sábado, 31 de diciembre de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (270)

UN MARCO POLITICO: EL ENVEJECIMIENTO

El niño de ayer es el adulto de hoy y será la persona mayor  de mañana. La calidad de vida que disfrutarán como mayores dependerá de los riesgos y las oportunidades que experimenten a través de toda su vida, así como de la forma en que las generaciones sucesivas proporcionen ayuda y soporte mutuos cuando sean necesarios
 El envejecimiento de la población plantea muchas cuestiones  fundamentales a los responsables políticos. ¿Cómo podemos ayudar a las personas para que sigan siendo independientes  y activas a medida que envejecen? ¿Cómo podemos reforzar las políticas de promoción y prevención de la salud, especialmente las dirigidas a las personas mayores, que vive más años?. ¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida en la edad avanzada? ¿Hará quebrar tal cantidad de personas de edad avanzada nuestros sistemas sanitarios y sociales? ¿Cómo repartir de forma equilibrada el cuidado de las personas que necesitan asistencia a medida que envejecen  entre la familia y el Estado? ¿Cómo reconocer y apoyar el importante  papel que desempeñan estas personas a medida que  envejecen cuidando de otros?. 

Uno de los mayores triunfos de la humanidad y también uno de nuestros mayores desafíos es el  aumento de la esperanza de vida en edad y con buena salud. En el siglo XXI, el envejecimiento impondrá mayores exigencias económicas y sociales. Al mismo tiempo, las personas de edad avanzada ofrecerán valiosos recursos, a menudo ignorados, que aportarán una importante contribución a la estructura de nuestra sociedad

Si se quiere hacer del envejecimiento una experiencia positiva, una vida más larga, debe ir acompañada de oportunidades continuas de salud, participación y seguridad.  Mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece es un objetivo primordial tanto para los individuos como para los responsables políticos ya que de ello dependerá en gran medida que las personas  que envejecen, tengan calidad de vida



Cuando la salud, el mercado de trabajo, el empleo y las políticas educativas y sanitarias apoyen el envejecimiento activo, posiblemente habrá: menos muertes prematuras en las etapas más productivas de la vida; menos discapacidades relacionadas con enfermedades crónicas en la ancianidad; más personas que disfruten de una calidad de vida positiva a medida que vayan envejeciendo; más personas que participen activamente en los ámbitos sociales, culturales, económicos y políticos de la sociedad, en trabajos remunerados y sin remunerar y en la vida doméstica, familiar y comunitaria; y menos gastos debidos a los tratamientos médicos y la atención sanitaria
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Las políticas y los programas del envejecimiento activo reconocen la necesidad de fomentar y equilibrar la responsabilidad personal del cuidado de la propia salud; los entornos adecuados para las personas de edad; y la solidaridad intergeneracional. Las personas y las familias necesitan planificar su vejez y prepararse para ella, llevando a cabo esfuerzos personales para adoptar prácticas de salud positivas y personales en todas las etapas de la vida. Al mismo tiempo, se requieren entornos favorables que «hagan que las decisiones saludables sean decisiones fáciles».


Hay buenas razones económicas para promulgar políticas y programas que fomenten el envejecimiento activo en lo referente al aumento de la participación y la reducción de gastos de asistencia. Las personas que permanecen sanas a medida que envejecen tienen menos impedimentos para continuar trabajando.  Esto ayudaría a compensar el aumento del coste de las pensiones y de los esquemas de seguridad social basados en los ingresos, así como los relacionados con los gastos de asistencia médica y social.


Por lo que respecta al aumento del gasto público por asistencia médica, los datos disponibles indican cada vez más que la vejez en sí misma no está asociada con el aumento de los gastos sanitarios. Lo costoso es la discapacidad y la mala salud, con frecuencia asociadas a la edad avanzada. A medida que las personas envejezcan con un mejor estado de salud, es posible que el gasto médico no aumente tan rápidamente.