sábado, 2 de enero de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (240)

LA CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (I de V)

      

Hace más de un siglo y medio un maestro regresaba a su casa en un pequeño pueblo. Le llamó la atención una luz en la ventana del zapatero y al asomarse vio a este trabajando a la luz de una vela a punto de extinguirse. Entro su esposa y le dijo:” ya es tarde, la cena esta lista, ven a comer. Respondió el zapatero: Ya voy. Mientras arde la vela, algo puede hacerse”. Se alejo el maestro, reflexionando  sobre la escena. Al día siguiente les dijo a sus alumnos: Ayer aprendí una importante lección de un viejo y humilde zapatero: mientras hay vida se puede reemprender el camino elegido


El tema de la vejez cuenta con una literatura tan antigua como la Humanidad misma. Famosos los ensayos sobre la vejez. Todos han intentado el conocimiento psicológico, afectivo, las inclinaciones de la vejez y cómo prevenirla, mejorarla o encajarla. Llama mucho la atención la receta recomendada por Mefistófeles en la inmortal obra de Goethe titulada Fausto. "Mi remedio, dice a Fausto el maligno, no exige dinero, ni medicinas ni hechizos. Helo aquí: Vete ahora mismo a la soledad de los campos; coge un azadón y cava con él la tierra, encierra tus pensamientos en una jaula estrecha; conténtate con un alimento sencillo; vive entre los animales como uno de ellos; abona el campo que te nutrirá con tu propio estiércol; y así llegarás, créeme, en plena juventud, hasta los 80 años”.

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El viejo, desde los más remotos tiempos de la Humanidad ha sido visto como la persona de más experiencia de la vida y por este motivo fue respetado en las sociedades primitivas, acatando sus consejos y las normas de comportamiento trazadas por ellos, pero siempre que no fuese una carga para el grupo, valerse por sí mismo y  mentalmente útil. El que no reuniese estas condiciones, rápidamente era eliminado del mundo de los vivos. 

RAMÓN Y CAJAL decía que hay una enfermedad crónica, necesariamente mortal, que todos debiéramos evitar y que sin embargo todos deseamos: la vejez.  La preocupación por la vejez es  una exigencia natural. 

La Antropología cultural en su capítulo de Folklore, recoge centenares de refranes y dichos populares que se refieren a la vejez o a consejos que se dan para llegar a viejo,  anhelo innato en el ser humano. Visitaba un humilde párroco rural al pontífice León XIII que había rebasado ya los 85 años. Su Santidad se había mostrado muy amable con su visitante. Cuando éste se despidió lleno de júbilo y emoción, se expresó así ante el representante de Cristo:- ¡Pido a Dios que le conceda otros 85 años de vida para bien de la Iglesia!. A lo que León XIII contestó rápido: No le ponga límites a la gracia de Dios, hermano.

El filósofo griego Pitágoras decía que una bella vejez es ordinariamente la recompensa de una bella vida. Pero lo cierto es que saber envejecer es la obra maestra y una de las cosas más difíciles en el arte  de vivir. (Continuará)

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