Las medias verdades sobre el envejecimiento
La
vejez no es igual para todos. El pasar
de la edad adulta a la vejez tiene una
gran variabilidad entre las personas. No todos envejecemos a la misma velocidad, ni somos física ni
mentalmente iguales, ni nos afectan de la misma manera las circunstancias que
nos rodean, Puede ser vivida por cada uno de nosotros, de muy diferentes
maneras.
Hablar de vejez o "hacerse
viejo" ha tenido y tiene connotaciones negativas. Se ha interpretado que
el envejecimiento implica pérdidas y está relacionado a enfermedad y
dependencia. Los estereotipos asociados a la edad, adquiridos en los primeros años
de la vida, crean una visión exagerada
de la realidad. La aceptación de hechos
que no son reales, pero que son admitidos por la sociedad como tales, genera una imagen inexacta y en ocasiones errónea,
además de homogeneizadora, de todos los miembros de este grupo de población. En este sentido, los
estereotipos más habituales que se encuadran en el perfil de personas mayores hacen mención a los
siguientes rasgos: todas son iguales; están
enfermas, tienen dependencia funcional y son frágiles; solas, aisladas y deprimidas;
tienen problemas de memoria; son rígidas y no se adaptan a los cambios; no
deben seguir trabajando; no pueden aprender cosas nuevas….. Esta forma de
pensar favorece la aparición de dependencia, discapacidad, depresión, reducción
del sentimiento de autoestima, disminución del rendimiento o incluso aumenta el
riesgo de mortalidad, provocando, además una
imagen errónea de las personas mayores en los profesionales, a pesar de
ser este colectivo, uno de los principales usuarios de los servicios de salud.
Pero la
realidad es otra, Las personas mayores integran el grupo de población con mayor variabilidad
interindividual, con diferencias biológicas, en las características
psicológicas, sociales, culturales- En general, mantienen un
buen nivel funcional para la realización de las actividades de la vida diaria,
autónoma e independiente. Buenas relaciones y apoyos sociales,
con una red menos extensa que en la
juventud, pero más gratificante y más leal, principalmente con sus familias y
sus hijos. Desarrollan
actividades mentales con la misma capacidad que las personas jóvenes, pero
adaptadas a las exigencias de la edad. Los rasgos de personalidad se mantienen
a lo largo de toda la vida siendo capaces de acomodarse a los cambios que se
producen en su entorno. Pueden seguir
aprendiendo y continuar realizando su trabajo de la misma manera o mejor que
los jóvenes, dado que cuentan con habilidades y conocimientos para enfrentarse
a las nuevas tecnologías.
….. En definitiva, el envejecimiento es un `proceso en el que la persona ha de
conforma una nueva imagen de sí misma,
enfrentándose a él de manera exitosa,
con capacidad para decidir cómo quiere hacerlo
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