La nostalgia en la vejez
“Por un momento los recuerdos pesaron más
que las esperanzas, y me envejecí”.
Hoy en día usamos la palabra
nostalgia mientras recordamos momentos
que hemos idealizado en nuestra memoria - los llamados "viejos
tiempos". La nostalgia es como una proyección de nuestra vida. La miramos
con melancolía pues sabemos que esos momentos ya no volverán, se quedaron
ahí.
Según el diccionario la nostalgia es tristeza melancólica por la
ausencia de un bien perdido. Pero también hay que decir que no siempre tiene
que inspirar amargura, también es dulce recordar instantes del pasado que ya
quedaron atrás. Sentir nostalgia, sin quedar fijados en el pasado, nos sirve
para concebir mejor la vida, estando seguros de que no hay nada tan beneficioso
como gozar del presente.
Con un futuro limitado delante de nosotros es inevitable que las
personas mayores miremos hacia el pasado. De hecho puede ser refrescante hacerlo. Nuestra vida es continua
y llevamos nuestro pasado con nosotros mientras avanzamos hacia delante.
Una característica de la vejez es un deseo de identificar los
años de nuestra vida, y muchas personas escriben una sencilla autobiografía que
recoge los acontecimientos más importantes en su vida. Incluso algunos escriben
más, y luego publican el resultado. La letra de una canción muy antigua dice
"mi vida no ha sido en vano", y nos gustaría tener alguna prueba de
que esto es también cierto en nuestro caso.
Tal vez el sentido
original de la palabra nostalgia sigue teniendo cierta relevancia. Sin embargo hay que resaltar que en las personas que envejecen en un marco de realización y bienestar, demasiada nostalgia puede levantar el mito
sobre la realidad, reducir los placeres de la vida real e incluso dañar nuestro
estado de salud. Tenemos un pasado - ¡nadie lo puede negar! - pero nuestra vida
actual pertenece a hoy y a mañana. Así que debemos tener cuidado con el tema de
la nostalgia.
Desde un punto de vista positivo la nostalgia acarrea muchísimos beneficios. Se refuerza el
uso de la memoria, con los recuerdos. Es un estímulo para hacer cosas que
dábamos por olvidadas.
Recordamos quiénes somos, nos volvemos a conectar con nuestro pasado, aquel que era importante, el que nos ha formado. Aprendemos que el tiempo pasa y se queda ahí, no vuelve, al menos no vuelve como antes.
Recordamos quiénes somos, nos volvemos a conectar con nuestro pasado, aquel que era importante, el que nos ha formado. Aprendemos que el tiempo pasa y se queda ahí, no vuelve, al menos no vuelve como antes.
Precisamente por
todo esto podemos incrementar y comprender mejor la felicidad. La vida pasa
pero no por ello debemos lamentarnos o sentirnos tristes, al contrario, debemos
disfrutar del presente.
Pero también hay
que admitir que la nostalgia tiene sus riesgos. Cuando aparece la nostalgia en
una depresión es muy doloroso a parte de triste y difícil salir de ella. Para
las personas de carácter triste es muy complicada la nostalgia, pues sólo
piensan en el pasado como algo que "se fue y no volverá". Es muy
típico en las personas mayores, para ellas "antes la vida estaba
mejor".
Para salir de la
nostalgia, estupenda si es pasajera pero peligrosa si es duradera lo mejor es
pensar en positivo, es decir " lo más importante de todos aquellos
momentos es la alegría con que los viví". De ahí tomamos fuerza para
nuestro presente y estamos preparados para los nuevos momentos felices;
entonces será cuando habremos obtenido los resultados de su ayuda.
No des vueltas
al pasado, pues no lo puedes cambiar. No te agobie el futuro, pues no sabes si
llegará. Disfruta del presente, no lo dejes escapar, porque cuando se vaya,
jamás volverá.
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