sábado, 17 de julio de 2010

LA VENTANA DEL MAYOR . (25)

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EL ENVEJECIMIENTO COMO PROYECTO DE VIDA

I.- HABLEMOS DE CASI LA TERCERA PARTE DE NUESTRA VIDA

Enrique Pozón Lobato. Profesor del Aula de Mayores de la Universidad de Málaga. Doctor en Ciencia de la Educación y Doctor en Derecho

Nuestra sociedad ha sido seducida por la juventud. Nadie lanza un mensaje que diga ¡que grande es ser persona mayor¡ como si el ser mayor fuese una realidad en la que no se puede contribuir al bien común.

El envejecimiento constituye ya casi la tercera parte de nuestra existencia, por lo que es útil reflexionar, investigando y propagando los cambios que se están produciendo en este sector.

Y ello motivado por el incremento del número de personas mayores En las últimas décadas del siglo XX, y gracias a los adelantos científicos y tecnológicos, la esperanza de vida se ha alargado notablemente, fenómeno anhelado largamente por la humanidad. Lo que a comienzos del siglo XX era de 50 años, es ahora de 80, 85 y más, con la posibilidad genética de alcanzar los 120 años.

Entonces, como dijimos al principio, la vejez como etapa, ya casi ocupa una tercera parte de la vida, que hay que darle la mejor calidad posible, unido al hecho del descubrimiento de nuevos hechos sobre él y sus potenciales, que han provocado la elaboración de un nuevo status social en ellos, siendo la característica principal, el dinamismo, quedando obsoleto la concepción de la edad y su papel en la sociedad.

Fruto de la acumulación de opiniones socialmente negativas es el “ancianismo”, modelo tradicional o de declive, como primer paso para la discriminación real de las personas mayores en la sociedad.

En este sentido, se pone de relieve la necesidad de información objetiva sobre las posibilidades reales de las personas mayores, destacando que la edad – sistema edadista - no es una característica excluyente, por lo que no se les puede aplicar el concepto de “grupo cultural minoritario homogéneo”.


El hecho de envejecer

La Gerontología Social trata de los fenómenos humanos asociados al hecho de envejecer, proceso inherente a toda persona humana. El envejecer es un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable, en el que se dan cambios a nivel biológico, corporal, psicológico y social, así como un conjunto de creencias, mitos, prejuicios, conceptos e ideas verdaderas o no, que determinan actitudes ante el hecho del envejecimiento, que transcurre en el tiempo y esta delimitado por éste.

No es una etapa rígida, igual para todos y cronológicamente marcada sino una parte más del crecimiento del ser humano como lo es la niñez, la adolescencia o la adultez. La vida es una continuidad de crecimiento permanente, siendo el envejecer, un hecho natural e inevitable.

Si bien los fenómenos del envejecimiento se ponen de relieve en todas las personas, no se envejece de igual manera, ni tampoco cada parte del organismo. La igualdad real solo llega con la muerte biológica.

Como todo lo humano, siempre lleva el sello de lo singular, de lo único, de lo individual. Por eso decimos que hay tantas formas de envejecer como individuos distintos, en sus formas y en sus vivencias, debido a múltiples factores, internos unos, externos otros - historia personal, herencia, condiciones de vida, sexo, medio cultural etc.


Las personas mayores como categoría independiente

La sociedad valora a las personas mayores como una categoría independiente, separada como grupo, con características propias y comunes y a la que la sociedad le administra su bienestar y diversión, actuando como cuidadores. Los mayores están más tutelados que respetados, más dirigidos que orientados, recibiendo trato de favor que les hace perder autonomía, aportación, responsabilidad, exigencias, obligaciones y compromisos.

Esta situación conduce a que las personas mayores no encuentren una parcela en el marco de la cultura contemporánea, no aceptando lo que recibe y lo que es peor, no actuando para conseguir sus propios objetivos. Se contempla vulgarmente como una realidad que afecta sólo a una parte de la población. Supone una situación de crisis entre la aspiración natural al crecimiento y las pérdidas que se presentan con la edad.

Nuestra sociedad ha sido seducida por la juventud. Nadie lanza un mensaje que diga, ¡que grande es ser persona mayor¡ como si el ser mayor fuese una edad en la que no se puede contribuir al bien común. Esta postura supone una clara discriminación, catalogando a la persona mayor como un “inútil social”, grave error, sobre todo si tenemos en cuenta que las personas mayores de 65 años constituyen ya el 16,75 % de la población total española, unos siete millones y medio de personas.

No se contempla suficientemente en el ámbito educativo, un enfoque cultural de las personas mayores, con actitud participativa, autorealizable, intelectual, reconocidas socialmente como grupo, con amplios espacios para la creación, recreación e intervención.


En la sociedad del futuro

En el futuro la sociedad que proclama los valores relacionados con la juventud e identifica el envejecimiento con la decadencia y la marginación, se vera amenazada por el hecho de que las personas mayores serán cada vez más, y tendrán un mayor peso en todos los ámbitos; mucho más dinámicas, con mayor nivel cultural, mejor información, con variedad de opciones de ocio y tiempo libre.

Cada vez tiene menos que ver la persona mayor con el estereotipo que identificaba el envejecimiento con la pobreza, la marginación y el desinterés por el mundo. Este cambio cuestiona los principios y mentalidades profundamente arraigadas en nuestra cultura y en nuestra práctica social y económica.

Ante esta situación es necesario que conozcamos los rasgos mas destacados del envejecimiento y una información objetiva sobre el potencial real de las personas mayores, para que la sociedad adquiera una mentalidad abierta, supere prejuicios y actitudes negativas respecto a este biosegmento de la población.

Se ha de pasar del modelo tradicional de persona mayor, deficitaria, en donde todo es perdida y deterioro, un ser pasivo que solo espera la muerte, al nuevo modelo de persona mayor, satisfactorio, activo, en formación, que muestra las limitaciones pero también las posibilidades y ganancias, y que se adapta a los cambios que se vayan produciendo en la sociedad, transmitiendo a las generaciones siguientes, sus experiencias y conocimientos No debemos olvidar nunca que la comprensión que una sociedad muestra hacia la persona mayor es un indicador muy sensible sobre el grado de mayoría de esa sociedad.

(continuará)

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