Depresión en las personas mayores (II)
Insistiendo en el tema de la depresión en las personas mayores a continuación vamos a poner de relieve algunas recomendaciones sobre lo que debe y lo que no debe hacer Vd. cuando se encuentre deprimido:
Pida ayuda. No considere normal sentirse deprimido por el simple hecho de ser mayor. Intente salir. Acepte los ofrecimientos de sus vecinos, amigos o familiares. Pero quedarse en casa hará que esté continuamente dándole vuelta a las cosas en su cabeza, cosa que no sólo no le ayudará sino que le hará sentirse más indefenso. También, si no sale y se mueve, podrán agravarse sus problemas de rigidez articular o de tobillos hinchados, haciendo más difícil el caminar. Procure alimentarse adecuadamente.
Las personas con depresión con frecuencia se alimentan incorrectamente y pierden peso, lo cual puede hacer que estén bajos de minerales y de vitaminas. Los cuerpos ancianos no se recuperan tan bien como los jóvenes. Evite el comer a base de chocolates y galletas. Recuérdese a sí mismo que usted tiene una enfermedad y que ésta tiene tratamiento, la gran mayoría de las personas en su situación mejoran. Hable, cuéntele a alguien como se siente, incluso si se siente tan hundido como si todo acabara. Comparta sus sentimientos con los demás, de no hacerlo estará todo el día rumiando las mismas preocupaciones inútilmente. Hablar ayuda. No intente beber alcohol para ahogar sus penas. El alcohol realmente empeorará su depresión, además de que puede interaccionar negativamente con el tratamiento que esté tomando. No se angustie por no dormir adecuadamente.
Esto es un síntoma de la depresión y desaparecerá según esta vaya mejorando. Preocuparse sobre no dormir es la mejor forma de asegurarse el no poder dormir. No cambie el número de pastillas que toma, ni deje de tomarlas o intente otros remedios. Si cree que está experimentando efectos secundarios del tratamiento, hágaselo saber a su médico de cabecera. No piense que la depresión conduce a la senilidad o demencia; no lo hace.
Vamos a señalar finalmente algunas orientaciones a los amigos o los familiares de la forma de actuar sobre una persona mayor deprimida. Anímele amablemente a aceptar ayuda. Explíquele que la depresión es bastante frecuente y que se cura en la mayoría de los pacientes que aceptan ayuda. Sea claro respecto de que no es una forma de locura, o sobre que acudir a un psiquiatra no constituye una mancha para la familia. Acepte que las personas mayores con depresión se cansan fácilmente. Con frecuencia es suficiente el que muestre su preocupación estando allí o haciendo algo práctico. No les fuerce a hablar. No les acose para que hagan cosas.
Las personas mayores con depresión con frecuencia se aíslan de los demás y aunque el salir y el llevar a cabo ejercicio ligero ayuda, el acosarles puede ser contraproducente. Sea paciente, las personas mayores pueden preguntar constantemente, pidiendo que se les tranquilice ya que están convencidos de que se encuentran físicamente mal. Esto es porque ellos no comprenden que les está sucediendo y se sienten asustados. Tranquilíceles todo lo que pueda y sea un buen oyente. Especialmente, tranquilíceles de que no se volverán seniles o dementes.
Las personas que han tenido depresión no poseen mayor riesgo de desarrollar demencia que las que no. Por último, ayúdeles a comer y beber adecuadamente. No crea que por intentar comprobar si el paciente ha tenido ideas suicidas usted puede animarle o inducirle a que se suicide. Esto es un mito. Los pensamientos suicidas son un signo seguro de que se precisa ayuda especializada, y muchas personas deprimidas sienten alivio al contárselo a alguien. Si se siente agotado pida ayuda.
Finalmente, evite tomar decisiones sobre donde debe vivir alguien que conoce y que está deprimido.
Pida ayuda. No considere normal sentirse deprimido por el simple hecho de ser mayor. Intente salir. Acepte los ofrecimientos de sus vecinos, amigos o familiares. Pero quedarse en casa hará que esté continuamente dándole vuelta a las cosas en su cabeza, cosa que no sólo no le ayudará sino que le hará sentirse más indefenso. También, si no sale y se mueve, podrán agravarse sus problemas de rigidez articular o de tobillos hinchados, haciendo más difícil el caminar. Procure alimentarse adecuadamente.
Las personas con depresión con frecuencia se alimentan incorrectamente y pierden peso, lo cual puede hacer que estén bajos de minerales y de vitaminas. Los cuerpos ancianos no se recuperan tan bien como los jóvenes. Evite el comer a base de chocolates y galletas. Recuérdese a sí mismo que usted tiene una enfermedad y que ésta tiene tratamiento, la gran mayoría de las personas en su situación mejoran. Hable, cuéntele a alguien como se siente, incluso si se siente tan hundido como si todo acabara. Comparta sus sentimientos con los demás, de no hacerlo estará todo el día rumiando las mismas preocupaciones inútilmente. Hablar ayuda. No intente beber alcohol para ahogar sus penas. El alcohol realmente empeorará su depresión, además de que puede interaccionar negativamente con el tratamiento que esté tomando. No se angustie por no dormir adecuadamente.
Esto es un síntoma de la depresión y desaparecerá según esta vaya mejorando. Preocuparse sobre no dormir es la mejor forma de asegurarse el no poder dormir. No cambie el número de pastillas que toma, ni deje de tomarlas o intente otros remedios. Si cree que está experimentando efectos secundarios del tratamiento, hágaselo saber a su médico de cabecera. No piense que la depresión conduce a la senilidad o demencia; no lo hace.
Vamos a señalar finalmente algunas orientaciones a los amigos o los familiares de la forma de actuar sobre una persona mayor deprimida. Anímele amablemente a aceptar ayuda. Explíquele que la depresión es bastante frecuente y que se cura en la mayoría de los pacientes que aceptan ayuda. Sea claro respecto de que no es una forma de locura, o sobre que acudir a un psiquiatra no constituye una mancha para la familia. Acepte que las personas mayores con depresión se cansan fácilmente. Con frecuencia es suficiente el que muestre su preocupación estando allí o haciendo algo práctico. No les fuerce a hablar. No les acose para que hagan cosas.
Las personas mayores con depresión con frecuencia se aíslan de los demás y aunque el salir y el llevar a cabo ejercicio ligero ayuda, el acosarles puede ser contraproducente. Sea paciente, las personas mayores pueden preguntar constantemente, pidiendo que se les tranquilice ya que están convencidos de que se encuentran físicamente mal. Esto es porque ellos no comprenden que les está sucediendo y se sienten asustados. Tranquilíceles todo lo que pueda y sea un buen oyente. Especialmente, tranquilíceles de que no se volverán seniles o dementes.
Las personas que han tenido depresión no poseen mayor riesgo de desarrollar demencia que las que no. Por último, ayúdeles a comer y beber adecuadamente. No crea que por intentar comprobar si el paciente ha tenido ideas suicidas usted puede animarle o inducirle a que se suicide. Esto es un mito. Los pensamientos suicidas son un signo seguro de que se precisa ayuda especializada, y muchas personas deprimidas sienten alivio al contárselo a alguien. Si se siente agotado pida ayuda.
Finalmente, evite tomar decisiones sobre donde debe vivir alguien que conoce y que está deprimido.
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