domingo, 31 de enero de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (244)

CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (V de V)

 La historia de la humanidad está llena de ejemplos de viejos creativos: Cicerón y Platón a los 84 y 80 años respectivamente escribieron algunos de sus mejores pensamientos. Goethe concluyó  Fausto a los 82 años. El Tiziano pintó su autorretrato cuando tenía 90 años y obras maestras a los 98. Toscanini dirigió orquestas a los 87. Edison trabajaba en su laboratorio a los 83. Benjamín Franklin contribuyó a redactar la constitución de los Estados Unidos a los 81. Isaac Wislicki empezó a ser pintor a los 104 años. Galileo, ciego seguía trabajando en sus investigaciones pasados los 60 años. Gandhi tenía 75 años cuando lanzó su última campaña por la independencia de la India. Picasso creó obras de arte hasta sus 92 años. Verdi a los 80 años compuso Falstaff. Cousteau exploró el océano hasta los 80 años. Miguel de Cervantes escribió su máxima obra a los 68 años. 

Picasso
                                         
Ramón Menéndez Pidal en Papeles de Sor Armadans,1959, escrito a los 90 años de edad, sostenía: ”No debemos empezar pronto la senectud, sino al contrario, rebelarnos contra ella  en todo lo que la rebeldía puede ser sensata, no dejando decaer la actividad vital, no dejando decaer el amor a las obras comenzadas en la juventud, dando calor a las ilusiones de razonable esperanza” 

El Dr. Gregorio Marañón se hacia estas dos preguntas: ¿se podrá luchar contra la vejez?. ¿Llegará un día en que el hombre muera de viejo sin estar viejo?. A estas dos interrogantes él contestaba: “creo que llegará ese día y no me parece que este muy lejos. La lucha contra la vejez no es conservar la vida sino mantenerla con eficacia, con cierto vigor. Que todos vivamos una larga vida y nunca lleguemos  a ser viejos, y el que se crea viejo que aprenda a disfrutar como mayor cada minuto del día”. Y en una publicación de 1952, a los 72 años de edad, se expresaba así:”Vivir  no es solo existir… sino existir y crear… saber gozar y sufrir… y no dormir sin soñar….descansar es empezar a morir”. 
Gregorio Marañón

Terminamos   poniendo de relieve que envejecer no es otra cosa que cambiar, lo que requiere desplegar procesos de adaptación y desarrollo a nivel personal y social. Estamos en el inicio de un camino largo, pero de cuyos resultados podemos esperar una auténtica "revolución cultural".           



Las personas mayores del mañana serán muy distintas a las actuales.  Dispondrán de un mayor nivel cultural, ya que las generaciones que  hoy están en torno a los 40 – 45 años, han dispuesto de unos estudios medios y superiores, viviendo la enseñanza para todos y en donde la mujer ha accedido a estudios técnicos y superiores en igualdad de condiciones. Serán unos mayores mas formados, con más opciones de ocio y tiempo desocupado, diferente; con modificaciones en las estructuras familiares y la presencia masiva de la mujer en los medios externos a ella.

Los  mayores capaces de protagonizar un nuevo perfil de envejecimiento, será la generación nacida en la década de los años 60 del siglo XX plenamente escolarizada, que invento la 
cultura de la juventud en su momento, y la nueva cultura adulta, con el cambio al siglo  XXI: y que cuando alcance el predominio político por razón de su superioridad numérica inventara la futura cultura del “nuevo envejecimiento. El siglo XXI pide otro nivel que permita que los mayores se impliquen en la sociedad desde el punto de vista de la reflexión y la crítica.

LA VENTANA DEL MAYOR (243)

CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (IV de V)

Al envejecer no se puede hablar de  simple reducción de las funciones cerebrales sino más bien de una reorganización del cerebro de carácter compensatorio en lo físico, en lo emocional, en lo social y en lo familiar. El cerebro al igual que el músculo sino se utiliza se atrofia.  Las arrugas metafóricas del cerebro presentes en la persona inactiva tardan en presentarse en la activa, acuciada por la curiosidad de estar al día .Quien ejercite su cerebro lo mantendrá lucido. 

Debemos “saber estar” de una manera satisfactoria en la  etapa de persona mayor. Pero esta situación no consiste en ir a contracorriente – el río no puede frenar su curso – sino aprender a navegar en el. Mantener una calidad de vida que haga posible el “envejecer con vitalidad”. El río que siempre fluye tiene vida. Cuando se para, deja de serlo y el agua se estanca y se pudre. Leonardo de Vinci decía “El hierro se oxida por la falta de uso, las aguas estancadas pierden su pureza y con los fríos se hielan. De esta forma la inactividad de la persona mayor, mina el vigor de la mente. 

 En 1990, la definición de la OMS del “envejecimiento saludable”, centrado en la salud, es decir en el mantenimiento de la “capacidad funcional” de la persona mayor. En 2002   la II Asamblea Mundial del Envejecimiento celebrado en Madrid, describe e impulsa  un modelo mucho más integrador,  el  “envejecimiento activo” que supuso un paradigma positivo a la hora de afrontar lo que supone para la humanidad conseguir incrementar su esperanza de vida, en unas condiciones globalmente mucho más óptimas de las que hasta ahora venia disfrutando. Hace referencia al estilo de vida para preservar la salud física y mental de la persona mayor, más que tratar simplemente de que trabajen  más tiempo. Refleja una imagen positiva del envejecimiento a través de la  creatividad, la necesidad de actualizarse, valorando lo mejor de cada momento. Estamos por tanto ante la definición del envejecimiento que queremos para el siglo XXI. Un envejecimiento activo que pretende provocar un doble  efecto: por un lado, contribuir a cambiar la imagen  social que sobre la vejez se venía teniendo; y por otro, conseguir que el logro que ha supuesto para la humanidad llegar a estos parámetros del envejecimiento, no se conviertan en un problema. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, buscando valores que den explicación a su existencia. Por ello el envejecimiento debe ser el inicio de un nuevo proyecto. No es volver a empezar, pero si de  vivir una nueva realidad, con nuevas posibilidades de crecimiento, con nuevas cosas con las que dar contenido a lo que se ha sido a lo largo de la vida, haciendo aquello que no se pudo hacer antes. Se trata de  continuar construyendo un proyecto de vida. Una persona mayor, se siente útil cuando lo es. Se siente ciudadana como las demás cuando puede ejer­cer como tal. Cuando tiene la oportunidad de aportar sus conocimien­tos, su tiempo y su experiencia.  En definitiva  el envejecimiento activo más que un fin constituye un estilo de vida para transformar una sociedad avocada al envejecimiento. 

La creatividad es un potencial propio de la  especie humana. La persona mayor  creativa, potencia su intuición y mantiene una visión renovada  de la vida. El cuerpo envejece, pero no la actividad creadora del espíritu. Si creatividad es la combinación y transformación de elementos, para obtener otros novedosos, las personas mayores tienen un impresionante bagaje para ser  creativos.   No se deja de crear al envejecer. Se envejece cuando se deja de crear. Si ante el envejecimiento la persona manifiesta una actitud de autorrealización con espíritu creativo, la educación hace posible que las personas mayores vivan en contacto con la corriente general de la sociedad preparándolas para el cambio. La inteligencia todavía es maleable. De lo contrario permanecerá amarrada al pasado, impermeable a los cambios. (Continuará) 

domingo, 17 de enero de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (242)

CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (III de V)



No hay unanimidad para determinar cuando una persona se hace vieja.  Desde el criterio cronológico al funcional.  Pero la edad cronológica no es un indicador exacto de los cambios que acompañan al envejecimiento. Lo esencial no es el mero transcurso del tiempo sino la calidad de tiempo transcurrido.  También es un error considerar que la vejez represente  necesariamente “incapacidad”. No podemos por tanto fijar fecha cierta para entrar en la vejez ya que esta es una variable sobre la que actúan numerosos factores, aparte de la edad. La  “genética” en un 25% y el “ambiente”  en un 75%, entendiéndose como tal  la educación, los hábitos dietéticos y sociales, sin olvidar la generación y el cambio generacional o lo que es lo mismo, el tiempo histórico o época en la que existe la persona. La vejez es un proceso en donde los aspectos biológicos, psicológicos y sociales  de cada sujeto se modifican a su propio ritmo y tiempo. Según la OMS la vejez no es simplemente un proceso físico  sino de un cambio revolucionario.

Las expectativas de vida según la UNESCO en 1993, era de 73 años y en una proyección hacia el  2025 se estima que será de 110 años. En un futuro más lejano puede esperarse una duración de 120. Hoy no se puede llamar mayor a una persona de 65 años. Los expertos hablan de que la línea de envejecimiento se ha retrasado al menos 10 años. 

Somos autores de nuestro propio envejecimiento. La poca o mucha vida que tenemos por delante no depende de una cantidad sino de una calidad que tiene que ver con nuestro esfuerzo. Se produce una necesaria inversión, entrando, sin darnos cuenta en otra dimensión, sin dejar por eso de vivir el presente que nos corresponde, con toda su intensidad y grandeza.

En el último tercio del siglo XX tuvo lugar la revisión de ciertos códigos culturales como reacción alternativa contra los mitos populares de dependencia, lo que ha posibilitado el fortalecimiento del concepto de  persona mayor, reconstruyendo su identidad.   Por esta razón es de interés una  divulgación de los resultados de las investigaciones que demuestran que la realidad de este período de la vida es diferente a los estereotipos y  mitos que se han extendido, dando a conocer con mayor énfasis y amplitud, las características psicofísicas y sociales de las personas mayores.

      El concepto de paradigma aplicado a la etapa de la vejez, implica  una visión  del fenómeno en un marco teórico, condicionado por el contexto histórico en que surge. Se expresa  en la mentalidad colectiva; en la forma como la sociedad piensa, percibe y trata la vejez; en las políticas sociales del Estado hacia el sector de la persona mayor; y en los conceptos que desarrollan las disciplinas científicas acerca  de la vejez en cuanto a ciertos productos o bienes culturales. 

El paradigma de la desvinculación, es el más antiguo y el  que tiene mas arraigo social.  El viejo/a ya cumplió su etapa y ahora le corresponde descansar y por tanto se le desvincula de la actividad laboral, económica, política, cultural. El viejo/a se repliega en su intimidad.  Pasividad ante la muerte que se aproxima. Hay que cuidarlo, protegerlo, pero no se le toma en cuenta. 
Culturalmente estamos habituados a percibir a las personas mayores fuera de las fuerza de trabajo, fuera de los sistemas y de los procedimientos formales de la educación, fuera del sistema formal financiero, fuera de las decisiones del grupo familiar, en el espacio de los “perdedores”, de los que carecen de la capacidad de competir. Pero  si miramos  hacia adelante se perfilan nuevos  modelos de personas mayores, con más recursos sociales, culturales, educacionales y financieros  que protagonizaran una vejez diferente  frente a los desafíos que  lleva consigo hoy, el crecimiento, la globalización, la apropiación de nuevas tecnologías, los roles a desempeñarse en una sociedad del conocimiento etc. 


Por estas razones los últimos veinticinco años ha surgido un nuevo paradigma del envejecimiento cuyo concepto ha ido evolucionando. Una de las teorías sociológicas referidas a hecho del envejecimiento, es la  de la continuidad que tiene como postulado básico el considerar que la personalidad y el sistema de valores de las personas mayores permanece intacto con los años, siempre que se hayan adaptado a la evolución que le impone su propio organismo y la sociedad en que vive. Existen estudios que demuestran que la mayoría  de las personas  conservan intactas sus facultades mentales por lo menos hasta los 70 años y un 30% llegan sin ningún problema a los ochenta o noventa años. 

(Continuará) 

LA VENTANA DEL MAYOR (241)

LA CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (II de V)

Se necesita  una información objetiva para comprender el envejecimiento, como se envejece, los cambios que se producen, como son las personas mayores hoy día y como serán en el futuro. Un análisis de la evolución demográfica de nuestro país, pone de manifiesto como  en el siglo XXI se busca hacer compatible la longevidad con la autonomía personal y calidad de vida  poniendo de relieve que el concepto de envejecimiento evoluciona en una sociedad que experimenta cambios en múltiples  esferas, tales como las modificaciones de los sistemas de producción, innovaciones tecnológicas, automatización, robotización, avances en los medios de comunicación, sociedad de más riesgos etc. Los impactos del progreso, introduce nuevos elementos de cambio social que influye profundamente en la vida de las personas mayores. Todo ello lleva consigo la necesidad de unos planteamientos innovadores de adaptación, ya que el envejecimiento, como tal, no puede desaparecer

  Todo el mundo quiere vivir muchos años, pero nadie quiere llegar a viejo.  Cada cual puede abordar su vejez de dos maneras: viéndola como un problema, causa de angustias y de desesperación, o como la oportunidad de vivir de otra forma, de sacar el máximo partido de las propias capacidades. 

Norberto Bobbio, un eminente filósofo del Derecho  al cumplir los ochenta años, escribió uno de los textos más desgarrados de la literatura sobre la vejez, con el título De Senectute.  En  el leemos lo siguiente: “La sabiduría para un viejo consiste en aceptar resignadamente los propios límites los cuales conozco bien, pero no los acepto. Los admito únicamente porque no tengo más remedio. Mi vejez es la vejez melancólica.   La imagen de la vida es como una calle donde la meta siempre está más lejos y, cuando creemos que la hemos alcanzado, no es la que habíamos pensado como definitiva. La vejez se convierte entonces en el momento en que nos damos cuenta de que el camino no sólo no está realizado, sino que ya no hay tiempo para realizarlo”. 

Rita Leví Montalcini una científica  premio Nóbel de Medicina en 1986,  escribía a una edad cercana a los ochenta años, un libro rebosante de esperanza titulado “El as en la manga”. En sus páginas podemos leer: “No debemos vivir la vejez recordando el tiempo pasado, sino haciendo planes para el tiempo que nos queda, tanto si es un día, un mes o unos cuantos años, con la esperanza de realizar unos proyectos que no pudieron acometerse en los años de juventud. El cerebro es el «as en la manga» que todas las personas tienen y deben saber utilizar adecuadamente en la vejez. En el juego de la vida, la carta más alta es la capacidad de valerse especialmente en la vejez, de las actividades mentales y psíquicas propias”. 


En la sociedad de las prisas, uno de los riesgos  de las personas mayores  es el de ser devorados por el tiempo. ¡Qué largos son los días, y qué rápidos pasan los años! decía un viejo. Y es que el tiempo tiene por lo menos dos dimensiones: el «kronos», ligado a las agujas del reloj y a las hojas del calendario. Es sucesión, es rutina, pasar, deterioro, decadencia. Desde ahí, la vejez ofrece muy pocas perspectivas.  Pero también es «kairós», un modo de vivirse a si mismo en el tiempo, en la adversidad y en la dicha. Es posesión y apropiación, intensidad y disfrute del momento, espera paciente, sufrida. (Continuará)

sábado, 2 de enero de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (240)

LA CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (I de V)

      

Hace más de un siglo y medio un maestro regresaba a su casa en un pequeño pueblo. Le llamó la atención una luz en la ventana del zapatero y al asomarse vio a este trabajando a la luz de una vela a punto de extinguirse. Entro su esposa y le dijo:” ya es tarde, la cena esta lista, ven a comer. Respondió el zapatero: Ya voy. Mientras arde la vela, algo puede hacerse”. Se alejo el maestro, reflexionando  sobre la escena. Al día siguiente les dijo a sus alumnos: Ayer aprendí una importante lección de un viejo y humilde zapatero: mientras hay vida se puede reemprender el camino elegido


El tema de la vejez cuenta con una literatura tan antigua como la Humanidad misma. Famosos los ensayos sobre la vejez. Todos han intentado el conocimiento psicológico, afectivo, las inclinaciones de la vejez y cómo prevenirla, mejorarla o encajarla. Llama mucho la atención la receta recomendada por Mefistófeles en la inmortal obra de Goethe titulada Fausto. "Mi remedio, dice a Fausto el maligno, no exige dinero, ni medicinas ni hechizos. Helo aquí: Vete ahora mismo a la soledad de los campos; coge un azadón y cava con él la tierra, encierra tus pensamientos en una jaula estrecha; conténtate con un alimento sencillo; vive entre los animales como uno de ellos; abona el campo que te nutrirá con tu propio estiércol; y así llegarás, créeme, en plena juventud, hasta los 80 años”.

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El viejo, desde los más remotos tiempos de la Humanidad ha sido visto como la persona de más experiencia de la vida y por este motivo fue respetado en las sociedades primitivas, acatando sus consejos y las normas de comportamiento trazadas por ellos, pero siempre que no fuese una carga para el grupo, valerse por sí mismo y  mentalmente útil. El que no reuniese estas condiciones, rápidamente era eliminado del mundo de los vivos. 

RAMÓN Y CAJAL decía que hay una enfermedad crónica, necesariamente mortal, que todos debiéramos evitar y que sin embargo todos deseamos: la vejez.  La preocupación por la vejez es  una exigencia natural. 

La Antropología cultural en su capítulo de Folklore, recoge centenares de refranes y dichos populares que se refieren a la vejez o a consejos que se dan para llegar a viejo,  anhelo innato en el ser humano. Visitaba un humilde párroco rural al pontífice León XIII que había rebasado ya los 85 años. Su Santidad se había mostrado muy amable con su visitante. Cuando éste se despidió lleno de júbilo y emoción, se expresó así ante el representante de Cristo:- ¡Pido a Dios que le conceda otros 85 años de vida para bien de la Iglesia!. A lo que León XIII contestó rápido: No le ponga límites a la gracia de Dios, hermano.

El filósofo griego Pitágoras decía que una bella vejez es ordinariamente la recompensa de una bella vida. Pero lo cierto es que saber envejecer es la obra maestra y una de las cosas más difíciles en el arte  de vivir. (Continuará)

LA VENTANA DEL MAYOR (239)

INTRODUCCIÓN A UNA TESIS DOCTORAL (y V)

La Universidad tiene que cambiar para hacer frente al protagonismo de las personas mayores. Requiere un marco legal y administrativo para la plena integración de este alumnado  y sus programas formativos, en la organización docente de la  Universidad, destacando  la peligrosa segregación de los mismos y de sus contenidos, aunque evitando un excesivo afán de homogeneización, al establecerse un marco base.



Planteado el problema y su apoyo teórico, se pasa a su fundamentación empírica, siendo el fenómeno a investigar en su contenido,  vertiente espacial y temporalidad,  “El proceso educativo de las personas mayores  en el ámbito universitario, con especial  incidencia en el Aula de Formación Abierta para Mayores, UMA, cursos 2002 – 2003; 2003 – 2004”. Se sustenta en como se piensa realizar la investigación,   beneficiarios de la misma, naturaleza del proyecto,  origen y fundamento, objetivos, metas,  diseños y etapas, metodología, recursos humanos y materiales, análisis e interpretación de los resultados; y conclusiones. 

 Se estableció el procedimiento para implicar en las tareas de investigación a los propios alumnos del Aula de referencia, prestando su apoyo y colaboración, el Vicerrectorado de Servicios a la Comunidad Universitaria, UMA; el Coordinador del Aula de Mayores; AMADUMA, (Asociación de Amigos Mayores de la Universidad de Málaga) y el Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación.



Para instrumentalizar la acción de  los alumnos y hacerles partícipes de un programa de investigación, fueron requisitos previos, la preparación y motivación para crear unas condiciones y ambiente propicio que condujera a una integración  en la acción investigadora con  la creación y funcionamiento de un “grupo de investigación”, partiendo de la óptica de quien vive el problema, como lo vive y que posibilidades  vislumbra de solución del mismo.

           Quedo así constituido el “grupo de investigación” con el objetivo de impulsar la investigación entre el alumnado del Aula de Formación Abierta para Mayores, UMA, proyectando su capacidad y necesidad de que sean participes en el desarrollo del “Aula” desde la investigación  sobre  un tema de  esencial interés y transcendencia para su evolución educativa; e impulsar el trabajo conjunto y de colaboración con el resto de la comunidad universitaria, permitiendo un mayor conocimiento del Aula de Formación Abierta para Mayores en el seno de la Universidad y de la sociedad en general. 

Terminamos indicando que las Aulas Universitarias para Mayores están en una fase de exigencia de calidad y no de justificación de su existencia, que es ya un hecho evidente. Y que su propuesta pedagógica debe buscar un equilibrio armónico entre su altura científica y las necesidades o expectativas específicas del alumnado mayor,  siendo sus objetivos  promover los tres pilares básicos del quehacer universitario: enseñanza, investigación y servicios a  la sociedad.  Y destacar la necesidad de un compromiso social para hacer viables estos proyectos de mejora en la calidad de vida y la participación de los mayores en la sociedad.