Hogar y personas mayores
Es bien conocido el aumento de la esperanza de vida. Por ello el cómo y dónde vivir cuando seamos personas mayores es una situación que debemos contemplar.
Según el Instituto Nacional de Estadística, un 80%
de las personas mayores, tienen su vivienda en propiedad y libre de cargas
económicas; y el 15% se encuentran en
alquiler en régimen de “vivienda antigua”, pagando una cantidad baja si
se comparan con el resto de alquileres de otros grupos de edad.
Una característica
general de la vivienda de las personas mayores es su antigüedad, lo que conlleva ciertas
carencias de gran importancia, como puede ser la falta de ascensor - hasta en
un 35% de las viviendas -, lo que repercute en la movilidad de las personas y
por tanto agrava la dependencia. Otras carencias, aunque se dan en menor
medida, son la falta de calefacción, de teléfono y de agua caliente. Como dato
positivo hay que destacar que las viviendas de nuestros mayores tienen una
mayor superficie comparándolas con las de otros grupos de edad. Para remediar estas deficiencias nos
encontramos con los programas de rehabilitación de viviendas
En un momento de nuestra
vida puede presentarse la necesidad de
solicitar ayuda en el ámbito del hogar por problemas físicos, psicológicos, familiares e incluso
económicos. Esta ayuda se lleva a la
práctica mediante la prestación de determinados servicios, como:
Programas de asistencia
domiciliaria centrados
principalmente en mayores con problemas de autonomía personal o con alguna
discapacidad o minusvalía y también en aquellos con problemas sociales. Es un
servicio muy demandado puesto que los mayores prefieren envejecer en su casa
aunque no puedan valerse por sí mismos Cubren las necesidades básicas diarias,
realizando tareas del hogar.
La ayuda o
asistencia en el hogar se ha visto complementada desde finales de los años
ochenta con la teleasistencia. Tan solo con pulsar la alarma permite la
atención en cualquier momento del día de las personas mayores con dificultades
de movilidad o que vivan solos, ante situaciones de emergencia, de soledad, de
crisis de angustia, o simplemente por la necesidad de hablar con alguien.
Además, facilita la atención de las emergencias en el domicilio, movilizando los
recursos asistenciales necesarios
Una nueva ayuda en los últimos tiempos está siendo
la telemedicina. A través de medios telemáticos apoyados en la línea telefónica, se puede controlar a
un mayor convaleciente en su hogar, sin necesidad de que realice
desplazamientos frecuentes.
Viviendas compartidas entre jóvenes y
mayores, por ejemplo, entre un mayor
que vive solo y un estudiante universitario. Es una experiencia que funciona en
varias ciudades y en la que ambos se hacen compañía y comparten los gastos.
Viviendas
compartidas entre varios mayores. Se trata de casas supervisadas en las que vive un
grupo pequeño de mayores que disponen de un cierto nivel de autonomía para su
vida diaria pero que tienen dificultades para vivir solos.
Otras ayudas
en este ámbito, fuera del ámbito del hogar,
pero sin abandonar el mismo, lo podemos encontrar en:
Los Centros de día donde puede acudir la persona mayor durante el día regresando al domicilio
para dormir. Ofrecen ayuda y atención
sobre todo a personas con dependencia para las actividades de su vida diaria y
problemas médicos y/o psicosociales.
Los Centros de mayores
conocidos como hogares del jubilado en donde se facilita la convivencia entre
las personas mayores con actividades
socioculturales así como con servicios de información y de atención sociosanitaria.
En casos de tomar la decisión de dejar la casa de toda la vida nos
encontramos con las
residencias
públicas, privadas o concertadas, que cumplen con una serie de
condiciones y requisitos mínimos establecidos previamente y que garantizan una
calidad mínima y aceptable en la atención a los mayores. Es un sistema de alojamiento sobre todo para aquellas personas que tienen
algún tipo de dificultad o limitación física o psíquica y no pueden permanecer
en su domicilio habitual. También hay mayores que encontrándose bien prefieren
vivir en estos centros, que disponen también de programas de estancias
temporales o de terapias de apoyo.
Por último resaltamos en el
ámbito del hogar de las personas mayores los denominados “complejos
residenciales”, que proporcionan
todo tipo de servicios y suelen estar formados por viviendas tuteladas
independientes. Se trata de grandes urbanizaciones que están proliferando
principalmente en la zona mediterránea y que además de viviendas, a las que se
les dota de todo tipo de servicio doméstico, disponen de un centro médico e
incluso de una residencia para las personas con mayor dependencia
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