jueves, 26 de mayo de 2011

LA VENTANA DEL MAYOR (61)

LA VEJEZ ESTA DE MODA



Llegar a viejo es ya el horizonte normal en la vida de los ciudadanos. Ocupa casi la tercera parte de nues

tra existencia, por lo que es útil

reflexionar sobre ella como una etapa más del crecimiento humano.

Vejez y futuro suenan a conceptos enfrentados y contradictorios, pero el caso es que navegan en el mismo barco porque viejos seremos, si antes la muerte no lo impide.

Envejecer resulta ineludible, pero ya no es lo que era. Han cambiado radicalmente los retos socioeconómicos, culturales, científicos, incluso biológicos, que plantea una población cada vez más longeva, fenómeno sin precedentes en su historia evolutiva.

Queremos la eternidad aquí y ahora, y queremos durar con este cuerpo, con este

nombre y con esta personalidad lo máximo posible. Hoy la esperanza de vida se alarga más o menos para todos y ser viejo es un baldón dentro de los modelos culturales imperantes.

Tenemos miedo a la vejez, nos asusta, no queremos verla y para no verla nos apartamos y al apartarnos, no vemos cómo son las personas mayores hoy. Lo viejo no se ha puesto de moda, pero sí la vejez.

Se ha de pasar del modelo tradicional de persona mayor, deficitaria, en donde todo es pérdida y deterioro, al nuevo modelo de persona mayor activa, que se adapta a los cambios que se vayan produciendo en la sociedad, y que encuentra en la educación permanente el instrumento para su integración y calidad de vid

a. Una etapa más de crecimiento en la que se necesita vivir; saber para qué vivir e inicio de un nuevo proyecto que se ha de construir con lo que se tiene.

Hay personas mayores que piensan que están llegando al principio del final, que están amenazadas de muerte. Su proyecto de vida se torna en proyecto de muerte. Otras consideran la vejez como un proyecto de vida, de futuro. Para los que consideran la vejez como un proyecto de muerte, la primera arruga que sale en la cara, la primera mancha que aparece en la mano, la primera cana que se detecta en los cabellos, es motivo de inquietud y depresión. Imagen negativa de la vejez, antesala de la muerte, etapa degenerativa del ciclo vital en la que predominan los fenómenos involutivos. Etapa sobr

eprotegida, considerando a la personas mayor como subespecie de caridad.

Por el contrario los que piensan que la vejez ofrece un proyecto de vida, de futuro, la realidad es otra. Mantienen su lucha por la vida y la autonomía, incluso en las condiciones más adversas. Tiene sentido vivir y para qué vivir.

La ignorancia sobre la vejez es generalizada, y muy pocas personas en edad adulta se preocupan por conocer y prepararse para esta etapa. Y no digamos desde la atalaya de la juventud. ¡La vejez está tan lejos¡. Si se ensalza la juventud como un estado ideal, forzosamente el envejecimiento se vive como una limitación, como una pérdida a la que caminamos de forma irreversible. De ahí la paradoja de que la vida de las personas en lugar de ser acumulación de experiencias, de aprendizaje continuo, de una búsqueda constante y de interés por descubrir, parece que a partir de cierto momento que ya no se es joven ya no se tiene futuro.

El concepto de envejecimiento evoluciona en una sociedad que experimenta cambios en múltiples esferas de la vida, tales como las modificaciones de los sistemas de producción, innovaciones tecnológicas, automatización, robotización, avances en los medios de comunicación, sociedad de más riesgos, etcétera. Los impactos del progreso introducen nuevos elementos de cambio social que influye profundamente en la vida de las personas mayores. Ello lleva consigo la necesidad de unos planteamientos innovadores de adaptación, ya que el envejecimiento, como tal, no puede desaparecer.

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