Las personas mayores como grupo de poder (1 de 2)
EDADISMO O DISCRIMINACIÓN POR EDAD
Comenzamos este artículo destacando la incidencia que tienen los prejuicios sociales sobre determinados grupos minoritarios - en nuestro caso las personas mayores- en la disposición de poder sobre sí; en la posibilidad de darse su propia norma; y en el reconocimiento de la capacidad para seguir disponiendo de su vida. En estos últimos tiempos, han aumentado tanto su número que han terminado por ser vistos, dado el logro del incremento en las expectativas de vida. Es el sector poblacional que más crece en el mundo, lo que ha generado una revolución demográfica sin precedentes. Al parecer, en una sociedad de masas, lo que no abunda, sencillamente no es visible
La situación
de la vejez, en relación con los usos del poder, ha sido variable en la
historia occidental, encontrándose momentos
de alta valoración e incluso de gerontocracias; y etapas de crítica,
denigración y negación de la misma. Su representación se ha asociado a una visión biológica de
decrecimiento, condicionada por los
estereotipos negativos que recaen sobre ella, minando lenta y progresivamente
la consideración que las personas mayores tienen de sí mismas; de
su modo de ser y de comportarse.
Agrupados en colectivos homogeneizados, se consideran como frágiles,
enfermos, dependientes, deteriorados, depresivos, rígidos. Se les asigna un
lugar desvalorizado y marginal en
la sociedad. Se pone el énfasis en el componente costoso de la
atención pública a los mayores en el Estado de Bienestar y se les asigna un papel
pasivo, minusvalorando su actividad y los beneficios que podrían
derivarse de ellos. Nos
enfrentamos al “edadísmo” o
discriminación por edad
Pero
el envejecer es un proceso complejo. Las personas mayores forman un grupo
heterogéneo, producto de historias individuales, complejas y diversas,
con necesidades distintas. Hacerlo reflexivo invitando a conocerlo, investigarlo
y asumirlo constituye un requisito básico, en la construcción de una sociedad
para todas las edades.. En el último tercio del siglo XX tuvo lugar la
revisión de ciertos códigos culturales con la convicción de que debería haber
una reacción alternativa contra los mitos populares de dependencia, lo que ha
posibilitado el fortalecimiento del concepto de
persona mayor, reconstruyendo su identidad. Cada vez mas
personas llegan a la vejez y son mas quienes superan los 80 años, con mejor calidad de vida que en décadas
anteriores. Estas nuevas generaciones de
personas mayores comienzan a derrumbar las imágenes negativas asociadas al
proceso del envejecimiento, como los prejuicios vinculados al “no puedo”, ”a mi
edad para que”. Diariamente demuestran que “si pueden” seguir aprendiendo,
descubriendo capacidades, y haciendo valorar su voz y reclamar sus derechos. (continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario