lunes, 31 de agosto de 2015

LA VENTANA DEL MAYOR (226)

NUEVOS VINOS PARA NUEVOS ODRES (II DE II)

Se ha vivido una etapa en que la política social dirigida a los mayores estuvo marcada por una asistencia paternalista, y por una concepción de jubilado como marginado social, al que había que acoger en una residencia o en el mejor de los casos al que había que entretener. 

Se construyeron residencias como lugares de estancia permanente donde la mayoría de los jubilados recibían toda clase de atenciones y se extendió una red de Hogares de Pensionistas como lugares de  encuentro donde los socios encontraban un ocio organizado con actividades lúdicas o de recreo y socioculturales. Se desarrollaron igualmente magníficos programas de vacaciones para personas mayores que contribuyeron muy positivamente al disfrute por parte de muchos, de lugares turísticos

No vamos a descalificar o restar valor e importancia a estos programas o modelos del pasado. Sin duda, han tenido, y algunos de ellos siguen teniendo una enorme significación para las personas mayores. Lo que si queremos poner de manifiesto es que afortunadamente en los comienzos del siglo XXI, las demandas de las personas mayores comenzaran a ser otras, y los planteamientos por tanto, desde la política social con este sector de la población han de ser distintos. Hoy se piden odres nuevos Es evidente que las condiciones vitales culturales y sociales de los 65 años, edad legal de la jubilación, no se parecen a los de aquellos decenios en los que se hizo la Ley. 


        Hoy se necesita cumplir muchos años para ser un anciano. Se abre paso, por tanto, una vejez competente, activa, participativa y comprometida. La inmensa mayoría de las personas mayores se niegan a jubilarse de la marcha de la sociedad. Prefieren vivir en casa con  su familia, con una vida autónoma e independiente, formando parte de su familia y de la comunidad, vinculados con otras generaciones, comprometiéndose con el entramado social, conservando ilusión y entusiasmo. En coherencia con lo anterior se  desarrollan programas de actividades dirigidas a potenciar el concepto de envejecimiento activo. Son programas destinados a mejorar la calidad de vida Son muchos los que por su formación o por su esfuerzo por ponerse al día, no viven apresados en los fijos raíles de un caminar mecánico y son verdaderos lideres sociales, aceptados y reconocidos por sus ideas y actitudes en los círculos donde se mueven. Pero pensamos que queda mucho por  renovar y cambiar en un sector bastante significativo de la población mayor. Ello justifica que hablemos de la necesaria adaptación de las personas  mayores a una sociedad en proceso de cambio