LA EDUCACIÓN COMO FACTOR DE CAMBIO EN EL PROCESO EDUCATIVO (y II)
Cuando se trata de vincular educación y persona mayor, se piensa que ésta es difícilmente educable y poco susceptible de adquirir nuevos conocimientos, por el declive de su capacidad intelectual. Sin embargo investigaciones recientes indican que el descenso de la capacidad intelectual de las personas mayores no se produce en función de la edad cronológica, sino en función de las influencias del ambiente o individuales. Y que la pérdida de memoria es evitable. Se posee capacidad de recordar en cualquier edad, si se ejercita y sigue unas reglas elementales para aplicarla. En cuanto a la capacidad de aprendizaje, se acepta que la asimilación de nuevos conocimientos, aptitudes y hábitos, puede tener lugar a cualquier edad, modificándose únicamente la velocidad de asimilación
Nos encontramos con un colectivo heterogéneo, con distintas actitudes frente al envejecimiento y con distintas posturas ante la educación. Si la actitud ante el envejecimiento es de rechazo, al considerar que las personas mayores no tienen una proyección para el futuro, la educación no juega ningún papel. De una persona mayor nada puede esperarse. Si la actitud ante el envejecimiento es participativa, la educación de las personas mayores se concibe una actividad que se ofrece y consume para mantenerlas ocupadas y entretenidas, sin mas, en su tiempo desocupado o de ocio, que es mucho. Tenemos la educación bajo un prisma consumista. Si ante el envejecimiento se tiene una actitud de autorrealización, con espíritu creativo, la educación hace posible que las personas mayores vivan en contacto con la corriente general de la sociedad, preparándolas para el cambio. La inteligencia todavía es moldeable.
Los contenidos de los programas educativos dirigidos a personas mayores han de responder a cuatro situaciones: Tener un carácter sustitutivo de la educación primaria/básica para las personas mayores que no han podido realizarla en su momento. Tener un carácter complementario de la educación básica y profesional Tener un carácter prolongación para hacer frente a las exigencias de un nuevo ambiente – preparación para el tiempo actual. Tener un carácter perfectivo, para los que ya poseen una educación de alto nivel
La formación para las personas mayores es un instrumento imprescindible para dar nobleza a su tiempo de ocio Y ello por las siguientes razones: Permite permanecer activos intelectualmente, sin descuidar las facultades mentales; el aprender, proporciona una beneficiosa sensación de satisfacción personal y confianza en uno mismo; facilita la relación con personas de la misma edad, con inquietudes, problemas o aficiones similares; ayuda a vencer la depresión y a seguir activos, ya que obliga a salir de casa, ir al centro formativo , intervenir en clase...; posibilita un mayor acercamiento a los jóvenes, con quienes se pueden mantener conversaciones sobre informática, literatura... permitiendo un enriquecedor intercambio de conocimientos, atractivo para ambas partes.; mejora la forma física, ya que en muchos centros también se imparten clases de educación física especializada y bajo supervisión médica.
La sociedad todavía no ofrece suficientes propuestas para llenar los momentos de ocio de ese periodo de la vida y da la espalda a la realidad, a pesar de que dentro de 30 años la mitad de la población de este país estará jubilada o en vísperas de hacerlo. A esto se le añade el aumento de la esperanza de vida, situada en los 80 años, con lo que tras el retiro laboral quedan todavía muchos años en los que disfrutar con actividades distintas a cuidar de los nietos o pasear.
Buenas tardes.Os informo que Geroblogs- observatorio de bitácoras sobre el envejecimiento- ha publicado una reseña sobre vuestro blog. Os felicito por la labor divulgativa de vuestros post. Un saludo. Gabi .Enlace http://geroblogs.blogspot.com.es/2015/06/la-ventana-del-mayor.html
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