UN NUEVO DISCURSO: EXIGENCIAS DE UNA EDUCACIÓN SIN BARRERAS (1 DE 7)
La sociedad del futuro será la del conocimiento en la que primara la persona instruida, preparada para afrontar los cambios y reciclarse en forma continua. Aprender durante toda la vida significa replantear los contenidos de la educación a fin de que refleje factores tales como la edad, la igualdad entre sexos, las discapacidades, el idioma, la cultura y las desigualdades económicas. El concepto de educación permanente (UNESCO, programa 1967 -1968) ha obligado a reconsiderar los objetivos de la educación. La formación permanente debe garantizarse como un continuo necesario a lo largo de toda la existencia, herramienta para una buena calidad de vida, siendo variados los temas de educación tanto formales como informales, concurrentes: la participación, solidaridad, sabiduría, libertad, cambio de mentalidad etc.
Los estudios de Gerontología moderna dieron lugar al desarrollo de un movimiento educativo, nuevo en el mundo, la educación permanente, cuyo mensaje es “SE PUEDE APRENDER Y EDUCAR A LO LARGO DE TODA LA VIDA” La educación permanente no tiene plazos, ni programas rígidos ni exigencias generales iguales para todos. Se realiza en libertad y en beneficio de cada sujeto en particular. Su objetivo, ir generando en cada persona una actitud consciente responsable y comprometida de aprendizaje permanente, para que los individuos dominen la ”realidad sociocultural” que les rodea y sean capaces de participar activamente en la vida social desde una conciencia crítica. Se trata de un nuevo discurso. No de una “pedagogía de la necesidad” sino de una ”pedagogía de la libertad”, al alcance de cada cual en el momento en que le convenga. Por tanto la educación no tiene que estar solo al servicio de la producción sino que es un proceso en constante evolución.
La aceleración de la historia exige una adecuación permanente a las nuevas situaciones que se van presentando en el desarrollo de la humanidad y esta adecuación solo puede ser lograda mediante un proceso de educación.
Estamos en una sociedad de cambio permanente por lo que se impone una educación a lo largo de la vida que comprenda la totalidad del ser y que más que una educación intelectual supone una educación integral en el sentido de que se trata de volver a aprender, revisando conocimientos ante el desarrollo tecnológico y científico. Dejar esta iniciativa personal – el derecho a la educación permanente – sin proclamar, defender e instrumentalizar, nos llevaría a que este derecho quede sin ejercicio en la inmensa mayoría. De hecho la educación permanente afecta a pocos beneficiarios y solo la minoría que tiene deseos de actualizarse suele ser la mejor preparada.(CONTINUARÁ)
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