jueves, 10 de marzo de 2011

LA VENTANA DEL MAYOR (53)

BIOÉTICA Y MALOS TRATOS A LOS MAYORES


En el Diario Córdoba de fecha 7 de Enero se publica la noticia de que el Teléfono de atención a las personas mayores de Andalucía recibió en el año 2010, 1059 denuncias de supuestos malos tratos por situaciones de negligencia, abandono, daños físicos o psicológicos así como por falta de atención y maltrato en instituciones privadas.

Hablar de fundamentos éticos para las personas mayores es tocar un punto bastante arduo y serio. Sin embargo se han de abordar los problemas reales de estas personas desde un punto de vista lo más ético y humano posible.

Si partimos de la base de que actualmente contamos con un número bastante elevado de personas mayores que precisan una serie de ayudas físicas y psíquicas que, a su vez, implican a toda una serie de personas e instituciones, debemos plantearnos la necesidad de elaborar unos mínimos contenidos éticos que regulen y orienten, de alguna manera, nuestro actuar para con este colectivo poblacional.


Desde que la Bioética comenzó a caminar a comienzos de la década de los setenta del siglo XX se han articulado una serie de principios éticos: “Hacer el bien al anciano, trato digno y respetuoso y promover su bien”.”No hacer daño a la persona mayor y evitarle todo mal posible como, no abusar, abandonar o maltratar”. “Respetar la libertad y capacidad de decisión del anciano como agente moral”. “Consideración y respeto para todos, sin ningún tipo de discriminación o marginación”.

La persona mayor es un ser que tiene dignidad. Esta dignidad nunca se pierde ni se deteriora. Toda persona mayor merece un respeto absoluto e incondicional, y no algo que se pueda manipular o instrumentalizar a nuestro antojo. Poder vivir la persona mayor con dignidad y seguridad, significa que se vea libre de explotaciones y de malos tratos físicos o mentales; que reciba un trato acorde a su dignidad que nunca variará, independientemente de la edad, género, patología, etc. u otras condiciones vitales; así como ser valorados por sí mismos..


Dentro de esta dignidad está el sentido existencial. .A la persona mayor le mata el desamor, le quita la vida el no sentirse valorado y escuchado como ser humano, que nadie cuente para nada con él. Por ello las personas mayores precisan más que nada: sentirse queridos y amados por sí mismos, Que se les conozca de una manera profunda sus sentimientos, deseos, pensamientos,...;Que se les cuide con amor y humanitarismo, en lugar de apartarlo de la familia Que se les respete como personas libres, que toman sus decisiones por sí mismos y no como si fueran niños grandes Que se les ayude a valorarse a sí mismos y a ser responsables de sus actos Es más, ante una persona mayor todos deben descubrirse. Lo merece sólo por el hecho de serlo. Por eso debemos meditar cómo debemos tratarle, cómo envolverle en amor, cómo llenar de alegrías estos años, a pesar de los pesares.

Frente a esta concepción social e ideológica de que las persona mayores son un estorbo, y desde una ética civil, plural y dialogante, reivindicamos que toda persona mayor es absolutamente valiosa y un fin en sí misma. Todas las personas, independientemente de la circunstancia vital que tengan, son únicas, insustituibles, tienen dignidad.

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