La preocupación por difundir la idea de que se puede envejecer competente y saludablemente, por los avances de las ciencias biológicas, sociales y de las humanidades, ha motivado el desarrollo de una serie de conocimientos y técnicas que permiten dar no solo años a la vida, sino vida a los años, es decir calidad de vida.
El análisis conceptual de calidad de vida en las personas mayores; los elementos y circunstancias que la acompañan, así como sus dimensiones y evaluación, a través de indicadores, nos ha servido para profundizar en el componente real o ser físico, psicológico y espiritual; su pertenecía a la comunidad y papel en la misma; así como el llegar a ser. Todo ello objeto de un detenido estudio, teniendo siempre en cuenta los aspectos sociográficos, discriminantes e interpretativos, como vertientes en relación con la condición de persona mayor.
Aspecto interesante y como resultado de lo anterior, es el estudio de la tipología de estilos de vida, consecuencia de la conjunción de los indicadores de calidad de vida o nivel de posesión de bienes materiales, sociales, y culturales. La llegada de la jubilación condiciona actitudes creativas; practicas consumistas; situaciones participativas; y posturas reivindicativas o decadentes.
Las actitudes y acciones sociales están presentes en el desarrollo del tema, haciendo un recorrido desde la vejez invisible a la vejez identificada; y desde la vejez asistida a la vejez integrada. Los problemas de la edad; el envejecimiento como degeneración personal, exigen un cambio social y económico del sistema político, evitando la segregación por edad, que divide a la familia humana, perpetuando el conflicto y la necesidad social. (Continuará)
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