domingo, 8 de septiembre de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (147)

Envejecer: Un paso más en el ciclo vital


Los países desarrollados envejecen.  En España el porcentaje de personas con más de 65 años era el 8,2%  de la población total en 1960; en la actualidad supera el 17%, y se espera que alcance el 32,1% en 2050. Las causas de este envejecimiento de la población son fundamentalmente: las bajas tasas de fecundidad o número de nacimientos que ha pasado de 2,9 hijos por mujer en edad fértil en 1970 a 1,4 en la actualidad; y el aumento espectacular de la esperanza de vida. Estamos ganando un tiempo de vida extra. Cada ocho años del calendario, la esperanza de vida a partir de los 65 años aumenta en un año. Eso se refleja en que la esperanza de vida al nacer se ha incrementado en cerca de 40 años, pasando de 41 años a 81 años;   y la esperanza de vida a partir de los 65 años ha pasado de menos de 10 años,  a casi 20 años en la actualidad. Y estas ganancias continuarán en las próximas décadas. 
El alargamiento de la  esperanza de vida tiene consecuencias a lo largo del ciclo vital.

1ª.- El aumento de los años dedicados al estudio en la enseñanza oficial o reglada, pasando de menos de 10 años de media de la generación nacida en 1940, a los 13,6 años de media que dedica la generación que acaba de terminar su etapa formativa. 
2ª.- El retraso de la emancipación o edad de abandono del núcleo familiar, situándose en 29,3 años para los hombres y 28,3 para las mujeres.
3ª.- Se retrasa la edad del primer matrimonio, 32 años en el caso de los hombres y hasta los 30 años para las mujeres.
4ª.- La edad media en que las mujeres tienen su primer hijo ha pasado de los 25 años en 1975   a 29,5 años en la actualidad.
 5ª.- El retraso en cerca de 10 años  en cuanto a la edad de acceso al mercado de trabajo, que a mediados del siglo XX estaba en los 18 años de edad mientras que ahora se acerca a los 30 años. 
6ª.-  La esperanza de vida después de la fecha de la jubilación ha aumentado hasta alcanzar una media de 14 años Vivimos mas años.

Esta es la razón por la que en esta última parte de la exposición dediquemos nuestra atención al envejecimiento como consecuencia de éste aumento de la esperanza de vida. Las personas mayores representan el grupo de población más variado y heterogéneo, con diferencias biológicas, físicas, mentales, culturales, históricas... que no sólo las distinguen de los adultos y de los niños, sino que también les hace ser diferentes entre ellos mismos, por lo que podríamos concluir que sólo comparten el "envejecimiento cronológico", pero no el vital.


Durante el envejecimiento no sólo se producen pérdidas y deterioros, también se mantienen los aprendizajes y la experiencia, e incluso se desarrollan o aprenden nuevas habilidades para la adaptación y afrontamiento de estas pérdidas, así como la capacidad para seguir creando y participando socialmente, formando parte de la sociedad.

La calidad de vida de los mayores depende no solo de factores biológicos asociados a la salud y la enfermedad, sino además de factores sociales, culturales, los hábitos de vida. Las características personales de cada mayor influyen en la vivencia y grado de satisfacción de esta calidad de vida. De ahí, además del reconocimiento social a las personas mayores y a su envejecimiento, se hace necesaria una llamada de atención a los profesionales y a la sociedad en general de la importancia de conocer esta etapa vital que puede representar una cuarta parte, y en ocasiones un tercio de la vida de una persona.


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