lunes, 28 de julio de 2014

LA VENTANA DEL MAYOR (187)

REFLEXIONES SOBRE SI MISMO (II de II)
“Cada generación debe llegar como una ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales. La juventud que no embiste es peso muerto para el progreso de su pueblo”.“Los jóvenes serán los encargados de liderar el progreso. La juventud es un don de vida intensa, expresiva y optimista”

“Los viejos olvidan que fueron jóvenes y éstos parecen ignorar que serán viejos”. Discriminamos aquello en lo que nos convertiremos, si es que tenemos suerte”

“Al pensar la oposición joven-viejo, viejo-joven surge  el concepto de viejo joven que sería aquel que gracias a su sensibilidad, sentido del humor, solidaridad y otras virtudes juveniles queda a salvo, aunque sea parcialmente, de los vicios del envejecimiento. Aquello que la vejez tiene de bueno no le es propio sino más bien es algo que le fue prestado por la juventud”. 

“El  joven se caracteriza por su capacidad de adaptación  en contraposición a la rigidez de ideas y de pensamientos manifestadas por los viejos”. 

“Lucha entre generaciones. Los viejos no renunciarán a sus protestas contra los jóvenes ni éstos acatarán en silencio la hegemonía de las canas”.


“Se asocia progreso y juventud. Las revoluciones son realizadas por los jóvenes” 

“No podemos esperar una vejez genial en aquellos que en los primeros años de su vida se dedicaron a perder el tiempo: la vejez no pone flores donde sólo hubo malezas, antes bien, siega los excesos con su hoz niveladora”
“La vejez para  el joven es una forma de vida en la que son imposibles el idealismo, la fe, la esperanza. Es una edad biológica que supone a la vez una declinación. Sin embargo, la juventud es, como un compromiso apasionado con un futuro que se vive como si fuera el presente”

“Un viejo no es uno que fue joven, es alguien distinto, sin unión con su adolescencia, es otro”.


“La juventud no ejerce una superioridad moral y, lo que es más importante, todos los jóvenes están condenados a ingresar en el territorio de la vejez. La razón por la cual los personajes viejos sienten nostalgia de los jóvenes no es la de la superioridad moral sino la de su fuerza física o la fuerza de su persona”.

“Para los viejos, seres pasivos, esta fuerza es el síntoma de una voluntad que ellos han perdido y que los jóvenes también pronto perderán. La única forma de preservar la juventud, por lo tanto, consiste en negar la realidad”

martes, 22 de julio de 2014

LA VENTANA DEL MAYOR (186)

REFLEXIONES SOBRE SI MISMO (I de II)

             Como intérpretes de su situación de vejez, los protagonistas, se colocan fuera del tiempo para reflexionar sobre sí mismos. Desde esta posición los personajes miran los dos términos de la comparación, su vejez y la juventud de los otros, para afirmar su diferencia.

             El viejo “Es un recién llegado que de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia”. “Es un gigante forzudo que tiene detrás un pasado de gloria como peleador. Está sometido por el hecho de ya no ser joven. La juventud perdida  llega a través de las reflexiones“.  “Cuando el cuerpo se niega a servir todas nuestras intenciones y deseos o cuando éstos son medidos en  previsión de fracasos posibles, podemos afirmar que ha comenzado la vejez”. “La vejez inequívoca es la que pone más arrugas en el espíritu que en la frente”. “Por momentos parece que predomina lo biológico para luego surgir con fuerza todo aquello que está más relacionado con cuestiones de actitud frente a las cosas y aspectos psicológicos”. .“Las canas simbolizan la proximidad del ocaso y son la manifestación evidente de otros cambios que permanecen ocultos a la vista: el cerebro y el corazón,  todo el espíritu y toda la ternura encanecen al mismo tiempo que la cabellera”.


           “La ignorancia del propio crepúsculo se manifiesta por el rechazo de la propia vejez por parte de aquéllos  que están envejeciendo o han envejecido, como si ésta fuera algo que le sucede a los otros, pero nunca a uno mismo”. “El cambio total de los sentimientos, la pereza para enfrentar tareas nuevas y el abandono de las ideas más personales por otras más comunes y menos arriesgadas. Si alguna excepción existe es justamente una excepción y nunca la regla”.  “El tiempo pasado jamás podría ser recobrado. Su visión de la existencia propone un tiempo fracturado, dividido en dos identidades radicalmente distintas, la Juventud y la Vejez” “La identidad del viejo, un personaje pasivo, sin voluntad, se corresponde con el aspecto de los espacios físicos que lo rodean”.“Amenazado por la máscara común de la vejez, de la rutina, de las leyes biológicas uniformes. Ante esa maquinaria que es el paso del tiempo, sabe que su individualidad es frágil, precisamente porque es consciente de ella”. “La vejez es la edad en la que ya no hay experiencias, nada más que costumbres y repeticiones”. “El viejo es un ser sin voluntad, que vive sumergido en la rutina de sus imágenes conceptuales, lejos de la realidad, incapaz de grandes proyectos”.”. “La vivencia del pasado es la de un tiempo perdido y ajeno, perteneciente a un ser con una identidad distinta a la del hombre que recuerda”. “El tiempo es una serie de hechos rutinarios y de costumbres, es decir un tiempo inmóvil”. “La vejez, es  la vida fuera de los sueños e ilusiones del presente, es un estado esencialmente pasivo, una repetición permanente del presente”. “La vejez, en efecto, es un estado en el que nada pasa”. 


        
        “La vejez, como una degradación de los ideales y de la voluntad, es una consecuencia, pues, de una evolución natural que afecta a los hombres y a los escenarios en los que éstos viven”. “Si la vejez es una degradación de la vida, una pérdida del idealismo y de la fe, entonces el viejo es moralmente inferior al joven y, por lo tanto, puede ser juzgado por él”. “En la juventud el tiempo es percibido como un cambio. Imagina el mañana como un conjunto de realizaciones de sus proyectos”. “Visión de un joven lleno de energía, dispuesto a acusar a las generaciones mayores”. “Los mismos jóvenes que acusaban a los viejos de serlo, pasan a formar parte de ese mundo en pocos años; dejan para siempre el “país de juventud” al que pertenecieron un día”.



domingo, 13 de julio de 2014

LA VENTANA DEL MAYOR (185)




LAS NECESIDADES  DE LAS PERSONAS MAYORES (III de III)

     Para comprender mejor el significado de la calidad de vida de las personas mayores, se impone dejar constancia de cuatro connotaciones del envejecimiento: 

     Ayudar a un ser frágil, para que aprenda a vivir con el envejecimiento, con las enfermedades prolongadas, con la degradación progresiva de su autonomía.

     Reforzar sus mundos vitales, enriqueciendo el entorno de las personas mayores, rechazando todo lo que suponga una simple ayuda basada previamente en un “prejuicio”, “tu eres el problema y yo la solución”. Si esta situación se da, las personas mayores serán meros receptores, sujetos pasivos, abocadas a la dependencia pérdida de la autonomía, expropiados en sus respuestas. Por el contrario se ha de provocar en las personas mayores significados para vivir, convirtiendo el envejecimiento en una etapa activa, creativa y esperanzada. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, encontrando valores que den explicación a su existencia. 


     El envejecimiento es el inicio de un nuevo proyecto. No es volver a empezar pero si de vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento, con nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo de la vida, haciendo aquello que no se pudo hacer antes.

     Autoorganización. La persona mayor no solo es alguien que recibe sino que también puede dar. Papel activo y protagonista, con iniciativa y decisión 

     Para el logro de los aspectos anteriormente expuestos, tenemos que resaltar los “derechos de las personas mayores” cuyo desarrollo hacen posible la cobertura de sus necesidades. Tenemos así: los “derechos individuales”, en forma de prestaciones básicas de subsistencia. La responsabilidad básica corresponde a las instituciones del Estado, ayudando a que el sujeto cumpla sus expectativas de vida: pensión y servicios sanitarios. “Dar vida a los años”; y los “derechos civiles” que contribuyen a dignificar la vida humana. 

     No basta con comer o disponer de dinero, sino que hay que dotar a las personas mayores de servicios técnicos de ciudadanía, que pongan a su disposición bienes relacionales, de convivencia, de reconocimiento y cooperación. En definitiva, calidad de vida. Estos bienes, pueden y deben ser garantizados por el Estado, desde la colaboración entre profesionales y voluntariado: recursos técnicos y humanos, servicios institucionalizados y comunitarios, dispositivos formales o informales. “Dar vida a los años, dar calidad de vida”. y los “derechos sociales”, con la participación en la construcción social; mayor responsabilidad en la producción y distribución de servicios; protagonismo activo, sin que se expropie a la persona mayor , ninguna parcela de su vida. “Ayudar a participar”.

lunes, 7 de julio de 2014

LA VENTANA DEL MAYOR (184)

LAS NECESIDADES  DE LAS PERSONAS MAYORES (II de III)

                 En el Año Internacional de Mayores, (1999), fueron puestos de manifiesto a todos los Estados miembros de la ONU, cuatro principios irrenunciables:

Independencia.   “Acceso   a   la   alimentación,   agua,   vivienda, vestimenta y atención sanitaria adecuada, mediante ingresos, apoyo de las familias y de la comunidad, y autosuficiencia propia;  oportunidad de trabajar o de acceso a otras posibilidades de obtener ingresos; participar en la determinación de cuando y en que medida, dejarán de desempeñar actividades laborales; acceso a programas educativos y de formación, adecuados; tener posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias personales y sus capacidades de cambio continuo; poder residir en el propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.”

Participación. “Poder permanecer integrado en la sociedad, participando activamente en la formulación y  aplicación de las políticas que afecten directamente a su bienestar; y poder compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones más jóvenes; poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicios a la comunidad y de trabajar como voluntario en puestos apropiados a sus intereses y capacidades; poder formar movimientos o asociaciones de personas mayores”.
                                                          
                                        
Cuidados.  “Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y de la comunidad, en conformidad con el sistema de valores culturales de cada sociedad; acceso a servicios de atención de la salud que les ayude a mantener o recuperar un nivel satisfactorio de bienestar físico, mental y emocional, así como prevenir o retrasar la aparición de enfermedades; acceso a los servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidados; acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y estimulo social y mental, en un entorno humano y seguro;  poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en lugares o instituciones donde se les brinda los cuidados o tratamientos, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y calidad de vida”.

Dignidad. “Poder vivir con dignidad y seguridad;  y verse libres de explotaciones y de malos tratos físicos y mentales; recibir un trato digno, independientemente de la edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones; ser valorados independientemente de su contribución económica”.

En cuanto a la valoración personal de necesidades, por parte de las propios personas mayores,  sus preferencias son: tener buena salud, el 90%  la consideran muy importante; la independencia económica, también, por el 75%; en cuanto a bienes referidos a la organización de la vida cotidiana, de su tiempo libre, tiene una valoración inferior; a partir de los 75 años, suben los porcentajes de los que consideran el “tener el tiempo ocupado” como un valor nada o poco importante; el hecho de “trabajar en algo” , valor distinto al de la ocupación del tiempo libre. En un principio  se considera el trabajo, quizás por lo que supone de pérdida y porque no ha conseguido aun, reajustar su vida y su tiempo a la nueva realidad.

Pero a medida que se sube en la escala de las edades, se considera menos importante, es decir, cuanto más tiempo  haya transcurrido desde la fecha de la jubilación, y por tanto de la pérdida del trabajo; el relacionarse con los demás, aunque en conjunto se considere muy o bastante importante, los porcentajes de baja valoración se encuentra significativamente con la edad: a más edad, menos importancia atribuida a las relaciones sociales y viceversa, pero  casi siempre unido a procesos biológicos de desgaste, aunque pueden influir otras variables.

De la articulación de las necesidades con la edad, se pueden extraer, en definitiva, entre otras, las siguientes conclusiones: “La salud, el dinero y el tener casa propia para vivir, son bienes altamente asociados a una vejez feliz, por todas las  personas mayores; el hecho de estar activos, de relacionarse, de viajar, depende de edad. A más edad se consideran estos bienes menos importantes; la persona mayor vive su realidad como problemática, por la carencia de recursos personales, básicamente. Es menos dramática la realidad vivida como problema, por la carencia de contenido de la vida cotidiana. Es vivida menos ansiosamente, en los últimos años de la vida”.