Libre decisión y compromiso ante mi propio envejecimiento
En el presente artículo vamos a recoger
algunas de las aportaciones del Dr.
Martínez Maroto, Gerontólogo, en una entrevista publicada en el Portal
de Mayores (IMSERSO)
El envejecimiento
activo es un proceso por el que constantemente nos estamos preparando para
vivir la etapa de persona mayor, decidiendo de manera independiente qué tipo de vida nos gustaría
llevar en el marco del envejecimiento saludable o satisfactorio. Promoción
de derechos, participación y relación con el resto de personas de
diferentes edades de su entorno. No obstante
pueden existir otras opciones que se aparten de las `posturas marcadas.
La vejez activa debe empezar desde que
comienza nuestra existencia. Hay que prepararla desde la niñez, en la juventud
y en la madurez, porque uno envejece poco a poco y las actitudes las vamos
llevando con nosotros a lo largo de la vida.
Se puede aprender a
envejecer activamente. La vida es un constante aprendizaje. Es triste
que llegue el día en que nos levantemos y no sintamos ninguna motivación por
aprender algo nuevo. No hay que olvidar
que los verdaderos artífices de nuestro envejecimiento somos nosotros mismos.
Las Administraciones Públicas pueden ayudar con una buena pensión, un buen
sistema sanitario, una buena planificación del ocio, la accesibilidad en
general y la utilización de las TICs.
Normalmente los
mayores están inmersos en la sociedad en
la que viven, y suelen participar en
aquello que les merece atención e interés, sin ser discriminados. Pero
dicho esto, existen pequeñas parcelas
sobre las que es necesario trabajar para que haya una participación
total. Que todos puedan estar, si
quieren, en todo. Las personas mayores tienen derechos como cualquier otro
ciudadano que merecen respeto y protección. Pero hay una serie de derechos de
tipo general que afectan más especialmente a las personas mayores. En estos
supuestos hay que velar porque la legislación esté adaptada y sea realmente
favorable a los intereses de las personas mayores. Así todo lo relacionado con
las incapacidades o tutelas, los internamientos involuntarios en centros, el
derecho de alimentos, el consentimiento informado, los testamentos vitales, la
hipoteca inversa etc. son cuestiones que tienen una especial incidencia en la
vida de las personas mayores.
Estamos en el camino de dejar de asociar
sistemáticamente 65 años con persona mayor. La última encuesta realizada por
IMSERSO nos dice que los ciudadanos consideran mayor a una persona cuando
supera los 70 años, y muchos encuestados hablan de 75 años. Y esto lo ven así
hasta los más pequeños, que manifiestan expresamente que sus abuelos no son
mayores, que los que son mayores son sus bisabuelos.
En cuanto a acabar con la visión de la vejez como fuente de problemas y no de
posibilidades, la propia dinámica de las personas mayores lo ha hecho posible
Pero todavía existen prohibiciones
legales o de hecho. Así los mayores de 65 años no pueden presidir una mesa
electoral, se les ha invitado recientemente a que dejen de conducir, o a que
dejen de llevar a sus nietos a los colegios, como si fuera lo único que hacen,
para secundar un huelga, no se les pone en las listas de posibles electos en
las elecciones autonómicas o generales, se minimiza el interés de sus opiniones
y un largo etcétera.
En España falta
todavía un ligero avance en el
convencimiento de que envejecer bien es cuestión de que la propia persona se lo
crea y ponga en marcha todo un mecanismo combinado de actuaciones tendentes a
conseguir ese fin. Todo ello dentro del necesario ejercicio de la libre decisión
de cada uno. Otro reto fundamental por parte de la ciudadanía, es la necesidad
del abandono del paternalismo mal
entendido que a veces se ejerce sobre las propias personas mayores. La persona
por muy mayor que sea es persona y debe llevar el timón de su vida y tomar
aquellas decisiones que estime pertinentes, hasta que esto por razones de la
propia naturaleza sea imposible. Y
por último la idea de aprender
continuamente y a lo largo de la vida o asumir como buenos determinados hábitos
de vida que exigen esfuerzo y constancia. En esto hay que seguir trabajando.
Será un buen motivo de reflexión y de toma de conciencia de las personas mayores
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