sábado, 3 de junio de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR 275

CLAVES DE UN BUEN  ENVEJECER  (2 DE 4)


EL ENVEJECIMIENTO CON ÉXITO O SATISFACTORIO

El concepto de envejecimiento con éxito ha sido uno de los más utilizados en la literatura científica gerontológica durante las últimas décadas. Pese a ello, no se dispone de una definición consensuada acerca de lo que significa el ‘éxito’ en relación con el envejecimiento. En general, podemos distinguir entre dos usos del término ‘envejecimiento con éxito’: aquel que lo define como el logro de ciertos estados y criterios ideales en las últimas décadas de la vida, y aquel que lo entiende de un modo dinámico, como la puesta en marcha de ciertos procesos que facilitan la adaptación de la persona a unas condiciones cambiantes a medida que pasan los años. 



Se establecen tres criterios para envejecer con éxito:  una baja probabilidad de padecer enfermedades y discapacidades asociadas a la enfermedad, una capacidad funcional alta, tanto desde un punto de vista físico como cognitivo, y una implicación activa con la vida, entendida esta como mantenimiento de vínculos con otras personas y de una actividad productiva. Sólo el logro de los tres criterios simultáneamente definiría a aquellos que envejecen con éxito, que  son en cualquier caso una minoría que ha alcanzado un estándar ideal de buen envejecer.

Concebir el éxito como un estado final ideal se pasa a entender como la puesta en marcha eficiente de los procesos que permiten alcanzar ciertos estados deseados. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento, pero sin especificar niveles o estados universales que alcanzar Concebir el éxito como un estado final ideal se pasa a entender como la puesta en marcha eficiente de los procesos que permiten alcanzar ciertos estados deseados. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento.





La noción de envejecimiento satisfactorio, ya sea como el logro de estados ideales o como la puesta en marcha de procesos adaptativos, adopta un punto de vista estrictamente individual del envejecimiento.

El logro del ‘buen envejecer’, desde este enfoque, se refiere a elementos que la persona puede conseguir por sí misma y para sí misma. En contraste con esta visión, otros autores han subrayado que una de las claves de envejecer bien está en la integración y participación de la persona en entornos sociales, consiguiendo metas ya no estrictamente individuales, sino centradas en la mejora de la comunidad, en la creación de una riqueza que es también colectiva. Para destacar esta dimensión social del buen envejecer se se ha propuesto el concepto de envejecimiento productivo,