LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD Y EL CONSUMO DE LAS PERSONAS MAYORES
I PARTE: LA EDUCACION
En un trabajo de Pereira Domínguez, Mª C.; Seoane Pérez, E. y Sueiro Domínguez, E. titulado :”La educación para la salud y el consumo en las personas mayores desde los estímulos culturales” se recogen algunas puntualizaciones que consideramos de interés difundirlas a través de LA VENTANA DEL MAYOR.
La O.M.S., en su Carta Fundacional (1946), definió la salud como "El estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
En 1976, el X Congreso de Médicos y Biólogos, celebrado en Barcelona, consideró "La salud del ser humano como aquella manera de vivir autónoma, solidaria y gozosa".
Asimismo, la O.M.S., en 1984, establece una nueva concepción de salud como “la capacidad que tiene un individuo o grupo, por un lado, para realizar sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades y, por otro lado, para cambiar o hacer frente al ambiente”. La salud se convierte, pues, en un recurso para vivir y para hacerlo de una mejor manera.
.El proceso de envejecimiento está influenciado por la evolución que siga la salud, es decir, el aspecto físico, mental y social de la persona. En dicha salud se incluyen los problemas físicos que ella conlleva con el paso de los años; el nivel de consciencia o control que tenemos sobre el medio; el grado de dependencia o independencia. Desde esta óptica la salud está condicionada en un país, por la interacción de cuatro variables:: el medio ambiente, - social y físico - ; los estilos de vida - conductas de salud- ; la biología humana - genética, envejecimiento-; y los sistemas de asistencia sanitaria - calidad, cobertura o acceso y gratuidad -. Y todos estos factores están interrelacionados e influenciados por los aspectos socio-económico y culturales en los que se mueve cada persona en su comunidad correspondiente.
Numerosas investigaciones en los países desarrollados confirman que la salud depende básicamente de las actuaciones que desempeñe la propia persona-. Se asigna como determinante de la salud: el 50% al estilo de vida; el 25% al entorno; el 20% a la herencia; y el 5% al sistema de asistencia sanitario. Se constata que las enfermedades cardiovasculares, los tumores, las enfermedades del aparato respiratorio y las del digestivo, están estrechamente vinculadas a los estilos de vida y a las circunstancias del entorno y/o al ambiente.
Por consiguiente, no hemos de olvidar que lo que nos acontezca en la vejez, se ha gestado a lo largo de nuestra historia personal, de tal forma que El que tuvo y retuvo, guardo para la vejez. Y, esto es así, porque La vejez sana, en la juventud se prepara, ya que La vejez sana, es hija de la juventud ordenada .Los viejos son dos veces niños, llegamos al contrapunto del nacimiento: Vida-Muerte.
Como reflexiones finales podemos decir que Salud y vejez son dos realidades íntimamente ligadas. De cómo sea la primera, así resultará la segunda. Vivimos en la cultura de la “eterna juventud”, donde la población mayor sale claramente mal parada. Y esto es así, por la importancia que se da al cuerpo y a la imagen exterior, en detrimento de las restantes facultades del ser humano.
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