LA VENTANA DEL MAYOR (50)

El derecho a ser inteligente nos hace libres

Consideramos que el mas humano de los derechos es el derecho a ser inteligente, unido al derecho a la educación. La peor lacra que sigue azotando al ser humano es la ignorancia.

La riqueza de una nación es fruto del cerebro de sus habitantes. Cuanto mayor sea el número de los que posean inteligencia creativa, más rápido será el progreso de la humanidad.

Tenemos que aprender a respetar el derecho a ser inteligente que cada uno de los seres humanos tenemos, por el simple hecho de pertenecer a la especie humana.

Todos los seres humanos nacemos con el mismo potencial de inteligencia. Salvo patologías o deformaciones hereditarias todos los individuos de la especie humana traemos al mundo la misma estructura cerebral con la potencialidad de desarrollar y activar sus funciones.

Genéticamente, todos tenemos la misma capacidad y el mismo número de neuronas, independiente de nuestro genero, raza, color, condición social, idioma, religión, posición económica o cuna.

El derecho a ser inteligente es inherente a la persona, no es un derecho que graciosamente se nos concede por una ley democráticamente votada en el Parlamento. Toda persona tiene opción a reclamar este derecho a quienes le dieron la existencia y también a la sociedad que le recibió en su seno.

Naturalmente comprobamos que entre los seres humanos existen notables diferencias. La razón es que el proceso evolutivo es desigual, ya que no todos nos desenvolvemos en circunstancias favorables al desarrollo de sus capacidades intelectuales. Situaciones económicas, sociales, políticas, etc, determinan la existencia de factores, que dejan al margen este derecho a ser inteligente.

Las personas mayores, tras su jubilación, quedan descolgadas de la sociedad en que ha desarrollado su actividad productiva, con las consiguientes consecuencias personales, familiares y sociales. Muchos entran en profundas depresiones y en general, su autoestima baja a cuotas preocupantes. Se entregan a la desesperanza de aceptar resignados ser ciudadanos de segunda o tercera categoría

Actualmente se están dando pasos en dirección correcta ya que cada vez son más numerosos los avances que se van dando en la participación de los mayores en la sociedad con programas para la creatividad: congresos, symposium, universidades de la experiencia, proponiendo y desarrollando grandes posibilidades para los mayores.

Hemos de destacar un conjunto de líneas prioritarias para desarrollar más oportunidades para mejorar la educación a lo largo de la vida, ya que muchas personas mayores quieren seguir formándose

El Estado debe desarrollar nuevos conceptos sobre el aprendizaje a lo largo de la vida de las personas, posibilitando la participación y no discriminación, con el fin de que todas las personas mayores puedan asumir sus responsabilidades y convertirse en miembros activos de la sociedad en la que están integrados. Ninguna persona por causa de su edad debe estar discriminada ni aislada de esta participación social. Ni tampoco ella misma – la persona mayor – puede aislarse voluntariamente.

El Consejo de Europa se ha implicado en esta tarea y sugiere que se debe posibilitar que las personas mayores se impliquen en la oferta y previsión de servicios de los cuales son beneficiarios. No olvidemos que las personas mayores están en condiciones de mayor plenitud – tiempo libre, experiencia, valores, ideas – para alcanzar la verdadera realización del ser humano integral.

El artículo 29 de la Declaración de los derechos humanos afirma:” Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que solo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad” sin limite de edades, ni condición social, ni familiar.

Como colofón a estas ideas hemos de señalar que en nuestro país, un grupo de investigadores han creado el Centro Español de Creática integrado en el Instituto Internacional de Creática y Estimulación Integral. Pretende que toda persona se realice según su potencial biológico de inteligencia, que es virtualmente infinito. Todos debemos tener conciencia de que somos inteligentes, y que esta capacidad natural es igual para todas la personas.