miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (122)


La salud mental y el bienestar
en las personas mayores

          Para algunos, envejecer es una experiencia positiva, ya que conlleva liberarse de la carga del trabajo y contar con más tiempo libre, cuando todavía se está en buenas condiciones para disfrutarlo.  En este contexto, la salud mental es una asignatura pendiente a la que deberíamos prestarle más atención por razones humanitarias, sociales y económicas. Asegura una  vida larga y saludable.

           Los trastornos mentales afectan al bienestar de las personas mayores ya que el grado de sufrimiento que llevan consigo influye en las relaciones con su entorno, su capacidad de cuidarse así mismo, la percepción de su valía personal y su participación e integración en la sociedad. Promover la salud mental entre las personas mayores facilita la contribución que las mismas pueden hacer a la sociedad y a la economía, a la vez que disminuyen  los costes relacionados con los cuidados originados por una salud mental frágil 

           La mala salud mental no forma parte del proceso de envejecer, pero  ésta influenciada por las condiciones biográficas  de la persona. En este sentido hay cuestiones críticas que pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los mayores tales como la jubilación que se asocia frecuentemente con la pérdida del estatus,  de las actividades cotidianas  de la vida laboral, del poder adquisitivo  y estabilidad económica, así como con la percepción de un rol notablemente reducido en la vida, con pocas relaciones sociales.

          Otros factores que pueden causar efectos sobre la salud mental de las personas mayores son: - el deterioro gradual de la salud y de la capacidad física, con una mayor incidencia de las enfermedades crónicas, lo que lleva consigo la disminución  de su capacidad funcional; - el cambio de entorno al mudarse de domicilio; -  la pérdida de sus amigos íntimos, de su familia y de sus parejas; - la pobreza; - la soltería; -  el hecho de ser mujer; - las separaciones o el luto;-  y las limitaciones en la autonomía, con el miedo a perder su independencia. Mención especial, la exclusión social, el aislamiento  con sentimientos de soledad,  y los impedimentos de movilidad 

         Los factores reseñados llevan consigo  una salud mental frágil, siendo  los trastornos mentales comunes en la vejez, la depresión, la ansiedad, las enfermedades psiquiátricas, el incremento de los impedimentos físicos, las redes sociales demasiado pequeñas, y la vida poco satisfecha. Las personas mayores con depresión son de dos a tres veces más susceptibles a tener dos o más enfermedades crónicas, y de dos a seis veces más de sufrir, cuando menos, una limitación en sus actividades cotidianas en comparación a los grupos de menor edad. También demencias definidas como la pérdida de funciones intelectuales con la severidad suficiente como para interferir con el funcionamiento cotidiano de la persona. La enfermedad de Alzheimer, que es un proceso lento de degeneración neuronal y que, hasta la fecha, no se puede controlar o prevenir, es la forma más común  entre todos los casos de demencia.

        Para terminar vamos a reseñar algunas medidas que pueden prevenir una mala salud mental. En primer lugar las redes sociales. Aquellas personas mayores que tienen contacto frecuente con la familia, los amigos íntimos y los vecinos, tienden a tener mejor salud mental y física que los que se involucran menos. Más aún, una mayor implicación con el vecindario y la comunidad se asocia con más apoyo social, más actividad física y niveles menores de estrés. Otra recomendación es la participación en actividades de voluntariado que puede aportarles reconocimiento social, significado  y  sensación de seguridad. También la dedicación a otras formas de trabajo no remunerado, como pueden ser las relaciones intergeneracional como mentores y el cuidado de los niños. La continuidad en la educación o en el aprendizaje a lo largo de la vida proporciona una oportunidad para adquirir nuevos conocimientos, habilidades y competencias, especialmente para las personas en riesgo de exclusión social.  En definitiva  un estilo de vida saludable, un medio ambiente seguro para vivir y la participación activa y significativa en la sociedad y en la comunidad, son importantes factores de protección para el bienestar mental de las personas mayores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario