LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS MAYORES
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En economía se dice que a medida que el individuo cubre una mayor cantidad de necesidades, su nivel de vida, su “mundus vivendi”, su “calidad de vida”, va en aumento.
Vamos por tanto a analizar el término “necesidad”, en general, y en particular, con referencia a las personas mayores. Podemos considerar la necesidad, desde el punto de vista conceptual, como “la escasez de medios o desequilibrio en el reparto, que genera en las personas mayores, un estado anímico de carencia no deseable, impidiendo que el individuo actúe con resultados positivos”. Y estas situaciones carenciales desencadenan expectativas de solución y cambio, sin olvidar la dependencia respecto del poder político y de los modos de gestión pública de la problemática de los individuos de edad avanzada. Las necesidades individuales se convierten en sociales al coincidir en muchos, carencias similares. Como todo lo humano y lo social, las necesidades tienen una “base natural innata” y un “componente cultural”, elaborado. Las carencias correspondientes a necesidades humanas requieren una atención en el plano individual, pero ello no excluye el afrontar los factores causales, sobre todo si se aprecia que la carencia de que se trata no es fortuita. Hay que tener por tanto en cuenta, también, la raíz social de los problemas o necesidades. Cuando se nos presenta una necesidad humana insatisfecha, podemos situar el diagnóstico de la misma en varios planos: el más próximo, es el propio individuo afectado; un plano siguiente, es el grupo familiar, que no resuelve la necesidad, o lo que es peor, la crea o la propicia; y profundizar más y buscar las estructuras sociales que han causado o favorecido la emergencia del problema de que se trate.
En caso de deficiencia en la cobertura de necesidades, se impone determinadas actuaciones, unas directamente sobre la necesidad, proporcionando el objeto de la misma; otras en la parcela de la sociedad que ha fallado. Vía ésta compleja porque puede incidir en grupos humanos: familia, comunidad, entidades privadas, empresas, asociaciones, instituciones públicas, Gobierno, normas etc.
En las necesidades podemos distinguir dos dimensiones: la objetiva, mediante el análisis de la necesidad, a través del estudio de las condiciones de vida de las personas mayores; y la subjetiva, destacada con el análisis de la necesidad, por la escucha del mensaje de las personas mayores, tanto en el plano general como en el individual. El interés se centra en poder definir un cuadro de necesidades básicas que nos sirva para acercarnos a la problemática de las personas mayores. Los deseos y sentimientos acerca de aquello que los individuos necesitan varia enormemente entre las culturas y a través del tiempo. Lo fundamental es que los individuos sean capaces de prosperar. Para alcanzar unas metas, los individuos tienen que actuar y ello implica capacidad física para llevar a cabo sus decisiones.
La Filosofía y las Ciencias Sociales han propuesto numerosas clasificaciones de las necesidades humanas.
MASLOW, psicólogo norteamericano las clasificaba o agrupaba en cinco categorías: los requerimientos fisiológicos o necesidades primarias tales como: respirar, comer, beber, evacuar, dormir, abrigarse etc..; necesidades de seguridad, entendidas como la protección ante las amenazas de orden físico, económico o psicológico; demandas sociales, de afecto y de pertenencia a alguno grupo, es decir, la amistad, el amor, la vinculación a unidades sociales identificadas; impulsos en busca del prestigio y del poder, necesidades de estima e influencia; tentativa hacia el desarrollo de sus capacidades, de sus potencias, autorealización. KARPOWICH (1980), considera como necesidades universales entre las personas mayores, hasta un número de 23, destacando la independencia, autoconfianza y autoestima. Tener una vida con significado y objetivos, compañía, diversión, intimidad, control sobre determinadas situaciones de la vida, derecho a vivir con dignidad, relaciones, expresión sexual adecuada, mantenimiento de un rol individual y familiar etc. En consecuencia para actuar con éxito, las personas mayores necesitan sobrevivir y sentido de su identidad y autonomía. (continuará)
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