domingo, 17 de enero de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (242)

CREATIVIDAD EN EL MARCO DEL PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO (III de V)



No hay unanimidad para determinar cuando una persona se hace vieja.  Desde el criterio cronológico al funcional.  Pero la edad cronológica no es un indicador exacto de los cambios que acompañan al envejecimiento. Lo esencial no es el mero transcurso del tiempo sino la calidad de tiempo transcurrido.  También es un error considerar que la vejez represente  necesariamente “incapacidad”. No podemos por tanto fijar fecha cierta para entrar en la vejez ya que esta es una variable sobre la que actúan numerosos factores, aparte de la edad. La  “genética” en un 25% y el “ambiente”  en un 75%, entendiéndose como tal  la educación, los hábitos dietéticos y sociales, sin olvidar la generación y el cambio generacional o lo que es lo mismo, el tiempo histórico o época en la que existe la persona. La vejez es un proceso en donde los aspectos biológicos, psicológicos y sociales  de cada sujeto se modifican a su propio ritmo y tiempo. Según la OMS la vejez no es simplemente un proceso físico  sino de un cambio revolucionario.

Las expectativas de vida según la UNESCO en 1993, era de 73 años y en una proyección hacia el  2025 se estima que será de 110 años. En un futuro más lejano puede esperarse una duración de 120. Hoy no se puede llamar mayor a una persona de 65 años. Los expertos hablan de que la línea de envejecimiento se ha retrasado al menos 10 años. 

Somos autores de nuestro propio envejecimiento. La poca o mucha vida que tenemos por delante no depende de una cantidad sino de una calidad que tiene que ver con nuestro esfuerzo. Se produce una necesaria inversión, entrando, sin darnos cuenta en otra dimensión, sin dejar por eso de vivir el presente que nos corresponde, con toda su intensidad y grandeza.

En el último tercio del siglo XX tuvo lugar la revisión de ciertos códigos culturales como reacción alternativa contra los mitos populares de dependencia, lo que ha posibilitado el fortalecimiento del concepto de  persona mayor, reconstruyendo su identidad.   Por esta razón es de interés una  divulgación de los resultados de las investigaciones que demuestran que la realidad de este período de la vida es diferente a los estereotipos y  mitos que se han extendido, dando a conocer con mayor énfasis y amplitud, las características psicofísicas y sociales de las personas mayores.

      El concepto de paradigma aplicado a la etapa de la vejez, implica  una visión  del fenómeno en un marco teórico, condicionado por el contexto histórico en que surge. Se expresa  en la mentalidad colectiva; en la forma como la sociedad piensa, percibe y trata la vejez; en las políticas sociales del Estado hacia el sector de la persona mayor; y en los conceptos que desarrollan las disciplinas científicas acerca  de la vejez en cuanto a ciertos productos o bienes culturales. 

El paradigma de la desvinculación, es el más antiguo y el  que tiene mas arraigo social.  El viejo/a ya cumplió su etapa y ahora le corresponde descansar y por tanto se le desvincula de la actividad laboral, económica, política, cultural. El viejo/a se repliega en su intimidad.  Pasividad ante la muerte que se aproxima. Hay que cuidarlo, protegerlo, pero no se le toma en cuenta. 
Culturalmente estamos habituados a percibir a las personas mayores fuera de las fuerza de trabajo, fuera de los sistemas y de los procedimientos formales de la educación, fuera del sistema formal financiero, fuera de las decisiones del grupo familiar, en el espacio de los “perdedores”, de los que carecen de la capacidad de competir. Pero  si miramos  hacia adelante se perfilan nuevos  modelos de personas mayores, con más recursos sociales, culturales, educacionales y financieros  que protagonizaran una vejez diferente  frente a los desafíos que  lleva consigo hoy, el crecimiento, la globalización, la apropiación de nuevas tecnologías, los roles a desempeñarse en una sociedad del conocimiento etc. 


Por estas razones los últimos veinticinco años ha surgido un nuevo paradigma del envejecimiento cuyo concepto ha ido evolucionando. Una de las teorías sociológicas referidas a hecho del envejecimiento, es la  de la continuidad que tiene como postulado básico el considerar que la personalidad y el sistema de valores de las personas mayores permanece intacto con los años, siempre que se hayan adaptado a la evolución que le impone su propio organismo y la sociedad en que vive. Existen estudios que demuestran que la mayoría  de las personas  conservan intactas sus facultades mentales por lo menos hasta los 70 años y un 30% llegan sin ningún problema a los ochenta o noventa años. 

(Continuará) 

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