martes, 6 de marzo de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (94)

Juicios equivocados con respecto a las personas mayores


Al igual que vinculamos la juventud con la salud, la belleza, la inquietud, las ganas y la fuerza, unimos la vejez a la desidia, la inactividad, la pobreza y la enfermedad. Ha llegado la hora de derribar definitivamente esos mitos. Se ha de emprender una gran batalla para asegurar a los “mayores” una vida más plena. Para lograrlo vamos a reflexionar en torno a algunas interrogantes

¿Es el envejecimiento una enfermedad?

Esta falsa idea hay que desterrarla. Es útil recordar que el envejecer es una parte del ciclo vital y se empieza a envejecer en el momento de nacer y que es un proceso no solamente cronológico, es decir cuestión del tiempo transcurrido, sino psicológico y social. No se es enfermo porque se tiene más o menos canas, o necesite usar lentes para leer, o no pueda correr o nadar como antes o no pueda hacer el amor todos los días o no pueda procrear, o se jubiló del trabajo (que no significa retirarse de la vida). Lo importante es ejercitar las funciones intelectuales y físicas. Como no todas las personas ni todas las partes del cuerpo envejecen igual se debe hablar de un envejecimiento individual. Son diferentes las formas de vivir de cada cual y así será para cada individuo esta etapa de su vida – la vejez -, por motivaciones externas y causas internas.

Una segunda interrogante: Las personas mayores ¿Están ancladas en el pasado?

Es frecuente atribuir a los mayores el que siempre estén contando cosas del pasado. Recordar pensando o relatando los hechos del pasado es una función saludable para los mayores siempre que eso no signifique que quede anclado en el pasado. Al empezar el envejecimiento, cuando se encuentran consigo mismo y con su tiempo libre que nunca aprendió a usar, es evidente que se pone en funcionamiento el mecanismo de la “memoria para”, reconstruir su propia historia e integrarla al presente. Si se logra que el recordar no se transforme en una huída del presente, ese recordar refuerza la auto-estima y la integridad permitiendo una mejor adaptación Las personas mayores son un tesoro para fortalecer las identidades de los pueblos y este ejercicio les da la voz y el protagonismo que merecen.

Tercera interrogante: Las personas mayores ¿Son improductivas?

Según la teoría de la desvinculación los mayores buscan el reposo, la inactividad, la soledad, la espera pasiva del final. Ideas erróneas ya que decir actividad no significa siempre ni trabajo remunerado ni juventud. A esta teoría se opuso la de la actividad, según la cual las personas mayores tienen frente a sí distintas acciones, tareas de aprendizaje, de recreación, de enseñanza, de uso del tiempo libre, de educación para el envejecimiento activo.


Cuarta interrogante: Las personas mayores. ¿Son indiferentes a los nuevos conocimientos y a la cultura?

La educación estuvo ligada al aprendizaje para la vida productiva. El niño y el joven se capacitan para poder ingresar en el mundo del trabajo e incluso la educación de adultos tiene esa finalidad. Pero ahí se terminaba. ¿Para qué quería aprender un jubilado, si ya estaba fuera de ese círculo productivo? Ante esta postura surgió un movimiento educativo nuevo en todo el mundo, un verdadero desafío para todos nosotros: el de la Educación Permanente que se basa en que se puede aprender y educar a lo largo de toda la vida y no tiene que estar solo al servicio de la producción. Se considera pues que los mayores pueden seguir aprendiendo en forma diferente, distinta, con otro ritmo y tal vez otros recursos educativos

Quinta interrogante: Las personas mayores. ¿Se transforman en asexuados?

Las personas mayores son vistas como si carecieran de deseo sexual y en caso de manifestarlo se lo toma como no normal. Desde el "viejo verde" o la "vieja dama indigna”. Está muy extendida la idea de que las personas de edad, no tienen vida sexual. Los jóvenes piensan que el hombre o la mujer de edad avanzada, aborrecen el cuerpo envejecido del compañero o compañera y por lo tanto, evitan el contacto físico con el otro. El pensamiento que predomina, es: los viejos deberían vivir en un "vacío sexual". "Deben comportarse según la edad que tienen". "El sexo, es para la juventud". Ante esta forma de pensar se hace necesario una educación completa, dada desde la infancia, que aclare que la sexualidad es una función natural y saludable a todo lo largo de la vida y que no se circunscribe sólo a lo genital sino que se manifiesta, en la autoafirmación de la feminidad y de la masculinidad. Se debe entender la sexualidad como una forma de comunicación y tiene que ver con el amor, con la ternura y con los afectos.

Una última interrogante: Las personas mayores. ¿Son una carga social?

Es cierto que las personas mayores, al dejar de estar vinculados laboralmente reciben, en mayor o menos cuantía una jubilación. Pero no es una carga social ya que en realidad solo es una retribución a largo plazo de sus aportes, sin olvidar que las personas mayores continúan siendo un elemento de unión de las familias, depositarios de herencias culturales y fortalecedores de las identidades de las diferentes regiones y países, además de permitir, en muchos casos, a los adultos jóvenes, entregarse a sus tareas gracias a la “retaguardias hogareña” que, principalmente las persona mayores realizan ejerciendo las funciones de abuelos /abuelas.

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