VEJEZ E INICIATIVA PERSONAL
En el número anterior de LA VENTANA DEL MAYOR se publicó un artículo titulado ENVEJECIMIENTO INSTITUCIONALIZADO. Hoy queremos matizar sobre el tema poniendo de relieve algunas cuestiones que hacen referencia a la VEJEZ E INICIATIVA PERSONAL
Las últimas cinco décadas de la humanidad han traído para la vejez muchos más cambios que los que hasta ese momento se habían producido a lo largo de toda la historia. Por consiguiente ante una nueva situación sería conveniente fomentar un nuevo imaginario social de la vejez
Por primera vez se está generalizando disfrutar de la llegada a la etapa de la vejez. La población no solo crece sino que además alarga su `permanencia, circunstancia que implica no solo un análisis de sus consecuencias sino también la toma de medidas encaminadas a que el fenómeno no se convierta en problema y que por tanto este logro social se pueda consolidad de una forma sostenible.
La persona por muy mayor que sea es persona y debe llevar el timón de su vida y tomar aquellas decisiones que estime pertinentes, hasta que esto por razones de la propia naturaleza, sea imposible. El envejecimiento activo no es otra cosa que un proceso por el que constantemente nos estamos preparando para vivir la vida en la etapa más avanzada en años, en la que la persona mayor, ejerciendo el principio de autonomía, decide qué tipo de vida le gusta llevar a término. Debe empezar desde el inicio de nuestra existencia. Se puede asegurar que hay que preparar esta última etapa de la vida desde la niñez, en la juventud y en la madurez, porque uno envejece poco a poco y las actitudes las vamos llevando con nosotros a lo largo de la vida. La vida es un constante aprendizaje. Es triste que llegue el día en que nos levantemos y no sintamos ninguna motivación por aprender algo nuevo.
Evidentemente que una buena pensión, un buen sistema sanitario, una buena planificación del ocio, la accesibilidad en general y la utilización de las TICs van a ayudar mucho a la consecución de una vejez más activa y satisfactoria, y en todo eso tienen mucho que decir las Administraciones Públicas. … Pero no hay que olvidar que los verdaderos artífices de nuestro envejecimiento somos nosotros mismos Se pueden ir acumulando conocimientos que nos lleven a un envejecimiento más acorde. De lo contrario se puede estar envejeciendo como no queremos envejecer.
Hay que seguir trabajando en el convencimiento de que envejecer bien es cuestión de que la propia persona se lo crea y ponga en marcha todo un mecanismo combinado de actuaciones tendentes a conseguir ese fin. Todo ello dentro del necesario ejercicio de la libre decisión de cada uno. También en la necesidad del abandono del paternalismo mal entendido que a veces se ejerce sobre las propias personas mayores, muy probablemente con buena intención, pero sin un fundamento racional. Y por último la idea de aprender continuamente y a lo largo de la vida o asumir como buenos determinados hábitos de vida que exigen esfuerzo y constancia.
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