domingo, 13 de julio de 2014

LA VENTANA DEL MAYOR (185)




LAS NECESIDADES  DE LAS PERSONAS MAYORES (III de III)

     Para comprender mejor el significado de la calidad de vida de las personas mayores, se impone dejar constancia de cuatro connotaciones del envejecimiento: 

     Ayudar a un ser frágil, para que aprenda a vivir con el envejecimiento, con las enfermedades prolongadas, con la degradación progresiva de su autonomía.

     Reforzar sus mundos vitales, enriqueciendo el entorno de las personas mayores, rechazando todo lo que suponga una simple ayuda basada previamente en un “prejuicio”, “tu eres el problema y yo la solución”. Si esta situación se da, las personas mayores serán meros receptores, sujetos pasivos, abocadas a la dependencia pérdida de la autonomía, expropiados en sus respuestas. Por el contrario se ha de provocar en las personas mayores significados para vivir, convirtiendo el envejecimiento en una etapa activa, creativa y esperanzada. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, encontrando valores que den explicación a su existencia. 


     El envejecimiento es el inicio de un nuevo proyecto. No es volver a empezar pero si de vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento, con nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo de la vida, haciendo aquello que no se pudo hacer antes.

     Autoorganización. La persona mayor no solo es alguien que recibe sino que también puede dar. Papel activo y protagonista, con iniciativa y decisión 

     Para el logro de los aspectos anteriormente expuestos, tenemos que resaltar los “derechos de las personas mayores” cuyo desarrollo hacen posible la cobertura de sus necesidades. Tenemos así: los “derechos individuales”, en forma de prestaciones básicas de subsistencia. La responsabilidad básica corresponde a las instituciones del Estado, ayudando a que el sujeto cumpla sus expectativas de vida: pensión y servicios sanitarios. “Dar vida a los años”; y los “derechos civiles” que contribuyen a dignificar la vida humana. 

     No basta con comer o disponer de dinero, sino que hay que dotar a las personas mayores de servicios técnicos de ciudadanía, que pongan a su disposición bienes relacionales, de convivencia, de reconocimiento y cooperación. En definitiva, calidad de vida. Estos bienes, pueden y deben ser garantizados por el Estado, desde la colaboración entre profesionales y voluntariado: recursos técnicos y humanos, servicios institucionalizados y comunitarios, dispositivos formales o informales. “Dar vida a los años, dar calidad de vida”. y los “derechos sociales”, con la participación en la construcción social; mayor responsabilidad en la producción y distribución de servicios; protagonismo activo, sin que se expropie a la persona mayor , ninguna parcela de su vida. “Ayudar a participar”.

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