domingo, 30 de julio de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR (276)

CLAVES DE UN BUEN ENVEJECER ( 3 DE 4)



EL ENVEJECIMIENTO PRODUCTIVO. GENERATIVIDAD


Envejecimiento productivo definido  como ‘cualquier actividad, remunerada o no, desarrollada por una persona mayor, que produce bienes o servicios o desarrolla la capacidad para producirlos’ En este sentido, el énfasis en la participación y la implicación social, en un ‘hacer algo útil’,. Por otra parte, subrayar la capacidad de los mayores para producir bienes y servicios útiles para los demás permite no sólo destacar el valor de los mayores, sino también cuantificar en términos económicos la magnitud de sus aportaciones Esta aproximación al buen envejecer pretende reconocer y hacer visibles las aportaciones de los mayores a la sociedad, asumiendo que no son una carga o un colectivo improductivo, sino que contribuyen de manera decisiva al bien común y son una parte esencial en el funcionamiento de la sociedad.


 En el caso de la actividad productiva por excelencia a lo largo de la vida, el trabajo, su remuneración es una medida de su valor social. En el caso de otras actividades no remuneradas que realizan los mayores, tales como los cuidados a personas con dependencia, el mantenimiento del hogar, la participación en la crianza de nietos o las tareas de voluntariado, ese valor implica que, de no ser realizadas por los mayores, requerirían la contratación de personas que las llevaran a cabo. En este sentido, son también actividades productivas en la vejez, en tanto contribuyen al sostenimiento de la sociedad y aportan un beneficio social.
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                                                                                                              LA GENERATIVIDAD

La generatividad se define como el interés por guiar y asegurar el bienestar de las siguientes generaciones y, en último término, por dejar un legado que nos sobreviva. Este interés nace tanto de necesidades internas, enraizadas en cuestiones de tipo instintivo,  como de fuerzas sociales externas a la persona, convirtiéndose en una expectativa cuando se llega a la mitad de la vida. A partir de la superación de las crisis propias de cada etapa, la persona adquiere competencias y madurez. La generatividad se puede expresar a partir de actividades muy variadas, como la crianza de los hijos, el cuidado a personas dependientes, la formación de los jóvenes, la producción de bienes y servicios, la mentorización o el compromiso social y la participación cívica y política. En cualquier caso, implica contribuir al bien común de los entornos en los que las personas participan - la familia, la empresa, la comunidad, etc.-  para reforzar y enriquecer las instituciones sociales, asegurar la continuidad  entre generaciones o plantear mejoras sociales 

Diferenciación entre dos tipos de generatividad: la comunitaria, que implica nutrir y cuidar de otros, establecer vínculos entre el yo y las otras personas, y la agéntica, relacionada con la extensión y fortalecimiento del yo mediante el liderazgo, la producción o la actividad creativa. También acuña el concepto de generatividad cultural, que hace referencia al interés de los adultos por trasmitir los instrumentos e ideas propios de una cultura a las siguientes generaciones.

El concepto de grand generativity, trata de reconocer las diversas formas en las que los mayores ayudan a otros como padres, como abuelos, como amigos, como mentores, etc. a la vez que aceptan también la ayuda de otros y expresan su interés por perpetuar conocimientos y valores en futuras generaciones.


 Estamos asistiendo a un cambio en el perfil de las personas mayores, en el que las nuevas generaciones de mayores están más formadas y disfrutan de buenos niveles de salud durante más años. Este fenómeno facilita que cada vez más mayores puedan y quieran seguir contribuyendo en la familia como abuelos que ayudan en tareas de educación y crianza, como padres de hijos que cada vez tardan más independizarse o como cuidadores de familiares dependientes, o en la comunidad realizando tareas de voluntariado, participando en organizaciones de diversa naturaleza, o trabajando de forma remunerada.

Desde este punto de vista, el buen envejecer supondría aplicar de manera eficiente las amplias capacidades que se conservan en la vejez para conseguir metas con sentido como las que propone la generatividad Todas estas actividades sitúan a la generatividad en la vejez en la línea del concepto de envejecimiento productivo, enfatizando las contribuciones de los mayores al bien común y su concepción como recurso y no como carga




sábado, 3 de junio de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR 275

CLAVES DE UN BUEN  ENVEJECER  (2 DE 4)


EL ENVEJECIMIENTO CON ÉXITO O SATISFACTORIO

El concepto de envejecimiento con éxito ha sido uno de los más utilizados en la literatura científica gerontológica durante las últimas décadas. Pese a ello, no se dispone de una definición consensuada acerca de lo que significa el ‘éxito’ en relación con el envejecimiento. En general, podemos distinguir entre dos usos del término ‘envejecimiento con éxito’: aquel que lo define como el logro de ciertos estados y criterios ideales en las últimas décadas de la vida, y aquel que lo entiende de un modo dinámico, como la puesta en marcha de ciertos procesos que facilitan la adaptación de la persona a unas condiciones cambiantes a medida que pasan los años. 



Se establecen tres criterios para envejecer con éxito:  una baja probabilidad de padecer enfermedades y discapacidades asociadas a la enfermedad, una capacidad funcional alta, tanto desde un punto de vista físico como cognitivo, y una implicación activa con la vida, entendida esta como mantenimiento de vínculos con otras personas y de una actividad productiva. Sólo el logro de los tres criterios simultáneamente definiría a aquellos que envejecen con éxito, que  son en cualquier caso una minoría que ha alcanzado un estándar ideal de buen envejecer.

Concebir el éxito como un estado final ideal se pasa a entender como la puesta en marcha eficiente de los procesos que permiten alcanzar ciertos estados deseados. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento, pero sin especificar niveles o estados universales que alcanzar Concebir el éxito como un estado final ideal se pasa a entender como la puesta en marcha eficiente de los procesos que permiten alcanzar ciertos estados deseados. En este sentido, envejecer con éxito sería equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento.





La noción de envejecimiento satisfactorio, ya sea como el logro de estados ideales o como la puesta en marcha de procesos adaptativos, adopta un punto de vista estrictamente individual del envejecimiento.

El logro del ‘buen envejecer’, desde este enfoque, se refiere a elementos que la persona puede conseguir por sí misma y para sí misma. En contraste con esta visión, otros autores han subrayado que una de las claves de envejecer bien está en la integración y participación de la persona en entornos sociales, consiguiendo metas ya no estrictamente individuales, sino centradas en la mejora de la comunidad, en la creación de una riqueza que es también colectiva. Para destacar esta dimensión social del buen envejecer se se ha propuesto el concepto de envejecimiento productivo,

lunes, 1 de mayo de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR (274)

CLAVES DE UN BUEN ENVEJECER ( 1 DE 4)        
                 EL ENVEJECIMIETO ACTIVO


Tradicionalmente los estudios sobre la vejez han tendido a centrarse en los problemas que se suponen inherentes al proceso de envejecimiento. Así, desde un punto de vista individual, la preocupación fundamental ha sido prevenir o remediar las pérdidas que puedan comprometer la salud, el bienestar o la autonomía de las personas mayores. Desde el punto de vista social, interesan aspectos como el impacto del envejecimiento de las poblaciones de los países desarrollados en el mercado laboral o en el sostenimiento de los sistemas de protección social

Frente a la perspectiva centrada fundamentalmente en la pérdida, en los últimos años se ha abierto paso un punto de vista complementario que trata de estudiar cómo las personas mayores son capaces de evitar o superar dificultades, de mantener elementos importantes en su vida e incluso de acumular competencias y ganancias hasta edades muy avanzadas. Este nuevo paradigma para abordar el envejecimiento busca las claves que  determinan un ‘buen envejecer’ y que hacen que cada vez más personas puedan disfrutar durante más años de una vejez saludable no sólo desde el punto de vista físico, sino también desde el punto de vista psicológico y social. De esta manera, se trata de evitar asociar el envejecimiento exclusivamente a la idea de declive, para pasar a explorar el potencial y los límites de desarrollo en las últimas décadas de la vida.

Conceptos como el de envejecimiento activo, envejecimiento competente, envejecimiento con éxito o envejecimiento productivo son diferentes maneras de abordar científicamente esta perspectiva positiva de la vejez. Aunque todos ellos apuntan a una misma dirección, cada uno presenta matices y énfasis diferentes. Quizá el término más frecuentemente utilizado, y el que mayor calado ha tenido dentro del actual discurso popular y político sobre el ‘buen envejecer’, es el de envejecimiento activo, pretende resaltar una visión positiva de la vejez y fomentar la puesta en práctica de políticas sociales que la fomenten. Se define como ‘el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para promover la calidad de vida a medida que se enveje.

Los mayores no sólo no desean desvincularse,  sino que, si se les ofrecen oportunidades para ello, tratan de seguir activos y sustituyen roles perdidos,  por otros nuevos. Este mantenimiento de la actividad en la vejez promovería la satisfacción y el bienestar en esta etapa vital. Pero el término ‘actividad’ es muy ambiguo: ¿todas las actividades tienen el mismo valor?; ¿qué actividades fomentan el ‘buen envejecer’ y cuáles quizá no tanto?. En este ámbito, otros conceptos, como el de envejecimiento con éxito  o ‘envejecimiento satisfactorio’ o el de envejecimiento productivo han tenido una influencia mucho mayor

lunes, 3 de abril de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR (273)

PARTICIPACIÓN DEL MAYOR EN EL PROCESO DE SU PROPIO ENVEJECIMIENTO.

SUGERENCIAS 



Las diferencias individuales al envejecer no ocurren al azar sino que “la persona toma parte activa en su propio proceso de envejecimiento”. Fruto de los datos aportados por diferentes investigaciones  sobre el tema  ofrecemos al lector jubilado, próximo a la jubilación  algunas sugerencias prácticas.

1) Practique una actividad que consiga absorberle plenamente.  Notará que la ha encontrado,  cuando al hacerlo sienta que el tiempo desaparece y experimente satisfacción por el hecho de llevarla a cabo.

2) Enriquezca su vida a través de contactos con colegas, amigos, jóvenes, niños, viajes, lecturas, nuevos aprendizajes, cambios, etc. que le hagan sentirse vivo e incrementen el número y calidad de sus interacciones y de sus recursos

3) Intente ser apasionadamente creativo.  La vida no es repetición; es cambio.


4).-  Tenga siempre proyectos u objetivos realistas pendientes. Pero no condicione su felicidad a que los mismos se cumplan. El tiempo, incluso en la jubilación, no es un pantano; es un río que fluye. 

 5).-  Permítase, si le gustan, momentos de distracción superficial, a través de crucigramas, puzzles, solitarios, juegos de ordenador, películas de acción, partidos de futbol, ir de tiendas, charlas telefónicas intrascendentes o chats en Internet. Pero sepa que el tiempo consumido de esta forma se convertirá, una vez finalizado, en un tiempo vacío, sin nada tangible que recordar salvo la excitación del momento. 


6).-  Lea buenos libros con atención plena y vea buenas películas con una mirada activa. El buen cine es una excelente escuela de aprendizaje de la vida.”.


7).-  Haga ejercicio regularmente. Andar aunque sólo sea media hora diaria demora los síntomas del deterioro.


8).-  Sea generoso con los que le rodean. Ofrezca su tiempo, regale su vida, sea compasivo, trate de hacer felices a las personas que comparten con Vd. una historia, un tiempo y un espacio.  

9).-  Y, sobre todo, intente encontrarle sentido a su vida . Aunque sea viejo, aunque se sienta débil, su vida sigue siendo valiosa. Su viaje sólo Vd. puede recorrerlo. Su biografía es única e insustituible. La jubilación laboral no tendría que significar para los seres humanos una frontera entre un antes que termina y un después vacío. Debemos intentar ser felices con lo que somos y tenemos en cada momento de la vida.  


martes, 28 de febrero de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR (272)

¿QUÉ ES EN REALIDAD UNA PERSONA?

El objetivo de toda vida humana es alcanzar la felicidad, la plenitud: “Todos vamos dirigidos hacia ello como la flecha del arquero hacia su blanco”.   


    Todos somos  personas, es decir, seres en el tiempo que  vivimos, sufrimos y ansiamos ser felices. Pero,  ¿qué es en realidad una persona? Cierto día, un amigo le comentó al filósofo británico Gilbert Ryle  que le gustaría conocer la universidad. “Nada más fácil – le dijo Ryle- la próxima semana sube conmigo a Oxford”. Cuando llegó el día, Ryle presentó su amigo a profesores y alumnos, visitaron bibliotecas y laboratorios, pasearon por el campus, entraron en los college, asistieron a clases y conferencias; al terminar el día el amigo sorprendió a Ryle con la pregunta: “Bien, pero ¿dónde está la universidad?”. Sin profesores, estudiantes, bibliotecas, aulas, laboratorios…no existiría  la universidad pero no son la universidad. La universidad pertenece a otra categoría. La universidad no es algo tangible, no es una cosa.

     Algo parecido pasa con la persona. La persona no es el cerebro, no es el cuerpo, no es la familia, no es el grupo con el que se comparten valores, no es el entorno físico, social y emocional, no es la lengua, no es el país. Sin estos elementos no existiría la persona pero no son la persona. La persona es una biografía en constante evolución desde que nace hasta que muere. La persona es un viaje, siempre provisional, siempre cambiante, en busca de la felicidad y de la luz. Constituiría un grave error, tanto por parte del individuo como de la sociedad, dar el viaje por terminado al llegar a la jubilación o la vejez. 


Cuando alguien alcanza  la etapa o momento de su vida en que se jubila con cierta dosis de júbilo o lo jubilan sin júbilo alguno, su biografía no ha finalizado. Incluso, para algunos, una parte substanciosa de la misma tal vez no haya hecho más que empezar. Es cierto que, en el seno de una cultura que admira la juventud, la acumulación de bienes y la immediatez hedonística, los que llegamos a la vejez solemos hacerlo,  con el estereotipo de tacaños, reiterativos, pelmas, lentos, irritables, quejicas, olvidadizos, ineficientes o carrozas. Pero disponemos de ejemplos de personas centenarias Nos incumbe a los que hemos llegado a la jubilación sustituir los estereotipos que nos atribuye la sociedad por otros más positivos - serenos, tolerantes, flexibles, generosos, compasivos, eficientes, no repetitivos, con sentido del humor, - demostrando con nuestro comportamiento que la vida, una vida plena y activa, puede prolongarse en bastantes casos, incluso más allá de los setenta y cinco años 

miércoles, 1 de febrero de 2017

LA VENTANA DEL MAYOR (271)

EL RIESGO DE LA LONGEVIDAD

          El envejecimiento activo, tal como viene considerado en el marco europeo, supone: dar a las personas mayores la posibilidad de una participación social plena; fomentar sus oportunidades de empleo; permitir su contribución activa a través del voluntariado; y conseguir que permanezcan autónomas e independientes el mayor tiempo posible. Los últimos datos de los que disponemos muestran que en el conjunto de los países  tecnológicamente más adelantados, se ha  conseguido una esperanza de vida media de 80 años cuando en el siglo XVIII sólo era de la mitad.      De hecho, en fechas recientes, se ha impuesto en la sociedad occidental una visión optimista en la lucha contra el envejecimiento. Incluso se ha llegado a creer que el deterioro podría ser vencido y la inmortalidad encontrarse al alcance de la mano. 

          Que la gente viva más de lo esperado representa un riesgo. Reconocer y mitigar el riesgo de longevidad es un proceso que debe ponerse en marcha ahora. Las medidas tardarán años en dar frutos y será más difícil abordar debidamente esta cuestión si se posterga la acción colectiva Anuncio que da cumplimiento a un chiste aparecido en la prensa de 2008 en el que sobre el dibujo de un triste anciano con bastón, podía leerse: “Viviréis más años, nos dijeron. Parecía una promesa pero era una amenaza


                  ¿Qué van a hacer estas personas con su tiempo?. ¿Qué va a hacer la sociedad con ellas?. Se trata de individuos, buena parte de los cuales desearían permanecer activos,  aunque muchas veces no sepan cómo; con un acervo de conocimientos, habilidades y experiencia que la sociedad no debería menospreciar; y que, en estos momentos, están llegando a la edad de jubilación sin manual de instrucciones para su uso.