Jóvenes y mayores hacia otra identidad
En la actualidad conviven
simultáneamente personas de distintas
generaciones que responden a épocas en donde cada una se ha desarrollado
en distintos procesos de socialización y cambios culturales. Podemos decir que hoy es mayor la
distancia entre los jóvenes y las personas mayores, que la que antes existía
entre un hombre del siglo XV y otro de siglo XVIII.
El ser
parte de una generación más joven conlleva el que no se compartan las memorias
ni los recuerdos de las anteriores. Cada
una de ellas pasa a ser un mundo diferente, distanciado psicológicamente. De ahí que la aparición de cada generación implique,
también, un comienzo, una ruptura, un alejamiento. A finales de la década
de 1960 los términos asociado a las relaciones entre generaciones era
“conflicto” y “ruptura”. La “juventud” se relacionaba con “renovación” y “vejez” con “tradición”. En la segunda década
de siglo XXI se valoran como positivas las diferencias
intergeneracionales, y se plantea la
integración y la complementariedad entre generaciones
¿Qué buscamos al promover las
relaciones intergeneracionales?. Si la respuesta es ”acercamiento”, cabe preguntarnos:¿hay conflicto, ruptura o
distanciamiento?, ¿por qué? Si pretendemos mitigar
sentimientos de soledad en la vejez, será que creemos que la vejez implica
soledad y que la soledad no conviene, ¿por qué?. Si se trata de buscar reconocimiento cabría suponer que
no lo hay y averiguar, ¿por qué?. Y, ¿qué esperaran los jóvenes de tal
acercamiento y qué las personas mayores?.
En este marco de dialogo entre generaciones, es mayor lo que queda por
hacer, que lo que se ha conseguido,
siendo mas las cosas que las separan
que las que las unen, pero se nota en las personas mayores el interés por
comprender las novedades. En este sentido están realizando más esfuerzo que los
jóvenes, intentando ponerse al mismo nivel que ellos. La cuestión está en
romper con las trincheras culturales y generacionales, y reconocer que hay que
configurar el mundo a partir de las diferencias. La construcción de la
identidad de la persona mayor no sólo esta siendo moldeada por él mismo y sus
organizaciones, sino también por los conceptos que de ellos tienen los jóvenes,
aceptando y confirmando, sus cualidades intactas, la experiencia y sabiduría
La educación
es el medio para fomentar las relaciones intergeneracionales, ayudando a superar las actitudes
estereotipadas así como posturas discriminatorias sobre el envejecimiento y
personas mayores, con las que nos prejuzgamos unos a otros, los mayores a los jóvenes
y los jóvenes a los mayores. No debemos
olvidar que cada generación, tiene cosas importantes que entregarle a la otra,
de manera que recíprocamente se nutran en este intercambio. Se evitará así la
segmentación por edades, potenciando la participación social de las distintas
generaciones, con nuevo significado a los
conceptos de ‘juventud’ y’ vejez’,
En uno
versos escritos en 1914, de autor desconocido, titulado El Encuentro, se
resalta la necesidad de un diálogo de los viejos con las generaciones nuevas,
dispuestas, razonablemente, a desprenderse de lo viejo, colocando en su lugar
lo nuevo. El viejo decía al joven:¡Yo te
arrancaré los ojos/ y los colocaré en lugar de los míos y tu me arrancarás los
ojos/ y los colocarás en el lugar de los tuyos/ y yo te veré con tus ojos/ y tu
me verás con mis ojos/ y nos comprenderemos.