miércoles, 8 de junio de 2011

LA VENTANA DEL MAYOR (63)

Depresión en las personas mayores (I)

En este sentido vamos a difundir algunas consideraciones que sobre este tema ha llevado a cabo la administración de la sanidad pública.
Todos nos sentimos tristes en alguna ocasión. Pero cuando nos hacemos mayores, las razones para llegar a estar deprimidos son tan frecuentes que se suele pensar que es normal que el mayor se sienta deprimido. Y ello porque hemos dejado de trabajar; probablemente porque disponemos de menos dinero; quizás porque sentimos molestias o dolores de la artrosis o de otros problemas físicos; o porque hemos perdido a nuestra pareja o a alguien cercano.

Como síntomas más frecuentes de la depresión podemos señalar: Un sentimiento de tristeza o desánimo más intenso que lo normal. Una pérdida de interés en la vida y una incapacidad para disfrutar de las cosas que generalmente dan placer o satisfacción.

Una sensación de fatiga o cansancio a pesar de una escasa actividad que hace que la tarea más simple suponga un gran esfuerzo. Una pérdida de apetito acompañada de pérdida de peso. Una sensación interna de inquietud que hace difícil el descansar, con dificultad para dormir o incapacidad para reconciliar el sueño. Un deseo de aislarse de la gente, una sensación de irritabilidad y mal humor.

Ausencia de confianza en sí mismo, inutilidad o una carga para los demás. Sentimientos de maldad o de culpa, quizás exagerando incidentes del pasado, reaccionando de forma desproporcionado. Pensamientos suicidas, en ocasiones tan intensos que la persona deprimida puede decidir querer morir.


La depresión con frecuencia precisa de ayuda profesional. Pero, ¿cómo sabe usted cuando es el momento de solicitar esa ayuda y cómo debería hacerlo?. Las personas mayores con frecuencia son reservados a la hora de solicitar ayuda.

Probablemente esto es una herencia de los días en que sólo las enfermedades físicas graves eran consideradas una razón justificada para llamar al médico. Actualmente, los médicos de cabecera son bastante utilizados para resolver problemas emocionales y casi todos ellos disponen de la formación precisa.


El momento para pedir ayuda es cuando la depresión se hace más grave o intensa, cuando ya lleva varias semanas de evolución, cuando usted ya no puede funcionar adecuadamente lo cual da lugar a que desee estar aislado, solo, sea incapaz de soportar la compañía de otros a su alrededor, o simplemente cuando ya no sea capaz de disfrutar con las cosas que antes le producían placer, o bien cuando la tristeza es tan intensa que le parece que la vida no merece la pena.

Con frecuencia, son los amigos o la familia quienes se dan cuenta del cambio más que nosotros mismos. No se resista, acepte los signos que otros han percibido y prepárese para visitar a su médico de cabecera o, si no puede desplazarse a su Centro de Salud, solicite una visita domiciliaria de su médico. No es un signo de debilidad el solicitar ayuda

4 comentarios:

  1. Creo que en la sociedad actual sentirse fuera de sitio suele darse a partir de los 57 fruto entre otras cosas a la continua aparición de cambios en la tecnología que llega a nuestros puestos de trabajo,dejando patente nuestra natural dificultad para asimilarla frente a quienes con menos edad lo hacen sin dificultad y cuestionan en adelante nuestra utilidad y nuestro puesto.

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  2. No faltándote razón en tu planteamiento, he de hacer un par de apreciaciones.
    tengo casi 50 años y estoy en contacto con las nuevas tecnologías.
    En la empresa para la que trabajo todos mis compañeros tiene la mitad de edad que yo y, efectivamente, 'dominan' muchos aspectos al vuelo que a mí me cuesta un tiempo.
    Pero es cuestión de actitud. No debemos pensar que somos inútiles al lado de ellos. En la UNI nos enseñaron a superar dificultades y estas son unas mas.
    En cambio, tenemos una enorme baza a nuestro favor que la gente joven desconoce: Se llama experiencia.
    Mis compañeros desconocen lo que nos enseña la vida.
    ¿Ejemplos?
    Trabajo en equipo, Capacidad de organización, Atención al cliente cuidando las formas, el aspecto físico no desaliñado....
    Podría decir muchas más que hacen que cuando hay una duda ante un 'roce' con un cliente, te buscan porque tu mano izquierda está perfecta y ellos no tienen.
    En fin, creo que la solución a estos problemas coyunturales está dentro de nosotros mismos. Creer en nuestras posibilidades e informarnos 'por fuera' de lo que ellos ya traen en sus currículums.
    Un saludo

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  3. De cualquier forma entiendo que, tal y como están las cosas en lo laboral, hay que tener una aptitud positiva ante un relevo generacional entendiéndolo como conveniente tanto para el mayor como para quien le sustituye. Dando por sentado que se produzca de forma no traumática en lo económico para el relevado y mesurada para el relevista.

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  4. Estoy de acuerdo con los comentarios de los dos o "tres".Pero creo que el articulo de Enrique Pozón, no va precisamente por gente como vosotros que tenéis 57 años y tu Juan Antonio casi 50, pero sigues trabajando y mucho, no tienes tiempo para deprimirte.
    Yo creo que el articulo,va mas para gente como mi madre,que tiene 86 años es viuda desde los 49 años, tiene cuatro hijos, uno esta en una residencia psiquiatra y otro no quiere saber nada de ella desde hace muchos años.La cuidamos entre mi hermana pequeña y yo, pero últimamente está imposible por la depresión que tiene desde hace años.
    Si queremos sacarla a pasear no le apetece nunca,si no la sacamos se queja, la verdad es que se queja de todo pues ha tenido siempre bastante genio,pero con la edad y la enfermedad se le ha empeorado.
    Si no tenéis trabajo buscad algo para distraeros como hago yo, si no la depresión acabará haciendo mella entre nosotros.

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