La salud mental y el bienestar
en las personas mayores
en las personas mayores
Para algunos, envejecer es una
experiencia positiva, ya que conlleva liberarse de la carga del trabajo y
contar con más tiempo libre, cuando todavía se está en buenas condiciones para
disfrutarlo. En este contexto, la salud mental es
una asignatura pendiente a la que deberíamos prestarle más atención por razones
humanitarias, sociales y económicas. Asegura una vida larga y saludable.
Los trastornos mentales afectan al
bienestar de las personas mayores ya que el grado de sufrimiento que llevan
consigo influye en las relaciones con su entorno, su capacidad de cuidarse así
mismo, la percepción de su valía personal y su participación e integración en
la sociedad. Promover la salud mental entre las personas mayores facilita la
contribución que las mismas pueden hacer a la sociedad y a la economía, a la
vez que disminuyen los costes
relacionados con los cuidados originados por una salud mental frágil
La mala salud mental no forma parte
del proceso de envejecer, pero ésta
influenciada por las condiciones biográficas
de la persona. En este sentido hay cuestiones críticas que pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los mayores tales
como la jubilación que se asocia frecuentemente con la pérdida del
estatus, de las actividades
cotidianas de la vida laboral, del poder
adquisitivo y estabilidad económica, así
como con la percepción de un rol notablemente reducido en la vida, con pocas
relaciones sociales.
Otros factores que pueden causar
efectos sobre la salud mental de las personas mayores son: - el deterioro
gradual de la salud y de la capacidad física, con una mayor incidencia de las
enfermedades crónicas, lo que lleva consigo la disminución de su capacidad funcional; - el cambio de
entorno al mudarse de domicilio; - la
pérdida de sus amigos íntimos, de su familia y de sus parejas; - la pobreza; -
la soltería; - el hecho de ser mujer; -
las separaciones o el luto;- y las
limitaciones en la autonomía, con el miedo a perder su independencia. Mención
especial, la exclusión social, el aislamiento
con sentimientos de soledad, y
los impedimentos de movilidad
Los factores reseñados llevan consigo
una salud mental frágil, siendo
los trastornos mentales comunes en la vejez, la depresión, la ansiedad, las enfermedades psiquiátricas,
el incremento de los impedimentos físicos, las redes sociales demasiado
pequeñas, y la vida poco satisfecha. Las personas mayores con depresión son
de dos a tres veces más susceptibles a tener dos o más enfermedades crónicas, y
de dos a seis veces más de sufrir, cuando menos, una limitación en sus
actividades cotidianas en comparación a los grupos de menor edad. También
demencias definidas como la pérdida de funciones intelectuales con la severidad
suficiente como para interferir con el funcionamiento cotidiano de la persona.
La enfermedad de Alzheimer, que es un proceso lento de degeneración neuronal y
que, hasta la fecha, no se puede controlar o prevenir, es la forma más
común entre todos los casos de demencia.
Para terminar vamos a reseñar algunas medidas que pueden prevenir una
mala salud mental. En primer lugar las
redes sociales. Aquellas personas mayores que tienen contacto frecuente
con la familia, los amigos íntimos y los vecinos, tienden a tener mejor salud
mental y física que los que se involucran menos. Más aún, una mayor implicación
con el vecindario y la comunidad se asocia con más apoyo social, más actividad
física y niveles menores de estrés. Otra recomendación es la participación en
actividades de voluntariado que puede aportarles reconocimiento social,
significado y sensación de seguridad. También la dedicación
a otras formas de trabajo no remunerado, como pueden ser las relaciones
intergeneracional como mentores y el cuidado de los niños. La continuidad en la
educación o en el aprendizaje a lo largo de la vida proporciona una
oportunidad para adquirir nuevos conocimientos, habilidades y competencias,
especialmente para las personas en riesgo de exclusión social. En definitiva
un estilo de vida saludable, un medio ambiente seguro para vivir y la
participación activa y significativa en la sociedad y en la comunidad, son
importantes factores de protección para el bienestar mental de las personas
mayores.