¿SON
FELICES LAS PERSONAS MAYORES?
La
felicidad subjetiva mejora y va aumentando conforme envejecemos. La vejez no
sólo trae consigo achaques: también felicidad. No es envejecer lo que resta
felicidad, sino las circunstancias que se asocian al envejecimiento. Cuando se
es mayor, se experimentan emociones con la misma intensidad que cuando se es joven
y los mayores sienten emociones positivas con igual frecuencia que la gente más
joven. Existe más expresión de
“felicidad”, “gratitud”, “contento” que de “frustración”, “tristeza” o “rabia”.
Una mayor complejidad y riqueza emocional, mejorando el manejo adecuado de los
afectos. Una mayor “madurez” afectiva.
En el
fenómeno del envejecimiento miramos sólo la parte biológica. Pensamos que a
partir de una determinada edad nos espera la dependencia, el declive,
el deterioro, Envejecer no es visto como una etapa natural de nuestro ciclo
vital que tiene sus particularidades, sus peculiaridades, sus posibilidades de
desarrollo y crecimiento humano, no es una etapa de involución. Se tienen
achaques, y la enfermedad acecha, pero
en términos de felicidad, tenemos una común y equivocada creencia, que los días
más felices de la vida de las personas se producen cuando se es joven. Pero las
personas mayores disponen de estrategias cognitivas y emocionales para afrontar
la vida, a pesar de que, biológicamente, se haya entrado en la decadencia
física. A medida que nos hacemos mayores, buscamos recursos para ser lo más
felices posible y adaptarnos a las nuevas circunstancias. Se trata de una
actitud vital y positiva ante nuestra propia vida, dando valor a cada
cosa, en definitiva, conseguir sentirse vivo
La
experiencia adquirida a lo largo de los años facilita la adaptación a las condiciones que impone la edad. Las personas
mayores conocen cómo actuar utilizando destrezas y habilidades que ayuden a
superar los vaivenes de la vida. Una persona será más o menos feliz en función
de sus circunstancias, sus condiciones de vida y su personalidad, que también
ocupa un lugar destacado. Ser optimista
es la mejor vacuna contra la depresión, se cuidan más y siguen mejores hábitos
de salud, ya que se alimentan de forma más adecuada y hacen más ejercicio
Evidentemente, la salud y la autonomía son importantes; una condición física
buena ayuda a sentirse más dinámico y anímicamente más alegre y vital. Aquellos mayores que no sufren de depresión, que cuentan
con apoyo familiar y que pueden ejercer su actividad diaria sin depender de
otros, están más satisfechos con su vida. Promover la felicidad de los mayores
beneficiará su salud y por ende a toda
la sociedad. Las personas felices no solo disfrutan más de la vida, sino que
además tienen menos posibilidades de morir en los próximos años si su estado
anímico es positivo. Diversos estudios sobre la longevidad han demostrado que
felicidad y longevidad están estrechamente relacionadas.
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