domingo, 17 de mayo de 2015

LA VENTANA DEL MAYOR (218)


FORMACIÓN Y EXPERIENCIA

Las personas mayores son personas antes que mayores, por lo que la sociedad no puede ni debe permitirse el lujo de prescindir de su experiencia. Como personas, y en cualquier etapa de su vida, tienen el derecho a la formación y a la educación. Tienen también el deber de seguir formándose para no abandonar prematuramente su actividad laboral. Han de seguir desarrollando capacidades para interrogarse, para analizar y enjuiciar, para diagnosticar con libertad y flexibilidad, para proponer con creatividad mejoras en todos los niveles

La sociedad actual se caracteriza por un acelerado desarrollo del conocimiento, por un auge creciente de las tecnologías de la información y comunicación y, en las sociedades democráticas, por el intento de garantizar los derechos individuales y sociales de las personas. Entre esos derechos, el de la formación y la educación a lo largo de la vida debe ser uno de los fundamentales, si se quiere contribuir de manera efectiva a una auténtica igualdad de oportunidades y evitar la exclusión social que puede derivarse de la carencia de conocimientos. 

La educación y formación profesional permanentes son necesarias para que las personas mayores participen plenamente en el mercado laboral. Debe aumentarse el actual porcentaje de las personas que se encuentran ocupadas. En España las personas entre 65 y 69 años que se encuentran ocupadas representan el 0,6% del total de la población ocupada, y las personas ocupadas que tienen una edad de 70 y más años el 0,2% (INE, Encuesta de Población Activa, 4º trimestre 2013).   Es todavía deficitario el nivel de formación en España de las personas mayores de 65 años. Según Eurostat, la población de 65 o más años de España que tenía un nivel de instrucción inferior al primer ciclo de enseñanza secundaria, en el año 2012, alcanzaba el 84,3%, mientras que la media de la UE-27 era del 57,5% (Eurostat [edat_lfse_05]). En España, en ese mismo año, el 69,3% del sector de personas mayores de 65 y más años sólo tenía estudios primarios; eran analfabetos el 7,2%, una cifra que es del 0,1% en el sector de 16 a 64 años (Cifras INE, Boletín informativo 11/2012: 2012. Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional). 


Con el fin de mantener una adecuada aptitud para el trabajo durante todo el tiempo en que la persona mayor quiera y pueda trabajar, ha de reforzarse el aprendizaje permanente o aprendizaje a lo largo de la vida. Por aprendizaje permanente ha de entenderse, según la UE “todas las actividades de educación general, educación y formación profesional, educación no formal y aprendizaje informal emprendidas a lo largo de la vida, que permitan mejorar los conocimientos, las aptitudes y las competencias con una perspectiva personal, cívica, social y/o laboral. Incluye la prestación de servicios de asesoramiento y orientación

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