LOS MITOS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
Nuestra sociedad tiene de las personas mayores una imagen deformada, consecuencia del tipo de sociedad en la que vivimos, basada sobre la productividad y el consumo, con grandes adelantos tecnológicos. Se hace de ellas, una valoración negativa y poco respetuosa, por una serie de ”creencias”, entre las cuales podemos destacar:
Que el envejecimiento comienza a los sesenta y cinco años, edad de jubilación.
Que las personas mayores se hallan muy limitadas en sus aptitudes biológicas, psicológicas y sociales.
Ven disminuida su inteligencia, con pérdida global de memoria, sin motivación para aprender.
Marginados, con escasa capacidad de relación, perdiendo interés vital, produciéndose una apatía emocional y un aislamiento progresivo.
De acuerdo con estas cuatro posturas, surgen una serie de mitos y prejuicios en relación con el envejecimiento, que pasamos a señalar:
El mito del envejecimiento cronológico:
Los individuos se valoran por el número de años que han vivido.
Sabemos que esto no es o no debe ser así. Una persona de edad puede tener un espíritu joven, que a fin de cuentas es lo que le mantiene vivo
El mito de la improductividad:
La creencia general de que la persona mayor es un ser incapaz de producir.
Esto también es falso. La psicología del trabajo reconoce que los mayores de 65 años pueden ser excelentes trabajadores, siempre que la tarea desempeñada sea proporcional a sus aptitudes y posibilidades
El mito de la inflexibilidad:
Las personas mayores no son capaces de adaptarse a los nuevos tiempos, a las situaciones nuevas. Su intransigencia, su falta de flexibilidad se lo impide.
El mito de la falta de compromiso.
El envejecimiento no tiene porque ir unido a la desvinculación, a la separación, al aislamiento de la sociedad
El mito de la senilidad:
La pérdida de memoria, la disminución de la capacidad de atención, el confusionismo
El mito de la serenidad:
Las personas mayores están sometidas a tensiones que no tienen en otras edades, pudiendo señalar entre ellas: la jubilación, la soledad, el abandono, la angustia, la depresión, las enfermedades, Todas estas tensiones, las personas mayores intentan esconder bajo una careta de tranquilidad o serenidad aparente.
Pero ante los mitos de inflexibilidad, falta de compromiso, senilidad y serenidad, hemos de destacar que a nivel de conocimiento se ha demostrado que:
- La pérdida global de la memoria no es mucho mayor que en otras edades.
- La inteligencia no solo no disminuye sino que puede aumentar, si en ese momento se proporciona oportunidades para ejercitarla.
- Se ha comprobado que las personas mayores tienen capacidad de aprendizaje y que su motivación resulta con frecuencia superior la de las generaciones jóvenes.
De todo lo expuesto se puede sacar como conclusión, una imagen o estereotipo del envejecimiento, equivocado: “la consideración social de la vejez como etapa del ciclo vital que conlleva, necesariamente, deterioro intelectual, enfermedad física, incapacidad funcional y otras muchas lacras”.
Ante esta descripción negativa del envejecimiento, se han de poner relieve determinadas puntualizaciones, como resultado de una serie de estudios e investigaciones.
.- Que solo, aproximadamente, el 7,5 % de la población mayor de 65 años esta afectada por algún tipo de patología demencial; y que dos tercios gozan de buena salud. Tan solo una de cada 10 personas mayores de 65 años presenta dependencia.
- Se confirma la teoría de que las personas mayores sanas, mantienen en sus últimos años las características de la personalidad que tenia durante la madurez.
-Y que en la mayoría de los países occidentales las personas mayores están regularmente integradas, reconociendo que constituyen un recurso a considerar, y que como tal, debe y puede ser utilizado.
Que el envejecimiento comienza a los sesenta y cinco años, edad de jubilación.
Que las personas mayores se hallan muy limitadas en sus aptitudes biológicas, psicológicas y sociales.
Ven disminuida su inteligencia, con pérdida global de memoria, sin motivación para aprender.
Marginados, con escasa capacidad de relación, perdiendo interés vital, produciéndose una apatía emocional y un aislamiento progresivo.
De acuerdo con estas cuatro posturas, surgen una serie de mitos y prejuicios en relación con el envejecimiento, que pasamos a señalar:
El mito del envejecimiento cronológico:
Los individuos se valoran por el número de años que han vivido.
Sabemos que esto no es o no debe ser así. Una persona de edad puede tener un espíritu joven, que a fin de cuentas es lo que le mantiene vivo
El mito de la improductividad:
La creencia general de que la persona mayor es un ser incapaz de producir.
Esto también es falso. La psicología del trabajo reconoce que los mayores de 65 años pueden ser excelentes trabajadores, siempre que la tarea desempeñada sea proporcional a sus aptitudes y posibilidades
El mito de la inflexibilidad:
Las personas mayores no son capaces de adaptarse a los nuevos tiempos, a las situaciones nuevas. Su intransigencia, su falta de flexibilidad se lo impide.
El mito de la falta de compromiso.
El envejecimiento no tiene porque ir unido a la desvinculación, a la separación, al aislamiento de la sociedad
El mito de la senilidad:
La pérdida de memoria, la disminución de la capacidad de atención, el confusionismo
El mito de la serenidad:
Las personas mayores están sometidas a tensiones que no tienen en otras edades, pudiendo señalar entre ellas: la jubilación, la soledad, el abandono, la angustia, la depresión, las enfermedades, Todas estas tensiones, las personas mayores intentan esconder bajo una careta de tranquilidad o serenidad aparente.
Pero ante los mitos de inflexibilidad, falta de compromiso, senilidad y serenidad, hemos de destacar que a nivel de conocimiento se ha demostrado que:
- La pérdida global de la memoria no es mucho mayor que en otras edades.
- La inteligencia no solo no disminuye sino que puede aumentar, si en ese momento se proporciona oportunidades para ejercitarla.
- Se ha comprobado que las personas mayores tienen capacidad de aprendizaje y que su motivación resulta con frecuencia superior la de las generaciones jóvenes.
De todo lo expuesto se puede sacar como conclusión, una imagen o estereotipo del envejecimiento, equivocado: “la consideración social de la vejez como etapa del ciclo vital que conlleva, necesariamente, deterioro intelectual, enfermedad física, incapacidad funcional y otras muchas lacras”.
Ante esta descripción negativa del envejecimiento, se han de poner relieve determinadas puntualizaciones, como resultado de una serie de estudios e investigaciones.
.- Que solo, aproximadamente, el 7,5 % de la población mayor de 65 años esta afectada por algún tipo de patología demencial; y que dos tercios gozan de buena salud. Tan solo una de cada 10 personas mayores de 65 años presenta dependencia.
- Se confirma la teoría de que las personas mayores sanas, mantienen en sus últimos años las características de la personalidad que tenia durante la madurez.
-Y que en la mayoría de los países occidentales las personas mayores están regularmente integradas, reconociendo que constituyen un recurso a considerar, y que como tal, debe y puede ser utilizado.
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