Juegos y personas mayores
Los nuevos mayores constituyen un grupo de población, con características diferenciadas. Las generaciones recién entradas en periodo de jubilación plantean nuevas necesidades y demandan alternativas distintas para ocupar su tiempo. Se trata de un grupo con formación media/alta que debe ser tenido en cuenta al diseñar nuevas alternativas de intervención mediante el ocio. Es importante tener en cuenta a la hora de establecer propuestas lúdicas que son los mayores los que cuentan con más tiempo a su disposición para dedicar a este tipo de actividades.
Los juegos de mesa
tradicionales (cartas, dominó, bingo...) cuentan con una amplia aceptación
entre los mayores. Cuando se deciden a jugar, la gran mayoría opta por este
tipo de juego. Sin embargo, hay otras alternativas lúdicas con altos
niveles de diversión motivados por productos de juego menos habituales.
Los efectos del juego o de la actividad lúdica sobre la salud física, mental
y afectiva de las personas mayores han sido estudiados y confirmados. Cualquier programa
dirigido a la promoción de un envejecimiento saludable puede verse beneficiado
por el enfoque lúdico, ya que el juego favorece el desarrollo de muchos
aspectos: la movilidad y agilidad;
estimula la percepción sensorial; ejercita las habilidades cognitivas; potencia
el contacto social y la comunicación; y ofrece nuevos entornos para el
aprendizaje
Todos aquellos juegos que requieren
coordinar los movimientos del cuerpo, movilizar de forma pausada las
articulaciones o realizar estiramientos, contribuyen de forma muy positiva a
mantener las habilidades sensoriales y motoras, potenciando el conocimiento de
uno mismo y del mundo.
Los juegos de preguntas y respuestas y
aquellos que requieren atención y concentración nos ayudan a mejorar la
memoria. Los juegos de palabras y letras o cálculo ayudan a practicar algunos
hábitos necesarios para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana.
Además, el aprendizaje y memorización de las reglas de cualquier juego
contribuye también al mantenimiento de las habilidades cognitivas. El juego en
compañía, sea cual sea su temática u objetivo, es siempre una oportunidad para
la mejora y uso del lenguaje.
El juego compartido fomenta las
relaciones sociales y la comunicación al tiempo que estimula la satisfacción
emocional y la seguridad. Además, jugar en contacto con otros permite hacer una
valoración ajustada de nosotros y de los demás, ampliando el conocimiento de
nuestro entorno. Los juegos cooperativos son especialmente adecuados para
promover los mensajes positivos y reforzadores dentro del grupo.
Los ambientes estimulantes generados
por la actividad lúdica facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Cualquier edad es adecuada para adquirir nuevos conocimientos y el soporte
lúdico nos hace aprender casi sin darnos cuenta. El ocio formativo es también
una excelente alternativa para el tiempo libre.
s mayores ante el juego
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