jueves, 12 de enero de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (87)

Los beneficios de la lectura en las personas mayores

Hablamos de un beneficio, cuando nos referimos a algo que nos reporta un bien o nos produce o causa un bien. Un bien es algo que aumenta nuestra riqueza, nuestro bienestar, nuestra felicidad, nuestra seguridad, nuestra confianza. Poder ver es ya un bien inapreciable. Poder caminar también lo es. Poder leer es un bien mayúsculo, sin duda alguna. No sé adónde me conducirá estas reflexiones sobre los beneficios de la lectura, pero sospecho que me conducirá a un bien. El bien de poder compartirlas con un lector de LA VENTANA DEL MAYOR.

La lectura mejora la visión de las cosas y permite ver lo que antes nunca se había visto; brinda experiencias en mente propia; es dinamita pura para la imaginación; nos permite estar siempre acompañados, aunque también respeta nuestra soledad: nos dota de las palabras para expresar nuestros sentimientos, emociones, creencias; es algo que podemos hacer en todas partes; nos transporta gratuitamente a través de todo el espacio y todo el tiempo; nos da una voz; nos da el placer de ver cómo nuestra mente crea universos; es como una hermosa melodía sin instrumentos, o cuyo único instrumento es la palabra; cuando leo, lee el universo y descubro lo que pienso; eleva el alma; rejuvenece a la vez que nos hace sabios.

Leer es una riqueza que se lleva a todas partes sin ostentar; cultiva la humildad; leer enriquece los sueños; cambia vidas; salva; nos permite ver la inmensidad de nuestra ignorancia; da temas de conversación; es descubrir; es explorar; es escuchar; ejercer el derecho de leer es el principio de la sabiduría: es un lujo que todos debemos darnos; reduce la pobreza, la marginación, la exclusión y la injusticia; abre innumerables puertas e ilumina incontables caminos; nunca es tiempo perdido; educa la mente, la memoria y la imaginación; nos abre el mundo; es correr el riesgo de cambiarlo todo.

El acto de leer es algo automático. Desde que despertamos por la mañana lo realizamos. Leemos la hora que nos marca el despertador, leemos los encabezados de los diarios, leemos la correspondencia, y ya en la calle leemos los carteles publicitarios, las señales de tráfico, el nombre de las calles. Es decir, permanentemente nos informamos, asesoramos, comunicamos a través del acto de leer. Y también nos recreamos mediante la lectura de una novela, un libro de historia o de una bella poesía. ¿Podríamos vivir sin leer?. Las personas que no leen van empobreciéndose desde lo cognitivo, desde lo intelectual, desde lo emocional. Sin lenguaje no hay pensamiento. Pensamiento y lenguaje van juntos. La lectura permite retomar pensamientos propios y ajenos, y recrearlos.

La jubilación constituye unos de los cambios mas fuertes y significativos en la vida de una persona, que pone a prueba la fortaleza interior de cada individuo y los recursos que ha de desplegar para continuar su vida, Permite, entre otras ocupaciones, incorporar la lectura a la vida diaria de para mantener activa la mente y tener una actividad recreativa y de convivencia.

1 comentario:

  1. Te ha salido redondo, amigo. Incluso podrías haberte ahorrado el encabezamiento del artículo, aconsejando la receta a todo "bípedo implume". Añadamos para finalizar la sentencia de Manuel Vicent:
    LEER ES UNA FORMA DE VOLAR.
    ¡¡¡Perfecto!!!
    Saludos de Demócrito

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