lunes, 23 de diciembre de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (159)

Juegos y personas mayores  

Los nuevos mayores constituyen un  grupo de población, con características diferenciadas.  Las generaciones recién entradas en  periodo de jubilación plantean nuevas necesidades y demandan alternativas distintas para ocupar su tiempo. Se trata de un grupo con formación media/alta que debe ser tenido en cuenta al diseñar nuevas alternativas de intervención mediante el ocio.  Es importante tener en cuenta a la hora de establecer propuestas lúdicas que son los mayores los que cuentan con más tiempo a su disposición para dedicar a este tipo de actividades.



            
 Los juegos de mesa tradicionales (cartas, dominó, bingo...) cuentan con una amplia aceptación entre los mayores. Cuando se deciden a jugar, la gran mayoría opta por este tipo de juego. Sin embargo, hay otras alternativas lúdicas  con altos niveles de diversión motivados por productos de juego menos habituales.



          Los efectos del juego o de la actividad lúdica sobre la salud física, mental y afectiva de las personas mayores han sido  estudiados y confirmados. Cualquier programa dirigido a la promoción de un envejecimiento saludable puede verse beneficiado por el enfoque lúdico, ya que el juego favorece el desarrollo de muchos aspectos: la movilidad y agilidad; estimula la percepción sensorial; ejercita las habilidades cognitivas; potencia el contacto social y la comunicación; y ofrece nuevos entornos para el aprendizaje



Todos aquellos juegos que requieren coordinar los movimientos del cuerpo, movilizar de forma pausada las articulaciones o realizar estiramientos, contribuyen de forma muy positiva a mantener las habilidades sensoriales y motoras, potenciando el conocimiento de uno mismo y del mundo.

Los juegos de preguntas y respuestas y aquellos que requieren atención y concentración nos ayudan a mejorar la memoria. Los juegos de palabras y letras o cálculo ayudan a practicar algunos hábitos necesarios para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana. Además, el aprendizaje y memorización de las reglas de cualquier juego contribuye también al mantenimiento de las habilidades cognitivas. El juego en compañía, sea cual sea su temática u objetivo, es siempre una oportunidad para la mejora y uso del lenguaje.

El juego compartido fomenta las relaciones sociales y la comunicación al tiempo que estimula la satisfacción emocional y la seguridad. Además, jugar en contacto con otros permite hacer una valoración ajustada de nosotros y de los demás, ampliando el conocimiento de nuestro entorno. Los juegos cooperativos son especialmente adecuados para promover los mensajes positivos y reforzadores dentro del grupo.

Los ambientes estimulantes generados por la actividad lúdica facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cualquier edad es adecuada para adquirir nuevos conocimientos y el soporte lúdico nos hace aprender casi sin darnos cuenta. El ocio formativo es también una excelente alternativa para el tiempo libre.

s mayores ante el juego


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