refleja una imagen positiva del envejecimiento a través de la creatividad, la necesidad de actualizarse, valorando lo mejor de cada momento, de amar la vida, disfrutando de nuevas posibilidades a nuestro alcance como algo inherente a la condición del ser humano a lo largo de su existencia.

Pero ante todo no tenemos que olvidar que las personas mayores tienen unos valores: la experiencia, la prudencia, la constancia, la sabiduría, la reflexión, la tradición...

Y en una sociedad que ha reducido el conjunto global de valores a los de utilidad, placer, eficacia, fuerza inmediata, capacidad para dominar e imponer un orden, ha olvidado los valores destacables de las personas mayores, como el sincero detalle del cariño, el silencio contemplativo, el diálogo sin prisas, la verdad, el bien, la belleza, el dolor enamorado..

El colectivo de personas mayores constituyen un grupo y un periodo de adaptación y socialización dentro del marco vital.

La prolongación de la esperanza de vida ha supuesto un problema inédito de gestión biográfica, ya que la vida estaba pensada hasta la fecha de la jubilación. De ahí la necesidad de dar solución al dilema, con la invención de nuevas edades o etapas vitales

Los nuevos mayores capaces de protagonizar la invención social de un nuevo perfil de envejecimiento será la generación nacida en la década de los años 60 del siglo XX plenamente escolarizada, que invento la cultura de la juventud en su momento, y la nueva cultura adulta, con el cambio al siglo XXI: y que cuando alcance el predominio político por razón de su superioridad numérica inventara la futura cultura del “nuevo envejecimiento”

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