lunes, 11 de abril de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (253)

LA VEJEZ: PROBLEMA U OPORTUNIDAD ( y II)

          Ramón y  Cajal, en sus obras no científicas, las de carácter literario y ensayístico,   como  Charlas de Café y sobre todo  su último libro El mundo visto a los ochenta años, reflexiones de un arterioesclerotico (1934),  se ocupa del tema de envejecer  en su globalidad biológica, social, y psicológica,  con  ideas y conclusiones de su  visión del envejecimiento. Doce años antes de escribir su último libro pierde capacidad auditiva y se queja de los efectos: aislamiento y retraimiento del mundo exterior. Y esa fractura entre la necesidad y la realidad genera angustia que para él es sobre todo “no poder seguir el frenético ritmo del avance científico de su tiempo” ¿Qué diría del nuestro?. Decía que hay una enfermedad crónica, necesariamente mortal, que todos debiéramos evitar y que sin embargo todos deseamos: la vejez.  La preocupación por la vejez es  una exigencia natural.  

         Gregorio Marañón,(1887 – 1960) médico, científico, historiador y pensador español se hacia estas dos preguntas: ¿Se podrá luchar contra la vejez?. ¿Llegará un día en que el hombre muera de viejo sin estar viejo?. A estas dos interrogantes él contestaba: “Creo que llegará ese día y no me parece que este muy lejos. La lucha contra la vejez no es conservar la vida sino mantenerla con eficacia, con cierto vigor. Que todos vivamos una larga vida y nunca lleguemos  a ser viejos, y el que se crea viejo que aprenda a disfrutar como mayor cada minuto del día”. Y en una publicación de 1952, a los 72 años de edad, se expresaba así:”Vivir  no es solo existir… sino existir y crear… saber gozar y sufrir… y no dormir sin soñar….descansar es empezar a morir”.
         
            Terminamos  citando a Viktor Emil Frankl, austriaco - 1905 - 1997 neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia y autor del libro “El hombre en busca de sentido”. En él decía: “La vida es transitoriedad, por lo que más tarde o más temprano todo va a desaparecer. Pero no hay que olvidar que lo transitorio, lo que pasa, es simplemente la oportunidad de lograr un sentido, que a su vez es incluido en la realidad del pasado. Nadie puede robarnos la riqueza que hayamos cosechado y guardado. La hora pasa, la pena se olvida, la obra queda”.

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